sábado, junio 30, 2007


España es el país del mundo donde más cocaína se consume. Será porque nos gusta demasiado la fiesta; será porque se ha pasado el tiempo del vino y una noche de cubatas en una discoteca resulta tan caro como pillarte una rayita.
No penséis que soy consumidor habitual de coca. Una vez, con dieciséis años, vi unos TAC del cerebro publicados en EL PAÍS en los cuales se mostraba los efectos de la coca y vaya que los había. Entonces decidí no probarla nunca, porque me quedó la sensación de que probándola, yo sería menos yo. Tal vez, si no hubiera visto aquellas fotos, la hubiera probado, reconozco que me gusta experimentar, y estaba al alcance de mi mano. A más de un conocido he visto en modo aspiradora en algún momento de la noche. Sólo con preguntarle dónde había conseguido la cosa... pero sin embargo, opté por pasar. Reconozco que el ver esas modificaciones en el cerebro me marcó bastante.
El tabaco también modifica los pulmones, y también he visto fotos de pulmones tuneados en negro antracita. Pese a que la importancia de los pulmones es incluso mayor (muchos hombres pueden vivir sin pensar, pero dudo mucho que puedan vivir sin respirar), reconozco que les he mostrado menos respeto que al cerebro, y me fumo con deleite y sin piedad los canutitos de papel rellenos de mierda. Pobres de mis pulmones, que alguna vez soñaron que eran aire.
Tampoco se puede decir que respete demasiado a mi hígado. Aunque no lo suelo castigar a diario, reconozco que a veces he abusado de su confianza y le he hecho trabajar más de la cuenta inútilmente. El hígado, aparte de vérselas con las grasas, hace dentro del cuerpo la función de limpieza, y limpiar es una cosa tan importante o más que pensar. Pero al igual que las señoras o señores de la limpieza no tienen de la sociedad el respeto y el sueldo que se merecen, el hígado de los borrachos es pobre de cuidados y objeto de chanzas y pitorreos de la cultura popular.
Ahora que lo pienso, los que menos han respetado el cuerpo desde siempre han sido los heroinómanos. La heroína es una sustancia que lo estropea todo muy bien, e incluso cuando se deja de tomarla, produce cagarrinas: no estás bien ni con ella ni sin ella, aunque los que la han probado dicen encontrarse muy a gusto en pleno viaje. Yo pertenezco a esa generación en la que muchos de sus hermanos mayores cayeron fulminados por el caballo mientras se iban de viaje. Le cogimos un miedo atroz a la heroína, no así a todo lo demás. No obstante, eso no quiere decir que el cerebro lo tengamos muy bien, porque luego están las pastis, la marihuana, el café o las compras: drogas muy malas para la cabeza, cada una en su estilo nos han modificado a capricho.
Empecé hablando de la droga ilegal favorita de los españoles y acabo hablando de casi todas. mucho vicio es lo que hay en este país.
En fin, niños no caigáis en la tentación de drogaros, y si lo hacéis, hacedlo en la única droga que da más gusto que ninguna y no produce adicción: el sexo.

jueves, junio 28, 2007

Cómo me tienen de harto las compañías telefónicas. Nos cobran el dinero que les da la gana, saltándose a la torera esa cosa tan bonita de la libre competencia. Pactan tarifas, calidades y lo que se les ponga por los mengues, y gracias a todo ello tenemos el internet y la telefonía más caros y de peor calidad de Europa. Son unas auténticas piratas. Pongo como ejemplos a mis compañías favoritas: Ya.com y Telefónica.
-Ya.com me llamaba todos los viernes para ver si les contrataba. Recibí de ellos ni se sabe llamadas. Le tuve que decir a la última operadora, (por cierto, con acento extranjero, sabe Dios en qué condiciones laborales estará trabajando) que por favor me borraran de sus bases de datos. Además, les puse una queja porque esto me parecía más un acoso que una campaña de captación de clientes. Desde entonces entendí lo que era el marketing agresivo.
-Telefónica me estaba cobrando un abono ciudad que yo jamás había usado, dado que tengo tarifa plana con orange, y llamé indignado por cobrarme por no hacer nada. Yo lo único que tengo contratado con telefónica es la línea, que cada año que pasa es más cara, y porque no me queda más remedio, dado que como Telefónica tiene un monopolio de las infraestructuras, no me queda otra que pasar por ella si quiero tener Internet y teléfono. Pero los muy caraduras encima me pasaban factura por llamadas, teniendo yo contratadas las mismas con la otra compañía. Es decir, pasaban por caja dos compañías por el mismo servicio.
Encima, no hace mucho, me llamó una teleoperadora de Telefónica que con teatral indignación me preguntaba que "Cómo es que tenía tan poco gasto con ellos". Imaginaos que los de Armani llamaran a vuestra puerta indignados diciéndoos que cómo es que no os gastáis el dinero en sus trajes. Le echaríais a patadas, ¿verdad? Es lo lógico. Pues yo, por contra, pensando que la teleoperadora no es más que una trabajadora mal pagada, no descargué sobre ella toda la ira por las cosas que le obligaban a decir. Ahora, si hubiera tenido delante de mí a alguno de los miembros del consejo de administración de Telefónica, me hubiera despachado a gusto.
Lo malo es que no puedo mandar a Telefónica al infierno porque como os dije antes, tienen toda las infraestructuras, por otra parte, pagadas por todos los españoles durante años hasta que la compañía fue privatizada y se convirtió en la gallina de los huevos de oros en manos de unos cuantos rufianes.
Mierda de Telefonía en España. y habla el Banco de España de privatizar las telecomunicaciones ¿Más todavía? ¿Para qué? ¿Para que la próxima vez que les llamemos
para poner una reclamación nos atienda un teleoperador que hable sólo chino?

miércoles, junio 27, 2007

Ayer felicité a una compañera, porque logró por fin la ansiada plaza fija. Quedó la primera de novecientas personas con lo que, se mire por donde se mire, se puede calificar los suyo como una gesta heroica. Anónima, pero heroica.
El proceso de selección se basó en tres cosas:
-Un concurso de méritos
-una prueba psicotécnica
-Y para los que pasaran los dos cortes anteriores, una entrevista personal.
Yo salí muy bien parado en la prueba psicotécnica. Por desgracia, los puntos que yo tenía de méritos profesionales eran muy exiguos, así que me quedé en un lejano puesto en la tabla, que significa que voy a seguir una buena temporada con la tortura psicológica que es la contratación temporal, que hace, entre otras cosas, que este verano me quede sin las merecidísimas (ahora más que nunca) vacaciones. Mi chica está que trina y yo veo pasar el verano silbando.
Me alegré muchísimo por mi compañera de trabajo. Llevaba tres años como interina en el hospital. Se trata de una mujer buena, entrada en la cuarentena, de espíritu joven, inteligente pero con la autoestima muy baja, muy buena persona y gran trabajadora. Creo que se ha hecho justicia con ella. Además, está entrando en esa edad peligrosa en la que muchas puertas se cierran. Si no, que se lo pregunten a ese director financiero del que os hablé en una entrada pasada, víctima de ese retorcido criterio que tienen las empresas, para las cuales un ejecutivo de más de cincuenta años queda feo y daña a la vista.
A ella le pasó lo que para mí hubiera deseado que me pasara no hace más de un año: yo también era interino, llevaba tres años en la universidad, pero un criterio de selección bastante menos benévolo con los interinos que el del hospital me puso de patitas en la calle. Bueno, han tenido algo de piedad: me han llamado para trabajar dos meses. Debería estarles muy agradecido a los muy...
Reitero: con ella se ha hecho justicia. Llevaba dos o tres contratos encadenados y me consta que no entró por ningún enchufe ni recomendación. Aunque este proceso selectivo se hizo para que gente como ella tuviera ventajas, creo que lo que ha pasado es lo que deben hacer las empresas con los trabajadores que funcionan: perpetuar su contrato en el tiempo.
"Ahora te toca a ti" Me dice mi buena compañera mientras nos tomamos un café que paga ella, por supuesto, faltaría más. Desea que me saque lo de profe del año que viene. Le deberé una cena si lo consigo. En mi oposición también se valoran los méritos de los que han trabajado antes de profesor. Lo tendré difícil, pues nunca he ejercido de tal dentro en la administración. Mi experiencia se reduce al voluntariado o a clases particulares, méritos que no cuentan para el baremo.
Me pregunto cuándo podré tener yo esos ojos luminosos y esa sonrisa perdida en el infinito que a ella le han quedado.

martes, junio 26, 2007

Hay veces que tengo la sensación de que lo que me importa no es lo que le interesa a la mayoría de la gente; el ejemplo más claro lo tuve con la biblioteca, que cuando la cerraron por las mañanas a unos pocos nos hicieron una buena faena, pero a la mayoría el asunto le trajo sin cuidado. Ahora mismo, como trabajo de tarde, necesito que esté abierta, por si tengo que consultar algunos libros que me serían muy útiles para mi oposición, pero nones: se me veda esta posibilidad, así como a otros tantos que están en mi misma situación.
En su momento nos pusimos levantiscos. Llegamos a reunir trescientas firmas, cifra despreciable al parecer para la jefa de Bibliotecas del Ayuntamiento. No nos hizo ni caso y la biblioteca permanece cerrada por las mañanas. Para que tengáis una idea de lo que sabe ella de lo que es una biblioteca, dice que la biblioteca "sólo es un sitio de préstamo de libros, no de estudio" Vaya un concepto sobre lo que es una biblioteca.
En fin, el asunto me dejó un poco triste porque gran parte de mi formación la conseguí yendo a esa biblioteca. Pero el que esté abierta por las mañanas es una cosa que sólo nos interesa a unos pocos locos, bien porque tenemos que preparar exámenes o bien por el placer de la lectura dentro de sus muros.
Ahora la gente se preocupa por los grandes temas, como el fútbol o la cirugía estética de famosos, asuntos de estupidez máxima, pero que no es óbice para dedicarles toda la atención en los medios y pasar como una apisonadora sobre cosas pequeñas como mi biblioteca, refugio de un club heterogéneo de unos pobres locos un tanto frikis, club del que soy socio honorario desde que era niño.
De todos modos, no puedo esperar que la ciudadanía madrileña se haga eco a mi pequeña reivindicación; si no pone el grito en el cielo por la paulatina privatización de la sanidad pública madrileña, ese gran tesoro que tenemos ¿Cómo les va a interesar mi pequeña biblioteca? Si fuera una manifestación en contra del matrimonio gay, otro gallo cantaría. La última que hubo en Madrid fue un verdadero éxito y un gran homenaje, por lo demás, a lo mejor de la estulticia humana. Bueno, tal vez podría convocar una manifestación en contra de los horarios homosexuales de apertura ... A lo mejor vendría mucha de esa gente que está tan interesada en lo que pasa en los dormitorios ajenos.
En fin, para consolarme, muchas veces pienso que formar parte de la masa no es ser parte de la verdad. Nadar contracorriente a veces es lo correcto pese a que sea peligroso y desmoralizante y tengas a cientos de miles de personas que desde la orilla te están diciendo idiota o cosas mucho peores.

lunes, junio 25, 2007

¿He dicho aquí en alguna ocasión que la amistad es como una planta? Sí, la amistad es una planta. En mi casa tenemos muchas ( de las verdes, que las del otro tipo viven en sus respectivas casas) y mi chica se encarga sobre todo del cuidado de las vegetales. Entre los dos cuidamos las que no funcionan con clorofila y fotosíntesis. Nos suelen durar bastante ambas porque tenemos mano con ellas. Pero hasta llegar a este punto, muchas se han quedado en el camino, de las de un tipo y de otro: de las que tienen raíces, unas han muerto por exceso de riego, otras por defecto, unas por mucha luz, otras porque no son de naturaleza longeva y otras que aún siéndolo, se han muerto sin más. Con las que tienen pies pasó igual: mientras con unos amigos cultivamos una amistad desde siempre, otros amigos nos ha durado un suspiro. Circunstancias de la vida.
Lo bueno que tienen los amigos y las plantas es que tú los eliges, y ellos te eligen a ti. Si tú no gustas a una planta, acaba muriéndose. Dado que no puede salir corriendo despavorida, opta por morirse. Un amigo, sin embargo, sí puede huir lejos de ti. En cierta manera, el divorcio lo inventaron dos amigos, ¿Pues qué es el matrimonio, sino el estado más sublime de amistad que puedes llevar con una persona del otro sexo, e incluso del mismo sexo, según las leyes españolas actuales? En mi caso particular, mi amiga más íntima es mi mujer, pues cumple los requisitos de un amigo:
-la he elegido yo y ella me ha elegido a mí.
-Nos contamos confidencias y secretos que no decimos a nadie más.
-"Un amigo es uno que lo sabe todo de ti y a pesar de ello te quiere" Elbert Hubbard
Cuando te enfadas conmigo siempre me acuerdo de esta frase, cariño. Menos mal que, a pesar de todo...
Clases de amigos hay muchas. Yo he tenido muchos amigos. Pero siempre he vuelto a los de siempre, a los niños y niñas que estuvieron en mi infancia y en mi adolescencia, cuya amistad está ya a toda prueba. Son mis otros amigos íntimos. El tiempo es el mejor evaluador de la amistad y hemos pasado la prueba, chicos. Posteriormente he hecho otras amistades, pero éstas han sido menos duraderas que vosotros, tal vez debido a que el hombre, cuanto más mayor, pierde la capacidad de tolerancia a las costumbres e idiosincrasias de los otros. Por eso, mientras hay una clase de amigos por los que te entregas totalmente, hay otros con los que la entrega no es total, porque el hombre pierde la capacidad de entrega en la amistad a medida que se hace mayor. No quiero pecar de pesimista, pero creo cuanto más mayores nos hacemos más inocencia se nos cae de la regadera.
Luego hay otra clase de amigos, muy importantes también, que por circunstancias de la vida se pierden en otros senderos que no son el tuyo. Son como esas plantas que has estado cuidando pero que regalas a alguien y ya no vuelves a saber más de ellas. Tú has estado a gusto con ellos y ellos contigo. Sin embargo, un día, desaparecen sin más. Son, por ejemplo, esos amigos del verano que se hicieron año tras año pero que un buen día dejaste de verles, sin que haya habido enfados de por medio. Sirvan estas palabras de homenaje a ellos.
En fin, la amistad. "Dime con quién andas y te diré quién eres" y vosotros, los que andáis conmigo y me leéis, creo que a lo largo de estos doscientos artículos ya sabéis un poco más quiénes sois por leer quién soy yo.

domingo, junio 24, 2007


Los hombres no somos perfectos. La naturaleza podría haber sido más generosa tanto en nuestro diseño como en nuestras capacidades, que con ser grandes, no están dando los resultados esperados, por eso estamos como estamos. Pero podría ser peor. Podríamos haber sido fabricados por una multinacional, con lo que la historia de la evolución humana podría haber sido muy distinta:
En un principio, para hacer un hombre, un dios podría haber tenido tan sólo unas latas, unas maderas, unos pocos cables, unas tuercas, unos cuantos clavos y un serrucho. Con esos mimbres, ese dios, un ingeniero avispado y bigotudo, hubiera hecho el primer prototipo de hombre, que le hubiera quedado parecido al hombre de hojalata del mago de hoz. Entre otras fallas de diseño que nos podríamos encontrar: el andar poco garboso, los pies planos, que se chocara constantemente con las paredes, que no tuviera tetillas...
Con el devenir del tiempo, se podrían sustituir la madera y el metal por el plástico rígido. Aparecerían las articulaciones y los diseños serían más agradables para la vista: por fin, los hombres tendrían tetillas.
Habría una edad dorada en la cual los hombres serían un signo de distinción: una casa que no tuviera al menos un planeta con hombres, no se tendría por una casa civilizada. Tener una colonia de hombres, para observarles en sus costumbres, sería un signo de distinción social y un entretenimiento para las visitas, que observarían los mundos civilizados a través de microscopios.
Las factorías de hombres vivirían su edad dorada: trabajando a pleno rendimiento, serían muchos los pedidos de hombres que les hicieran. Nuestro dios particular, ese ingeniero bigotudo y avispado que os digo, tendría su propio taller de investigación y desarrollo en un punto alejado y distante del universo, fuera de la mirada de curiosos: pongamos que se llamase "la tierra".
Llegaría una invención que marcaría una nueva época en la comercialización de los hombres: el látex. Con la llegada de ese látex, los hombres no tendrían problemas de roturas en su cobertura externa, con la consiguiente pérdida de líquidos del interior. En el apartado estético, las tetillas saldrían mucho mejor y además, dando estructura de bulbos al conjunto, con suavidad de líneas y redondeces, se alcanzaría una nueva era en el diseño de los hombres. En el apartado de cinética, se conseguiría que los hombres bailaran el tango y el foxtrot a la perfección y en el apartado de la fonética, se harían grandes hallazgos en gorgoritos que vendrían muy bien para ejecutar la canción melódica y la copla. Aparte de esas grandes innovaciones, se producirían otras menores que caben reseñar aquí: la mano de cinco dedos, muñecas también para los pies, sistema de inspiración-respiración para resaltar estados emocionales y dos ojos a los lados en lugar de uno en el centro, para ver en tres dimensiones y no en dos y así evitar los impactos contra las paredes, al tener sensación de profundidad y volumen.
Los obreros de la fábrica de hombres estarían contentos: habría muchos pedidos y los sueldos no serían malos. Pero puede que un día, nuestro dios bigotón supiera por que en otro punto de la galaxia hay obreros que trabajen como esclavos y por menos dinero. Entonces decidiría despedir a media plantilla, bajar el sueldo a la otra media que quedaba y comenzar a construir una factoría de hombres al otro lado de la galaxia.
Pasarían los años y la fabricación de hombres seguiría yendo bien: habría demanda, pero habría un problema con el consejo de administración de la empresa: seguirían considerando los costes de producción demasiado altos, así que decidirían implantar medidas que abaraten el producto final: se compraría un látex más barato que el que se usaba antes; se volvería a un sólo ojo por cara y se vendería como "estilo retro"; a las variantes masculinas se les quitaría del pecho las tetillas que adornaban el pecho y a las femeninas el ombligo. De resultas de aquello, los hombres de nueva fabricación volverían a golpearse en las paredes y se despellejarían enseguida. Como consecuencias positivas, las mujeres no volverían a criar pelusa en los ombligos.
Luego habría otro problema, que en el pasado pasaría desapercibido con los primeros hombres fabricados pero que preocuparía muchísimo porque había saturación en el mercado: las ventosidades de los hombres dejaríam el ambiente irrespirable en multitud de salones del universo. Como el Dios bigotón y su consejo de administración no querrán gastarse los duros en investigación y desarrollo, pronto el universo se convirtiría en pura flatulencia.
Conclusión: que menos mal que no fuimos creados por el director de una multinacional. Sin duda, las cosas podían estar mucho peor de lo que están. Yo, por ejemplo, no me imagino un porvenir sin tetillas. Menos mal que la madre naturaleza no repara en gastos ni es avara.

sábado, junio 23, 2007


Hablando de viajes que nos llevan al estrecho de Bering, se me queda corta esta vida para resolver el cubo mágico de Rubik. Sé que muchos lo habéis hecho: bien porque alguien os ha soplado la forma de hacerlo, porque os metisteis en el baño durante el recreo y con paciencia y cuidado fuisteis cambiando las pegatinas una a una, o bien a base de talento y obcecación disteis con la forma de que todos los colores estuvieran ordenados, cada uno en su lado. Yo, sin embargo, no conseguí más que acabar la tarde atolondrado y del puñetero cubo de Rubik sólo conseguí que un lado apareciera monocolor. Diablos, qué difícil era.
Veo en la wikipedia que tienen la forma de resolverlo. No lo voy a leer, me voy a comprar un cubo de Rubik (no sé dónde los voy a poder encontrar). El cubo de Rubik es uno de los enigmas de mi vida que no me he esforzado por resolver...bueno, un poco sí.
En mi vida hay muchos cubos de Rubik: por ejemplo, la arquitectura (¿Cómo diablos se las ingenian para hacer unas estructuras así), la ingeniería (los aviones son prodigiosos) o, como os dije un día, la programación informática. Por no hablar de la medicina y tantas otras disciplinas de las que no creo que tenga una inteligencia capaz de entenderlas y mucho menos desarrollarlas. Aunque dicen que el hombre es capaz de todo, quién sabe.
Dichoso cubo de Rubik. Mi enigma irresoluto. ¿Todavía los seguirán vendiendo?

viernes, junio 22, 2007

Hombre Occidental,
tu miedo al oriente, ¿es miedo
a dormir o a despertar?
(Antonio Machado)

En sólo tres versos ha dicho uno de los dilemas que se le presenta al hombre: ¿tenemos miedo de saber o queremos seguir en la ignorancia? Don Antonio nos dice: en la vida de cada uno es un viaje a Oriente, donde el sol se pone, donde está nuestro crepúsculo. El miedo a la muerte. Tal vez haya vida ultraterrena y tal vez no. Es un viaje que forzadamente hemos de hacer. Al final, sabremos cuál es la respuesta.
Pero yo prefiero darle otra interpretación: en realidad es el viaje que realiza el hombre al conocimiento. El hombre a lo largo de la vida, tiene dos caminos: o permanecer ignorante (dormido) o intentar la búsqueda de explicaciones a lo que le rodea (despierto). Si decide pasar su vida dormido, no tendrá más que miedos: a lo desconocido, a lo inexplorado, a lo extraño; si por contra, elige el estar despierto,
puede que haga descubrimientos insospechados que le hagan vivir en plenitud. Pero despertarse da miedo, nunca se sabe lo que deparará el nuevo día. Quedarse dormido da más miedo todavía: es una cárcel rodeada de fantasmas que están esperando a que salgas.
El viaje a Oriente es un viaje forzado, da igual en el estado de conciencia en que se haga. Todos estamos obligados a hacerlo. Las primeras rutas del hombre fueron hacia Oriente. Se partió de África, se llegó a Europa y a Asia y de ahí, utilizando un congelado estrecho de Bering, a América. ¿Qué les obligo a los primeros hombres a hacer tan fenomenal viaje? ¿Qué les movió a hacer un viaje tal de vientos gélidos? ¿Acaso la terrible duda de saber qué hay más allá?
A veces no tengo ganas de viajar, pero sé que mi naturaleza no es ser un árbol agarrado por sus raíces. Nuestro destino es saber; poco sentido tiene tener miedo a ello. Los ojos no ven, saben, que diría otro gran poeta, Jorge Guillén.
Decía el crítico inglés Samuel Johnson refiriéndose a la existencia humana lo siguiente: "la naturaleza humana declina enfrentarse a la muerte cara a cara". Eso vale para algunos hombres, pero no para otros. Si fuera consustancial de la naturaleza humana el arrodillarse ante la muerte, ningún hombre hubiera llegado al estrecho de Bering.
No nos queda otra que despertarnos y como dice la cultura popular: "ya dormiremos cuando estemos muertos"
O cuando hayamos cruzado el estrecho de Bering.

jueves, junio 21, 2007

En estos tiempos raros en que vivimos, cada vez se echa a la gente por motivos más pergrinos: parece ser que Capello se va del Madrid pese a haber conseguido ganar la liga; puede que con él fuera muy posible la consecución de la ansiada décima Copa de Europa, pero la junta directiva ya no cuenta con él.
No sé si os acordáis de Jupp Heynkes, un entrenador alemán que después de ganar la séptima Copa de Europa fue despedido malamente y sin ningún señorío. Vamos, sin eso de lo que presume el Madrid. Otra cosa igual pasó con Vicente del Bosque: después de ganarlo todo en Europa, también le despiden miserablemente.
¿Qué es lo que le pasa al Madrid? Yo creo que el Madrid siempre ha sido un club que se ha amoldado a las circunstancias, en el franquismo y ahora. En los tiempos que corren lo que manda es la sustitución rápida de las personas, funcionen o no funcionen dentro de las empresas.
Sustituir a los entrenadores ganadores… ¿cuándo se ha visto tamaña barbaridad en los tiempos pretéritos? Lo natural era que los entrenadores se marcharan cuando su trabajo no diera rendimientos. Pero ahora no es eso lo suficiente: tienen que, además, tener una imagen impecable. Veamos los casos de Jupp Heynkes, Vicente del Bosque y Fabio Capello.
Jupp Heynkes era un alemán discreto, de mano izquierda, según decía la prensa deportiva de la época. A la directiva de entonces le molestaba que pecara de benévolo con el equipo, lo que no impidió que con espíritu ambicioso, esos jugadores consiguieran la copa de Europa, después de que la institución estuviera 31 años sin ganarla.
Vicente del Bosque era un castellano de un sentido común aplastante. Quizás el entrenador madridista al que el periodismo menos ha criticado, tal vez porque Don Vicente tenía una gran virtud: sabía manejar muy bien a los medios de comunicación. Paradójicamente, parece ser que una de las causas por las que le echó el semidiós Florentino Pérez fue por la falta de imagen ¿Cómo se puede echar a alguien que tenía la rara virtud de llevarse bien con la prensa? Los periodistas pocas veces le criticaron y poco discreparon sobre las alineaciones, y eso que los periodistas deportivos son muy dados a hablar sin saber.
Ahora le llega la hora a Fabio Capello, por cierto, otro entrenador que se maneja muy bien en las ruedas de prensa. La primera vez que se fue del Madrid fue de motu propio: oyó los cantos de sirena del Milán y para allá que se fue. Sin embargo, vendió la historieta de que se iba por desavenencias con la directiva. Niente. Parole, parole, parole que dice la canción: la mayoría de la directiva quería que se quedara, presidente Lorenzo Sanz inclusive. Ahora, sin embargo, la mayoría de la directiva actual repudia el juego defensivo del italiano...¿Por qué le contrataron entonces? Con todo, este año Capello nos ha dado emociones fuertes. La temporada 96-97, cuando hizo campeón por primera vez al Madrid, sí que aburría a las ovejas.
¿Qué más le pueden pedir?
El caso es que las directivas de Lorenzo Sanz, Florentino Pérez y el tipo éste que manda ahora, Ramón Calderón, tienen en común una cosa: echan a los entrenadores cuando ganan. A lo mejor es que quieren eludir esa ley tan natural de las cosas de que todo tiene un ciclo. Pero los hechos cantan: despedir al entrenador de turno no les ha hecho sortear las épocas de crisis.
¿Por qué las toman con las personas? ¿Por qué este club de fútbol en particular, y las empresas en general, tienden a ser Saturnos devorando a sus hijos? ¿Qué vana ilusión es ésa, la de huir de la naturaleza cíclica de subidas y bajadas en el que estamos encerrados todos los mortales?
La prueba de que esas huídas no sirvieron de nada es que el Madrid ha estado cinco años sin comerse una miserable rosca. Esas huídas, basadas en la sustitución de los individuos, es otra de las modas horribles de este tiempo. Prima de la moda de la anorexia, hermana de la obsolescencia planificada de los objetos y máquinas.
En fin: a mí no me gusta Capello ni siento pena por él,pero creo que se ha ganado el derecho de quedarse. Qué hartazgo de cambios, qué poco respeto hacia las personas.

miércoles, junio 20, 2007

Bachibozuks, zopilotes, papanatas, adoquines, mamandurrias. Eso es lo que me parecen los encargados del informe del banco de España y que avala el propio gobernador del banco, Miguel Ángel Fernández Ordóñez. Por decoro no pongo epítetos peores y recurro a eufemismos que sin duda no los definen como yo quisiera.
"Desde el Banco de España creen que el alto coste de los despidos propicia los contratos temporales."
"Su gobernador cree que la mejora de la eficiencia de la economía pasa por "avanzar en las privatizaciones allá donde tengan sentido".
Casi me da un síncope leyendo el 20 minutos, de donde saqué la noticia, yendo de camino al trabajo. Abrazafarolas, zopencos, zotes, tiralevitas, mostrencos. Qué pena que por decoro no pueda poner lo que realmente me vino a la cabeza.
¿Abaratar el despido? ¿Acaso no se ha demostrado fehacientemente que eso lo único que ha propiciado en España es precisamente que seamos el país de Europa donde más y con mayor alegría se ha recurrido al contrato temporal? ¿Acaso no ha servido estas medidas, ya implantadísimas por cierto en mi país, para que la gente tenga unos sueldos de miseria y que pese a las enormes ganancias, las clases bajas vivamos como si estuviéramos en período de crisis? Mangarranes, perillanes, mentecatos, mercachifles, mamporreros de usureros... Perdón, esto último se me ha escapado: quería seguir siendo eufemístico.
"Antes de que sea tarde hay que ser conscientes de que la productividad es la principal fuente de bienestar en el largo plazo y de ahí que las políticas que las promueven son decisivas".
Desde luego, siempre con prisas. Hay que hacerlo ya, ahora. Venga, que ya tardamos. La codicia no espera; la avaricia es impaciente. Queremos el mundo y lo queremos ahora, que diría Jim Morrison. Se irán del país si no tenemos en España suficientes pobres a los que explotar. Venga, que nos lo están diciendo sus siervos, los dirigentes del Banco España.
"Se apuesta por privatizar“sectores clave” para la economía, como las industrias de red, el mercado de telecomunicaciones, el sector energético o el de transporte".
Un momento... ¿Acaso no es una entidad pública? ¿No debería servir a los intereses de nosotros los ciudadanos? ¿Qué hace una entidad pública lanzando loas a la gestión privada? ¿No están tirando cantos a su propio tejado, que es el nuestro? ¿No serán un poco badulaques o bodoques?
"Hay que adecuar la fuerza laboral a nuevas demandas"
Mis eufemismos no llegan tan lejos hasta donde llega esta frase. Me recuerda a las palabras de Rajoy, el pasmado, en el debate con los ciudadanos: "España debemos ser competitivos: los chinos hacen camisetas que venden por menos de un euro" Pues hala, tomad frase hipereufemística y mineralizada. Ya sabéis lo que os toca: poned a vuestros hijos a hacer camisetas. ciento dieciséis horas a la semana, de lunes a domingo. Ganando menos de veinte céntimos a la hora. El látigo es opcional. Perdón, quise decir el flagelo.
Y resulta que este "informe" es decir, "sin forma" o dicho de otro modo, "contrahecho y deforme" por cuanto tiene de amoral, eufemístico, canalla y vil, ya que lo han hecho gente que se supone está a nuestro servicio: los funcionarios, burócratas, empleados públicos. A lo mejor soy un bambarria por preguntarlo: ¿a quién favorecen realmente? ¿No deberían ser personas insobornables, honradas, justas e íntegras? Lo contrario de corruptos, vaya.
En fin. A lo mejor envío una carta al gobernador del Banco España con "mi informe" para que se lo lea también a los colaboradores suyos que perpetraron "el informe". No la escribiré a mano, la redactaré con el procesador de textos del ordenador. Lo que no sé es si imprimirla en mi máquina de poner letras o dibujos en papel HP laserjet o hacerla en la de mi hermano, la HP deskjet. Cualquiera de las dos puede valer, una u otra.

martes, junio 19, 2007

Hace poco vi un documental harto interesante: CÓDIGO LINUX. En él nos daba una visión romántica del mundo de estos programadores que luchan denodadamente con el dominio casi absolutista con tintes de tirano de viejos vuelos que Bill Gates tiene en el mundo del software. Ellos se veían a sí mismos como unos caballeros románticos que plantan cara a la tiranía.
Bueno, creo que he puesto demasiada literatura a la cosa, pero por ahí van los tiros: de literatura y de programación.
Me llamó la atención, pues no era la primera vez que lo oía, que un programador comparaba el lenguaje de la programación con la poesía, es decir, una cosa con metros y con rima. Pues vaya, es una lástima que no entienda ni papa de programación para poder captar la belleza de los códigos que se emplean para crear, por ejemplo, un programa de procesamiento de textos como el que solemos usar las personas que tenemos por afición la poesía. Por lo que dicen, programar es escribir y desde luego, nadie negará que la escritura es un proceso de creación como lo es la programación.
Al igual que antaño hubo gente que le pilló vieja el rock´n´roll, creo que a mi me pilla viejo en iniciarme en el aparentemente maravilloso mundo de la programación, donde te pagan barbaridades por hacer lo que te gusta, que es lo que gusta a la generalidad de los hombres inquietos: crear.
Aparte de con la poesía, la programación también tiene similitudes con la novela, sobre todo en su período decimonónico: con eso de que en esa época se redujo la tasa de analfabetos una barbaridad, la gente amiga de las letras demandó mucha literatura, sobre todo novela que es el género triunfante de la centuria. Eso posibilitó que muchos escritores ganaran mucho dinero y fueran respetados: el ejemplo más famoso es el de Alejandro Dumas. Pero hay muchos otros. Al igual que Alejandro Dumas con sus tres mosqueteros, Linus Torvalds se ha hecho famoso y respetado gracias a hacer un programa informático que suele ser el usado por los expertos en informática: el linux. Se puede decir que el Finlandés Linux es el Alejandro del Siglo XXI.
Tal vez por eso, los que nos gusta la literatura nos equivocamos si queríamos vivir de algo creativo: la novela del siglo XXI tal vez no sea otra cosa que la programación, que viene en un lenguaje extraño que tal vez deberíamos hacer el esfuerzo de aprender aunque seamos viejos roqueros.
En fin, si mis hijos manifiestan inclinación por la escritura, no pondré reparos en animarles. Pero intentaré que la escritura que practiquen sea... la de la programación.

lunes, junio 18, 2007

Venid, amigos. Pasad un rato conmigo. Charlemos. Contradecidme, si es preciso. Aconsejadme, si lo creéis oportuno. Sólo os pido media hora de vuestro tiempo. Leed mis escritos y opinad sobre ellos. Tener vuestra opinión sobre ellos me será muy grato, y si me criticáis y la crítica es constructiva, recogeré el guante e intentaré mejorar mis escritos, aunque creedme si os digo que siempre busco la mejora en cada línea que escribo.
Esto es una pequeña instancia con luz de velas, cojines y esterillas en el suelo para que podáis tumbaros cómodamente o beber un té. Así quiero que os sintáis estando aquí, cómodos y felices. No siempre lo que os diga os va a gustar, pero siempre me podréis dar vuestro parecer que sin duda me enriquecerá.
Se entiende que la mente tiene capacidades que se nos escapan, acaso infinitas. Pero también está aprisionada por las emociones y los sentidos, y precisa de otras mentes para ese camino de comprensión del mundo. Todos los escritos que aquí podéis ver son mis intentos de comprender, y me vendrán estupendamente vuestras visiones del mundo para completar lo que en ellos digo.
Es curioso. En realidad esta bitácora es uno de los intentos, de los muchos que he hecho en mi vida, de aproximación de los demás. Sin embargo, me ha producido la sensación contraria: este blog me ha hecho sentirme como un náufrago que manda botellas y más botellas pero que no recibe respuesta. Qué rara soledad del ciberespacio.
En fin amigos, media hora no es demasiado y creo que alguno de mis escritos os harán sentir bien. Ese es uno de mis objetivos. Espero que los disfrutéis tanto como yo escribiéndolos.

domingo, junio 17, 2007

¡Qué relativo es el valor de las cosas! Un tío mío se compró hace un poco un Porsche; ese Porsche le costó más o menos ciento veinte mil euros. Sin embargo, os puedo decir que ese coche es una bagatela para él. Tiene tanto dinero que el esfuerzo económico que le supone el comprarse una cosa así es a su bolsillo prácticamente mínimo. Hay personas así. Podéis creer que existen.
Yo soy pobre. Como mi madre, su hermana. Se suele dar que las familias son ricas o pobres en bloque. Eso no sucede con la dinastía de mi abuelo, pues mientras unos hijos están de lleno en la clase alta, otros comprueban lo difícil que es vivir en la clase baja, y los de la clase media critican con denuedo a unos y a otros, que es lo que mejor se le da a la clase media. Aunque ansían más ser de los primeros que de los segundos, todo hay que decirlo.
Mi tío y su familia representan el lado más extremo de opulencia... Y del despilfarro hortera, siento decir. En eso tienen razón cuando le critican mis primos de clase media. Aunque he de decir que en él es realidad el sueño del "self made man" americano pero a la española. Llegó él, hombre emprendedor, a la emprendedora ciudad de Barcelona. Llegó con una mano delante y la otra atrás, como se suele decir, y la combinación de tipo emprendedor con urbe tal posibilitó que ahora sea un potentado hombre de negocios con varias empresas. Poco tiempo tuvo para estudiar carreras o leer libros, pues todo lo gastó en ser un empresario de éxito.
Esta tarde me acordé de él. Estaba viendo con mi chica "el ladrón de bicicletas", donde un hombre, al perder su bicicleta, pierde su medio de sustento, su oportunidad, su ilusión y su luz en el túnel. Entonces me pregunté que cuántas bicicletas se pueden comprar con los ciento veinte mil euros que costó el Porsche de mi tío: muchísimas.
Pero con todo, lo cierto es que en esta vida, aunque no os lo creáis, puede valer menos un Porsche que una bicicleta. Costar, por supuesto, cuesta muchísimo más, pero puede que haya ahora múltiples rincones en India, China o quién sabe dónde, en los cuales las bicicletas valgan mucho más que los coches de gama alta.
Así como la obscenidad de la pornografía abarata los cuerpos de las de los hombres y de las mujeres, la obscenidad de la ostentación abarata el precio de las cosas. Creedme, un Porsche puede costar menos que una bicicleta o acaso una camisa.
Mi familia tiene una cosa buena: que nadie se gana el respeto a base de dinero; a mi tío no se le respeta más por tener un Porsche, y que su palabra no es más escuchada que la de los otros hermanos, los de clase media y los pobres. y esa es la verdadera igualdad de los hombres, pese a que algunos les cueste más caro tener una bicicleta que a otros un Porsche.

sábado, junio 16, 2007

Hay una frase que me decían mucho cuando era joven y que a medida que ido cumpliendo años me la dicen menos:
- AAAyyy, tú no sabes lo que es la vida.
Menos mal que ya no me lo dicen tanto. Ya me preocupo mucho de no decirla yo a gente que es más joven. Es una frase odiosa, porque todos nos acabamos enterando de lo que es la vida.
A veces, cuando estoy más bajo de moral, me da por pensar sino seré como ese personaje del Marqués de Sade, Justine, que cuantas más barbaridades le hacían, más virtuosa se sentía. El libro es un auténtico mazazo para los que quieren ser hombres de bien: viene a decir que el mundo está lleno de seres corruptos que no cejarán en su empeño de hacer el mal. En fin, no es muy halagüeño ser la representación varonil de Justine, pero es una cuestión de carácter, qué le voy a hacer si yo nací en el Mediterráneo.
Poco a poco voy haciéndome con artimañas para salir más o menos airoso de situaciones similares a otras que me han hecho sucumbir en el pasado, pero bueno, los hombres y mujeres malvados de enfrente, con esos caracteres imprevisibles que tienen, te pueden salir con su maldad por cualquier lado. En lenguaje taurino: muchas veces es inevitable que te pille el toro. De ser así, procura caer de la mejor manera posible y evitando la cornada mortal.
En fin, yo a lo mío. Se trata de disfrutar estos cuatro telediarios. Mejor voy a apagar la tele (que manipulen a otro) y me voy a tomar unas copas con mis amigos.

viernes, junio 15, 2007

¡Qué tarde me dio ayer un compañero de trabajo!
Cada vez que entraba un negro, un rumano, un marroquí, la misma historia:
-Vaya morro que tienen: no han cotizado nunca a la seguridad social y cada vez que les pasa algo, venga, a Urgencias. No tienen vergüenza.
Yo, cuando la gente enarbola ese tipo de banderas, opto por callarme. Por mucho que les
intentes convencer de lo errado de sus razonamientos, con argumentos y demás, nunca dan su brazo a torcer. Así que dejo que escupan bilis y a otra cosa mariposa.
- Tú te crees estos vagos, sinvergüenzas, que no han dado un palo al agua. Se tendrían que ir a sus países, a ver si ahí les curaban. Vaya cara más dura. En cuanto les duele algo, hala, al hospital.
Ahora es cuando viene la loa a los Estados Unidos.
- En Estados Unidos, tú tienes la sanidad en función de lo que puedes pagar. Si tú tienes un buen seguro médico, pues recibes una buena asistencia sanitaria, y el que no, que se muera en la calle. ¿Tú sabes la cantidad de inmigrantes que tienen en los Estados Unidos? ¡Cientos de miles! Más que ningún sitio ¿Te imaginas si ellos tuvieran cobertura sanitaria universal como aquí en España? ¡Sería el caos!
Sí, como el caos militar que tienen. Estuve a punto de decirle que con destinaran la cuarta parte del gasto militar que tienen en sanidad, tendrían más que suficiente cobertura sanitaria no sólo para todos los EEUU, sino para América entera. Pero yo mutis, esperando a que se terminara su testosterona tranquilamente.
- Nos están robando. Nos están quitando poco a poco la seguridad pagada durante años por todos los españoles.
-Sí, estos inmigrantes van a hacer igual que lo que otros hicieron con la Telefónica. Una cosa mantenida y pagada por todos los españoles durante años, para luego ser vendida por cuatro duros a los amiguetes del ínclito ex presidente del gobierno don José María Aznar López. Vaya estafa, vaya robo. Igualico que el expolio que está haciendo ese pobre bebé con fiebre que trae esa mujer guineana ¡Qué vergüenza!
Le grité. Es que ya me tenía un poco harto.

jueves, junio 14, 2007

Ayer estuve en urgencias con un compañero con el que nunca había coincidido. Un compañero de anillos caídos. Era un tipo menudo, delgado, atravesando el ecuador de la cincuentena. Traía cara de disgusto, pues la planilla horaria que le habían asignado en este mes no era de su agrado, ya que no le permitía hacer un viaje al extranjero de cuatro días para asistir a una boda, según me dijo él. Estaba dispuesto a hacer todo tipo de cambalaches con los compañeros, pero a casi nadie le venía bien su propuesta. En el tiempo que llevaba trabajando apenas trabó amistad con nadie y la gente se muestra renuente a hacer favores a desconocidos. Se pasó la primera hora del turno mirando su planilla a ver cómo arreglaba su asunto y yo agradecí a los cielos que en esa hora no viniera gente a la que atender. Trabajar yo sólo mientras el compi sólo piensa en sus vacaciones puede ser tremendamente penoso en el sitio donde estamos. Nuestro trabajo no es difícil, pero puede llegar a ser muy estresante, por la cantidad de cosas que se tienen que hacer a la vez. Menos mal que en esa primera hora no se dio tal circunstancia.
El hombre venía con cara de disgusto, pero no sólo era por esos días que no podía disfrutar. Era también por nuestro trabajo. A lo largo de la tarde supe porqué.
- Opositor, tú has estudiado, ¿verdad?.
- Sí estuve en la universidad ¿Y tú?
- Sí, claro. Hice económicas.
Había que empezar a conocerse, debía pensar el hombre. Normalmente no digo que soy licenciado. Según en el sitio donde estés puede ser hasta contraproducente. Me he encontrado con gente a la que he notado cierta satisfacción íntima y me ha mirado como diciendo: "ja, ja, tú con tu titulillo de mierda y mira dónde estás" porque compartimos las misma pésimas condiciones contractuales y el mismo pésimo sueldo, sólo que no han estudiado. Peculiaridades de la envidia hispana. Por envidiar, se envidia hasta al pobre.
Transcurrieron las horas y llegó el momento de la pausa. La cara de disgusto, de preguntarse constantemente qué pinto yo allí no se le iba al hombre. Yo ya me maliciaba algo. Y me atreví a preguntarle:
- ¿Dónde trabajabas tú antes?
- Yo era director financiero. Hasta que me echaron. A todo mi departamento, inclusive a las secretarias. Contrataron a gente más joven por un tercio de lo que ganábamos nosotros ¿Tú sabes cuánto ganaba mi secretaria? Cerca de los dos mil euros.
- Que me los dieran a mí.
- Y ahora estoy aquí y fíjate lo que ganamos. Una mierda. Estoy deseando que llegar a los sesenta y jubilarme.
Se pasó lo que quedaba de tarde mirando gráficos de la bolsa por Internet. Las ropas que traía tenían pinta de ser buena calidad. Creo que no mentía: este hombre, por su actitud, su forma de hablar y su aspecto, había vivido tiempos mejores.
- Mi mujer no ha trabajado nunca hasta hace poco. Hemos vivido de lo que yo he ganado toda la vida. He podido acumular un buen patrimonio. Tengo más de dos viviendas.
No me atreví a preguntárselo, pero lo pensé: "¿entonces, qué coño haces trabajando en esta mierda de trabajo temporal?" Pasaba la tarde y al hombre no se le iba el semblante de disgusto.
- Perdona, tú que sabes de economía ¿Cómo es posible que los periódicos no publiquen la bajada generalizada de los sueldos españoles?
- La venida de inmigrantes ha traído una cosa buena y otra mala. Por un lado, ha permitido cierta seguridad de cara al futuro de las pensiones. Por el otro, ha presionado a la baja el sueldo medio de los españoles.
- Sin embargo, eso no es la imagen que transmiten los medios de comunicación. Dicen las estadísticas que somos más ricos.
- Hombre, hay ciertos aspectos de la economía que se camuflan o se ocultan. Es verdad que en términos macroeconómicos estamos mejor. Pero también es cierto que la renta de los españoles es mucho más baja. Eso es irrebatible. Mira, yo he tenido de todo. Coches buenos, grandes viajes... Mi hija está completando la segunda carrera. Las dos las ha hecho en universidades privadas, pagadas a tocateja por su padre. En mi casa no ha faltado de nada. Pero ahora estoy como estoy.
La tarde transcurría tranquila. Yo le intentaba explicar algunos procedimientos del trabajo, dado que había estado más tiempo que él en el puesto, pero era obvio que a él no le interesaban lo más mínimo. Miraba el reloj con frecuencia, era evidente que el tiempo se le hacía eterno. Por fin llegó la hora de la salida. Vinieron nuestros relevos. Él se marchó. Yo me quedé explicando algunos asuntos del trabajo a los compañeros de la noche.
- ¿Qué tal con él? Sabes que es un poco problemático ¿O no, Opo?
- Hombre, la tarde ha estado tranquila. Yo no tengo ninguna queja de él. Pero se nota que no está a gusto aquí.
- Se da muchos aires. Vale que el sueldo es una mierda, que los contratos igual, pero se viene a trabajar y punto y no a hacer que los compañeros trabajen el doble porque tú te niegues a doblar el lomo.
- Ya es que ir de menos a más no cuesta a nadie. El problema es de ir de más a menos.
- Ya Opo, pero ése no es ni tu problema ni el mío.
Me despido y voy al metro. Veo a mi compañero, el economista de los anillos caídos,
al otro lado del andén. No puedo evitar que me venga a la mente otra pregunta maliciosa: "¿Dónde tendrá éste los cochazos de los que presume?" Le digo hasta mañana. Me sonríe. "En el fondo, no debe ser mal tío", pienso yo. Simplemente ha perdido algo el norte. Llego a mi casa. Me pongo Casablanca mientras ceno. Llego a una de sus múltiples secuencias memorables. Un cliente enojado por la actitud distante de Rick se está quejando con un camarero de éste:
- Sepa usted que yo era el director del segundo banco de Amsterdam.
A lo que el camarero le contesta:
- No creo que eso a Rick le interese. Sepa usted que el director del primero trabaja para nosotros de cocinero. Y su padre es el portero.
En fin. Cosas de la economía.

miércoles, junio 13, 2007

En el pueblo de mi madre llamaban milano a aquél que solía perderse, de carácter melancólico, despistado y distraído. Si habéis visto alguna vez un milano, os admiraréis de él, pues el milano tiene porte majestuoso y vuelo elegante; además cierta tendencia a perderse entre las montañas. Lo que tendré que preguntar a mi amigo veterinario es si los milanos son despistados, melancólicos y distraídos.
Lo bueno que tenía el pueblo es que dejaba a las personas tiempo para pensar. Nada que ver con las ciudades, en que ya nos ocupamos a conciencia en distraernos en nuestro tiempo libre con memeces. En el pueblo no daba lugar a banales distracciones. O se trabajaba o se pensaba. Y se tenía mucho cuidado en pasar más tiempo en lo primero que en lo segundo. Sin embargo, en ese tiempo cabían los milanopersonas, que eran esos hombres que solían tener cierta tendencia a perderse por entre las piedras. Ojo, digo hombres, porque para las mujeres no estaba bien visto perderse y dejar a un lado las labores domésticas. De ahí debe venir la peyorativa frase "eres una perdida"; una mujer jamás sería definida como Milana. Y mucho menos las dirigirían palabras como "milana bonita" como decía a su pájaro Azarías, el determinante personaje de la novela de Delibes "Los santos Inocentes". De ahí debe venir que las mujeres sean tan buenas en cualquier cosa que hacen: han tenido desde siempre terminantemente prohibidas las distracciones.
En la ciudad, no hay lugar ni para los milanos ni para las milanas. No podemos perder el compás de nuestra vida. Yo, en mi infancia, era despistado y milano, pero desgraciadamente el despiste se me fue cuando desaparecieron de mi vida las tardes eternas de verano. Ya no da lugar para pensar. A nosotros, los hombres de ciudad, se nos exige actuar, actuar, reciclarse y reciclarse. No da lugar a la meditación. Es pérdida de tiempo. Es cosa de milanos.
Si tengo una oportunidad, iré a mi pueblo a ver si quedan milanos. No humanos, pues sé que han desaparecido todos. Ire a buscar las aves, por ver si quedan seres que aún tengan el tiempo y la gran suerte de perderse sin que nada les perturbe.

martes, junio 12, 2007

Esta mañana recibo una llamada de una conocida administración madrileña. He echado en tantas bolsas de trabajo que ni me imaginaba que me fueran a llamar de allí:
-Buenos días. Quería hablar con el señor Opo.
-Soy yo, dígame.
-Verá. Le llamo del Hospital XX. Le ofrecemos un contrato para trabajar como celador. En verano.
-¿Pero hay posibilidades de que me contraten por más tiempo?
-En un principio, el contrato sería de sustituciones en el período vacacional. Señor Opo, no podemos garantizarle más tiempo, al menos, de momento.
- Mire usted, señor. Estoy trabajando en hospital tal, me han llamado de la Universidad cual ofreciendo lo mismo que ustedes. La propia Comunidad de Madrid ha requerido de mis servicios para este verano. Ninguna oferta me ha sido interesante y ahora mismo no tengo intención de dejar el trabajo en el que estoy actualmente, aunque reconozco que también es temporal. Dadas las circunstancias, ¿qué me pueden ofrecer ustedes?
-Hombre tenga en cuenta que usted está en el número 1400 de la lista...
-Ignoro cuál es la razón por la que me han puesto en número tan alto. Lo que sí es cierto es que ahora mismo sólo entraría a trabajar con ustedes si me hacen un contrato de interinidad o mejor aún: un contrato fijo.
-Bueno, ya le digo que eso no se lo podemos hacer. Normalmente ese tipo de contratos no se hacen a gente que está en bolsa de trabajo.
-Ya, sí, lo de siempre. Hay una especie de maldición hacia la gente que está en las bolsas. Lo que yo no entiendo es por qué las llaman "de trabajo", si la mayoría nos pasamos la vida en el paro. En fin, no le entretengo más: estoy dispuesto a escucharles si la oferta que me hacen es de contrato fijo o cuando menos, interino. Muy buenos días.
Y colgué. La ley de la oferta y la demanda. Ahora puedo negociar. No caerá la breva de que hagan lo que les pido. Ojalá desaparezcan, de una vez por todas, "las bolsas de trabajo".

lunes, junio 11, 2007

Una cosa que hecho de menos de los veranos de mi infancia es la cantidad de tiempo libre del que disponías: para bañarte, para leer tebeos, para jugar a la pelota, para ir con los amigos... El verano era eterno y yo creo que todos echamos de menos esa sensación de eternidad, que en la infancia no era otra cosa que aburrimiento. Fue en verano cuando, en una piscina pública de mi localidad, empecé a leer con afición los tebeos de Mortadelo y Filemón, sin duda, dos de los grandes iconos de la cultura popular.
Los personajes que ha estado dibujando toda la vida Francisco Ibáñez han tenido una importancia capital a la hora de aficionar a la lectura a miles de jóvenes. Ya he dicho en una entrada anterior que hacen muy mal en despreciar ciertos críticos la literatura menor, pues es la antesala de la literatura de más altos vuelos. Sin duda, Mortadelo y Filemón han sido los propiciadores de que muchos de mayores nos hayamos convertido en ávidos lectores. Por eso, mucho cuidado con arremeter con Harry Potter, porque la gran magia que puede hacer es que legión de adultos en el futuro valoren la cultura.
Ahora, para mí, no se pueden comparar los tebeos de Mortadelo con el Potter. No puedo ser objetivo en este punto. Comparando ambas obras, creo que los tebeos de Mortadelo les da varias vueltas a los libros de la anglosajona. Por capacidad inventiva, por talento, por todo. Es una lástima que los latinos siempre perdamos la batalla de la notoriedad frente a los anglosajones. Si Mortadelo hablase inglés, posiblemente Ibáñez coleccionaría Ferraris como lo hace Uderzo.
Por tener, tiene Ibáñez hasta el don de la profecía: en una viñeta muy anterior a los terribles atentados del 11-m , Francisco Ibáñez dibujó un avión incrustado en una de las torres Gemelas. No creo que se deba a que el dibujante sea un nuevo Nostradamus, más bien se debe a que nuestro genial creador a dibujado tanto y de tantas cosas, que no es extraño que sus tebeos hagan extraños guiños con la realidad.
Sirva este pequeño texto de homenaje a tan genial autor y por favor, sigue alegrando los veranos eternos de los niños.

domingo, junio 10, 2007

Has vuelto a suspender siete. Tus padres están que trinan. Y tú, que aunque estás disgustado, sólo piensas que hay un montón de muchachas esperándote ahí fuera. Mola el viernes, porque es el día en que comienza el fin de semana. En cambio, el domingo no mola. Te has levantado a las dos, tienes una resaca espantosa y tus padres preguntándote que cuándo te van a dar las notas. Lo peor de todo es cuando sepan que te han quedado siete y es muy probable que el año que viene vuelvas a repetir.
-Todavía no sé cuántas me han quedado.
Mientes como un bellaco y tus padres en el fondo saben que lo haces, pero siempre tienen la esperanza de que esta vez va a ser distinto, que van a recuperar a ese niño que en los primeros cursos de la ESO sacaba en algunas asignaturas sobresalientes y en otras notable. Pero tú, cuando cumpliste quince años, decidiste cambiar de prioridades. El instituto no importaba tanto como una chica de tu pandilla llamada Raquel. Importaba más el calimocho que las matemáticas; las tías valoran más unas buenas Ray-Ban que la clase de lengua. Total, con la música alta apenas se puede hablar nada con las tías. Yy lo interesante que te hacen las gafas aquéllas, ¿eh?
Lo único que te interesa de la biología es cómo perder tu virginidad. Desde que cumpliste quince años, los veranos son mucho más interesantes. y un día, vas en el metro, y ves a una lindísima moza, y sin que te dieras cuenta, el bulto de la entrepierna empezaba a ser mercancía sospechosa. Aunque la viste apenas quince segundos, pues ella se bajaba, estás días y días pensando en ella. Coges la misma línea sin necesidad con la esperanza de volverla a ver. y de tanto pensar y pensar, se ta ha olvidado hacer ese comentario para la clase de filosofía. Otra que cae.
En fin. No es culpa tuya que el cuerpo te esté jugando malas pasadas. No es culpa tuya que las chicas sean tan guapas, huelan tan bien y tengan esas vocecitas tan preciosas, además, tus colegas están igual y tú no ves que sus padres les estén dando tanto la brasa con los estudios.
Eres joven y sólo se vive una vez. Piensas que todo con el tiempo se arreglará. Tus padres insisten en que serás carne de cañón si no terminas el bachiller, pero tú crees que tendrás suerte. Eres inteligente, te dice tu madre. Basta con eso para poder triunfar en la vida, piensas. Para ser programador, por ejemplo. Les dices a tus padres que los mejores programadores no han hecho carrera.
Y siendo eso verdad, y dándote bien la cosa informática, sabes que malgastas tu tiempo delante del ordenador con los videojuegos y enganchado a Internet. Deberías saber que con esos mimbres no se aprende a programar, pero a ti te da igual. El Counter Strike mola mucho y estás pensando quedar con los colegas con los que juegas en red.
Si no lo sabes, te lo diré: perteneces a una de las generaciones españolas que más suerte ha tenido; has tenido una cantidad de tiempo de ocio tremenda y además oferta de actividades amplísima. Afortunadamente, nada te ha faltado y lo has conseguido con facilidad.
Sin embargo, a partir de ahora lo tienes difícil: vas a tener peores contratos y peores sueldos que los de tu padre y tus tíos. No vas a poder emanciparte porque la vivienda está muy cara. Y sabe Dios que otras cosas nos van a quitar a la gente que como tú y como yo somos de la clase baja.
Por de pronto, ya puedes pensar en sacarte esas siete que te han quedado. De acuerdo, las tías están muy buenas, pero todo a su tiempo. No vas a tener más posibilidades de estar con ella sólo por estar pensando ella, aunque sé que es difícil quitártela de la cabeza, como es difícil estudiar sabiendo que los colegas están en la plaza tomándola o al otro lado del ordenador esperándote para otra partidita de Counter Strike.
Por favor, sácate esas siete. Consigue tener una profesión que te permita vivir dignamente. Procura que sea un oficio en el que seas casi imprescindible. Y piensa desde ya en luchar por tus derechos, pues te han quitado mucho y puede que cuando seas mayor compruebes horrorizado que no le puedes los estudios a tus hijos porque esa es otra de las cosas que han arrancado a la clase baja como nosotros.
Ándate con ojo: está en juego tu felicidad.

sábado, junio 09, 2007

Toda persona que tenga por oficio algo creativo tiene la necesidad de darse publicidad. Una de las herramientas que para este fin se ha utilizado siempre es la vanidad, porque vanidad, aparte de una de las cosas que más matan la convivencia, es además una de los mejores recursos de venta de uno mismo y de sus obras. En este mundo de mercancías, el vive de una habilidad ha de ponerse por las nubes. Vivimos en el mundo de la imagen.
Entre los más vanidosos se encuentran los actores, pintores, escritores y políticos. Los escritores son actores que van o de hombres sabios o de bohemios; los actores dicen que construyen personajes como si fueran escritores de novelas; los pintores hacen política cada vez que exponen obras en las galerías; y los políticos son malos actores, pésimos escritores y a veces no sé si pintan algo. En cualquier caso, las cuatro profesiones tienen en común que suelen ser de gente vanidosa.
Venderse a uno mismo, ésa es la clave para triunfar en la vida. No obstante, la vanidad puede ser muy negativa en la esfera privada; los seres queridos nos conocen muy bien y nos miran con amor, pero también saben de nuestros defectos. No debemos abusar de quienes tan bien nos conocen. Aquí sí que debemos ser humildes.
Pero no debemos olvidar si no queremos perder el norte lo que decía Jacinto Benavente: " El amor propio y la vanidad nos hace creer que nuestros vicios son virtudes y nuestras virtudes, vicios" Se puede llegar a lo patético por ser vanidoso. El ejemplo más claro, el de esas bellezas viejas que a base de botox y bisturí se convierten en Barbies de geriátrico, que diría en una ocurrencia feliz Victoria Beckham. O lo que es peor: en monstruos del lago. Más que del lago, del Spa.
Pese a que hay gente que llega a hacer esa clase de burradas, sin llegar a sus extremos, no está de más nos queramos un poquito para defendernos de lo delirante cotidiano. A veces, cuando estoy muy caído anímicamente, me preocupa cómo mis circunstancias han ido destruyendo poco a poco mi ego; cuanto más necesito tener el ombligo bien brillante para mirarlo, más pelusas aparecen a mi vista. Quizá lo que me venga bien es una pequeña dosis de egocentrismo. Si consigo elevar mi moral, que no me falte mi familia que me diga las cuatro verdades, si es que mis pies se elevan del suelo demasiado o siento ganas de ponerme tetas. Bueno, de esto último, no creo que me entren ganas.

viernes, junio 08, 2007

La historia, la de siempre: un hombre de éxito que lo tenía todo. De repente, todo lo pierde por un arrebato de locura. Esta vez, de la forma más cruel e inhumana posible: matando al ser más inocente del mundo. Su hija. ¿Por qué me es tan familiar esta historia de tragedia? ¿Acaso sabía Alberto que su historia ya estaba escrita? ¿Por qué Alberto no cambió el guión en el último momento, y en vez de sacrificar la vida de su hija hubiera sacrificado ese infernal trabajo suyo en la empresa de seguros Swiss Re?
Las oficinas de la empresa estaban situadas en un moderno rascacielos londinense al que popularmente se conoce como "pepino". No hace mucho, otro alto ejecutivo que trabajaba allí se tiró desde lo alto y se mató. El rascacielos parece un falo. Tal vez sea lo que mejor simboliza la cultura falocéntrica empresarial, que mata y a la vez se devora a sus hijos, una especie de Saturno moderno del que asoma un gran pene de oro macizo. El dios de la pistola de oro.
Alberto Izaga era uno de sus hijos, y en sus años de ejecutivo maduró una insania que dio como resultado una aberración. Él no podía equivocarse en su trabajo, y eso, paradójicamente, hizo que tuviera la mayor equivocación de su vida: seguir trabajando en un sitio donde eso tan humano como el error está prohibido. El no poder errar le deshumanizó y le convirtió en esa bestia que tanto están publicitando las páginas de sucesos. El capitalismo castiga el error con el fracaso, pese a ser el sistema más erróneo de todos los posibles. El capitalismo puede que nos conduzca al error final, es decir, a la destrucción de nuestra civilización. Por de pronto, condujo a Alberto a su propia destrucción personal, haciéndole cometer en su casa el gran error que no podía cometer como ejecutivo. Por cierto, el apartamento está situado en el mismo bloque donde se rodó "Match Point", la película de Woody Allen que trata de un hombre que comete un crimen por continuar con su estatus, su tren de vida fabuloso.
En el fondo Alberto, has hecho lo mismo: has cometido un crimen por continuar con tu estatus, tu tren de vida fabuloso ¿Qué hubiera pasado si te hubieran echado? A mí me han echado más de veinte veces y aquí me tienes, esperando
el siguiente momento de felicidad que sin duda tendré. Y al trabajo, que le den. Tú sin embargo, aunque te describen como una persona risueña y sonriente, dudo que vuelvas a ser feliz. Es más, dudo que en algún momento lo fueras. Es imposible ser feliz pensando en que te puedes equivocar.
Yanira se llamó tu hija. Puede que la matara la esquizofrenia. Yo creo que la mató el dinero, con el que no te puedes equivocar.

jueves, junio 07, 2007

Caperucita roja era una fábula de transmisión oral que circulaba por Europa. Según la Wikipedia, fue Charles Perrault el primero que recogió la historia en un volumen de cuentos editado en 1697. La historia es de sobra conocida: una niña va por el bosque, se encuentra con el lobo y le salva el leñador.
Siempre me he preguntado si es verdad la interpretación que yo me he dado a mí mismo desde que tenía catorce años y un montón de hormonas corriendo por mi cuerpo: yo pensaba en que la moraleja de esta historia nos venía a decir que las mujeres se tienen que andar con cuidado de con quién se acuestan. El cuento es un pelín machista. Además, no tiene un cuento o similar equivalente en hombres. ¿O tal vez sí, me refiero cuando Ulises, en el canto XII, es atado al mástil para poder escuchar el hipnótico canto de las sirenas? Yo creo que ambas situaciones tienen el mismo mensaje subliminal: cuidadín cuando te acerques a personas de distinto sexo.
Pero ahí acaban las similitudes: mientras que Caperucita es una chica inocente e ingenua a punto de iniciarse en los misterios de la vida, Ulises es un hombre curtido en mil batallas y envuelto en cientos de peripecias. La una no tiene ni idea de con quién se juega los cuartos, y el otro, que sí lo sabe, pide por ello a sus hombres que lo aten a un mástil. Ya estamos con los dos tópicos más generalizados de la literatura: mujer ingenua, hombre bragado y valiente que sabe lo que se cuece.
A mí, que tan interesado adolescente era por el sexo, no se me escapaba la intención del cuento: prevenir a las mujeres que se van a iniciar en ello. El lobo está en el bosque, es lo desconocido, lo misterioso, lo peligroso. En cambio, el leñador es el hijo de la vecina, previsible y de vida vulgar que oferta un porvenir, pues eso: vulgar. No en vano, Caperucita, haciendo caso omiso de las advertencias de su madre, se pone a hablar con el lobo. Porque al igual que Ulises, Caperucita tiene espíritu aventurero.
Siempre han tenido más éxito con las mujeres los hombres que aparentan ser lobos que los que aparentan ser leñadores, me decía yo entonces. Pero claro, yo no podía aparentar lo que no era. Esas cosas siempre acaban mal. Y si no hubiera sido por el leñador, las cosas hubieran acabado muy mal para Caperucita.
Fijáos qué diferencia: mientras Ulises, que consciente de los peligros del canto de las sirenas, decide que la tripulación le ate un mástil, Caperucita, sin embargo, habla con el primero que le pregunta. Qué inconsciente ¡y llevando una caperuza roja!
De todo el mundo es sabido que el color rojo es el color de la pasión; la lujuria se ha representado muchas veces como una mujer con un vestido de ese color. Caperucita no es del todo inocente.
Quizás el único inocente de esta historia sea el leñador. Pero quién sabe. A lo mejor mató al lobo porque era él el que deseaba ser comido.

miércoles, junio 06, 2007

La temporalidad. Pero qué bonito. Nuestro gobierno lucha contra ella con aparente denuedo. "Hagan contratos indefinidos""España, contra el empleo precario""Debemos luchar contra la siniestralidad laboral, que se ceba especialmente con los trabajadores temporales"
Y mientras, en connivencia de los sindicatos... Dentro de todas las administraciones estatales...Miles de trabajadores temporales y cientos de subcontratas. No lo publicará ningún periódico mañana, pues interesa más la disputa sobre el problema etarra que mantienen gobierno y oposición. Sin embargo, sobre el excesivo uso del trabajador temporal mal pagado dentro de la administración pública... De eso, no dirán nada, siendo un grave problema que afecta a cientos de miles de individuos. Tal gravedad no entra en la agenda política de ninguno de los dos grandes partidos.
Con su beneplácito, tanto representantes sindicales como gerencias procuran que todo siga igual. Se escudan en las malas leyes del funcionariado para decirnos a los temporales del estado que es injusta nuestra pretensión de un contrato que se perpetúe en el tiempo de forma indefinida. Según la ley principal del funcionariado, los que quieran ser trabajadores fijos del estado deben entrar mediante procesos en los que primen la igualdad, el mérito y la capacidad. Pues bien, ¿Acaso esas bolsas por las que hemos entrado la mayoría de los temporales no se ajustan a los tres preceptos mencionados? Deslegitiman sin razón nuestra justa pretensión de ser fijos. El temporal típico de la administración pasa por un proceso selectivo por el cual se entra en una lista. Pueden pasar dos cosas: o que tenga la suerte de que el segundo contrato sea de interinidad o que encadene una serie infernal de contratos temporales en los que no tenga derecho ni a vacaciones porque la mayoría de esos contratos sean para cubrir a los fijos en las suyas. En ambos casos, el trabajador temporal ha demostrado a la administración pública su "mérito y capacidad" ¿Alguien en su sano juicio contrataría más de dos veces a alguien o le daría una interinidad si no se hubiera mostrado capaz y trabajador?
Antiguamente, la gente entraba con contratos temporales y finalmente consolidaba el puesto dentro de la administración. Era lógico. Cierto es que eso daba lugar a enchufismo, pero en prevención de ese mal menor, se generó uno que es un mal mucho peor: el de la generalización de la precariedad dentro del propio estado. Por no hablar de la externalización de los servicios, donde la administración permite que se cobren peores sueldos por un mismo trabajo y con condiciones laborales todavía más precarias.
Esto es fruto a una de las viejas ideas del neoliberalismo infame de la escuela de Chicago y demás, los cuales querían un estado débil y barato (todo lo quieren barato). Este concepto del estado fue aplicado con esfuerzo, denuedo y manipulación de la opinión pública tanto por los gobiernos socialistas como por populares. Así estamos hoy.
Aviso de navegantes: nos dicen que los trabajadores españoles tenemos que competir con los chinos y éstos trabajan de lunes a domingo, de doce a dieciocho horas diarias, por menos de cien euros mensuales. ¿De verdad queréis competir por algo así? Si no es así, todos debemos luchar porque, para empezar, sea el propio estado el que genere un empleo digno. Para ello, deben erradicarse el contrato temporal y la subcontratación. El Estado es la empresa española que más recurre al trabajo temporal. No deberíamos permitírselo, por el bien de todos.

martes, junio 05, 2007

A ETA le cuesta mucho el perderse en la noche de los tiempos. Hablando en plata: que se vayan a su casa de una puñetera vez y dejar de recordarnos que existe una cosa llamada nacionalismo que fue la causa fundamental de que el siglo XX fuera el peor de todos los siglos que la humanidad ha vivido.
Todo empezó en el XIX, en Europa, cuando una docena de iluminados de varios países distintos empezaron a decir "qué buena gastronomía hay en mi patria y qué bonitos son los colores de mi bandera" Ya he dicho en alguna ocasión que a los humanos lo estúpido y lo inútil nos mola un montón y la gastronomía es una estupidez y las banderas todavía más. Pues bien: gracias a la gastronomía y las banderas hemos estado dándonos en Europa hasta en el cielo de la boca. Este virus de la estulticia se extendió con rapidez y llegó a una pequeña región del norte de España, donde un fulano joven con una mala mili realizada en otra región de la península ibérica pensó que no se comía mejor en ningún sitio más que en su aldea; para que veamos la importancia de tener un buen rancho en los cuarteles. Ahora sólo le faltaba una bandera que identificara su región.
"¡Oh, vaya, si mi región no tiene bandera! No importa, cogemos la inglesa, la cambiamos los colores y ¡Et voilá! Ya tenemos la bandera de la patria vasca". "Pero no hay nación que no tenga su propio idioma" "No importa. Cogemos las palabrejas que quedan de un idioma que hablaban los aborígenes de aquí, cogemos a unos buenos filólogos que se inventen lo que falte y ya está: toda una lengua vascuence creada de la nada". Igualico que Tolkien. Plas, plas. Gritos, barullo y vítores. Un nuevo ombligo reluciente para mostrar al mundo ¿Alguien quiere más KoKotxas?
"Pero hay un problema. Que los seres inferiores que viven justo al lado de nosotros ( e incluso entre nosotros) no se creen demasiado este fraude de la patria, la raza y la madre que lo parió". "Nos importa un comino. Es nuestro negocio, de lo que vivimos. Corre a los seminarios, manipula a unos cuantos adolescentes de ésos que tienen la cabeza llena de idealismo, y con unos pocos petardos ya verás como estos maketos acaban por creerse lo de la patria vasca y la madre que nos parió"
Total, que esos jóvenes idealistas empezaron a matar a gente durante el franquismo, que era el otro veneno ideológico que por aquí corría de anillo en anillo. Pero de repente... el anciano dictador murió en la cama.
"hostia, y ¿ahora qué hacemos?"
-"Pues yo estoy por terminar la carrera que empecé y ganarme la vida dignamente"
-"Pues yo no sé hacer otra cosa más que matar y matar ¿Con qué me voy a ganar la vida ahora? Paso de barrer o de poner ladrillos. Prefiero seguir matando".
Hasta hoy. Lo bueno de ser terrorista es que tienes contrato fijo y la vida más o menos resuelta por la secta, perdón, por la organización ¡Que se jodan los seres inferiores!
"¡Uffff, qué susto! Por un momento pensé que la tregua iba a ser definitiva. No me veo poniendo ladrillos".

lunes, junio 04, 2007


No sé si en vuestras casas tuvisteis una. Yo sí: tuve una lámpara cromada de globos blancos. Para mí uno de los diseños de más éxito en los setenta. Se pueden ver en las películas de aquella época (era tan usual como la botella de J& B que siempre salía en las películas de "si lo justifica el guión tendré que desnudarme") y actualmente en las residencias de verano de algunas familias, las que tuvieron el dinero o la valentía suficiente para construirse una. Sí; en aquella época hubo quien de entre las clases medias-bajas que pudo permitirse este tipo de casas. Hoy en día, tal privilegio queda reservado para las élites. Para todos los demás, un lujo impensable, inclusive con MasterCard.
Pero hubo un tiempo que cuando sustituía el sillón, la nevera, el mueble-licorera o la lámpara que nos ocupa, en vez de mandarlo a la basura, lo mandaban a la segunda residencia. De ahí los mitos de las neveras preobsolescencia planificada que duran cuarenta años o de los sillones de escai que con el calor entran en celo y se vuelven pegajosos. También estaban las lámparas como la mía, globosas, en clara metáfora de los globos que se pillaban los tardojipis españoles, que como el romanticismo, entraron tarde en España.
Pero volvamos al tema que nos ocupa: las lámparas. Sus brazos eran cromados y los globos eran de cristal lacado en blanco. Tenían como requisito imprescindible que al menos uno de ellos no funcionara. Se podía mandar arreglar a la tienda o a un amigo especialmente mañoso, que te la devolvía con todos los globos dando luz, pero por esas oscuridades que a una familia media se le presentan en la vida, inmediatamente dejaba de funcionar otro. Por eso o porque esas lámpara estaban preparadas para darnos una lección de vida, la siguiente: ésta se compone de múltiples esferas: la social, la laboral, la de la salud, la económica, la familiar, la amorosa... todas están unidas al núcleo central que somos nosotros mediante brazos cromados y no todas funcionan bien a la vez. Cuando estás bien de parné te pasa algo con la familia; cuando en el trabajo todo va viento en popa, te deja tu novio o novia, cuando estás podrido de dinero tienes cálculos en el riñón. Vamos, que siempre hay un globo que está fundido. O dos. Si son todos, estás perdido.
En nuestra vida, todos buscamos la luz. A nadie le gusta estar entre tinieblas. Por eso los que tenían lámparas de globos se esforzaban en que todos ellos lucieran, pero eso era prácticamente imposible. Al menos uno tenía que dejar de funcionar. La vida es así, no la he inventado yo, nos cantaría una lámpara en caso de que pudiera.
¿Dónde habrá ido a parar mi lámpara? Nosotros no teníamos un almacén de obsolescencia, o sea, una residencia de verano donde ponerla. Con esa lámpara se ha perdido parte de mi vida ¿Dónde estará?¿Acaso subida al carro de Manolo Escobar?
También desaparecieron de las ciudades las farolas de grandes globos blancos que tanto molestaban a los aficionados a la astronomía. Decían que al irradiar luz por todos los lados, esas farolas impedían ver bien las estrellas. Qué oxímoron: luces que impiden ver (Ya es la última vez que empleo la palabra oxímoron, os lo prometo).
En fin. La moraleja de esta historia es que si tenéis un globo fundido procurad arreglarlo, pero no os preocupéis si a la vez se funde otro. Si sois mañosos, siempre podréis arreglarlo vosotros y si no, siempre tendréis a un familiar o a un amigo que se preste a ayudaros a reparar ese globo roto.
Y a veces os ayudará diciéndoos que lo único que tenéis que hacer es cambiar de bombilla. Que luzcáis mucho.

domingo, junio 03, 2007

Hace tiempo que no me pasaba por el sitio éste. Joder, cuánta mierda izquierdosa. Sí, el mundo va de culo. Para los débiles. Para mí no. Me ha ido muy bien. De puta madre. Teníais que ver el coche que tengo: un Mercedes 63 AMG. Descapotable. Si os lo queréis comprar tenéis que desembolsar 103.000 euros. A mí me lo ha conseguido un colega por bastante menos. En esta vida todo es tener contactos y enchufes y no ser un pringao.
Menudo carrazo. Bisbal tiene uno igual. 418 cv. Lo fundo en la autopista. Por supuesto, me he comprado de esos navegadores que te incluyen los puntos donde la DGT tiene los radares. Cómo estoy flipando con el puto coche. Y más que voy a flipar cuando me quiten en el taller el limitador de velocidad que llevan todos los Mercedes.
Yo quería un coche señor, y lo que siempre tuve claro es que quería un Mercedes. Lo que ya no tenía tan claro es que me lo tuneara Brabus o AMG, que son las principales casas que preparan los Mercedes. Con ellos tienes algo más que un Mercedes. Son una forma de distinción más. Te hacen el carro más exclusivo en el mundo.
Entrar en mi Mercedes es otra historia. Es como entrar en un avión, como dice mi madre. Pero a veces te llevas disgustos. El otro día, unos fulanos que iban en un Ford mierda se saltaron un ceda y me dí con ellos. Mi coche, intacto, con unas pocas rozaduras. Al de ellos se les rompió un intermitente y parte del parachoques. Pero del cabreo que me pillé les dejé además la puerta destrozada con mis botas de punta de acero. Ni se atrevieron a bajar. Hijo de putas, ni os atrevisteis a salir. Les hubiera arrancado la cabeza. Les dejé el coche fino.
En fin, que las cosas me van de puta madre. Estoy mirando casa y no sé en qué zona comprármela. He visto un piso muy señor en el Paseo de la Habana, pero por el mismo precio te compras una casa en la Moraleja. No sé que hacer. Mi madre me insiste mucho en que tenga una casa, que así por lo menos tengo algo en donde meter el dinero que gano.
Lo malo es que con el tren de vida que llevo estoy levantando muchas sospechas. Yo, en teoría, no tengo ingresos y comprarme un chalé en la Moraleja...como que mosquea. En mi familia nunca hemos andado mal de pasta pero tampoco hemos sido ricos. Trabajando para el Estado no te haces rico, y eso que mi viejo hacía trapis. Soy consciente de que el buga abre muchos interrogantes, me consta que mucha gente se pregunta de dónde he sacado la pasta para pagarlo. A ellos se lo voy a decir. No te jode.
En fin tíos, que todavía hay clases. Que no es lo mismo ir a 250 en un buga de diecisiete millones que en un Toledo, que era con coche que tenía antes. Ni mucho menos. Antes era un puto macarra sin un duro. Ahora soy un señor que se para en semáforo de la Castellana y que nota la cara de envidia de los demás conductores. Por mi coche y por mi rusa. Joder, qué buena que está. Viva la madre Rusia.
Copón, si en el fondo sigo siendo un macarra. Y como me gusta.
Por cierto, desgraciado ¿Tú crees que hay alguien que te lea aparte de mí?

sábado, junio 02, 2007

Ahora está celebrándose el II festival erótico de Madrid llamado Exposex 07. Más que erótico, porno. Salen hombres y mujeres recauchutados, mineralizados y tuneados con cuero. Las pocas ropas que visten son o de rojo pasión o del negro de la noche. Os preguntaréis si he estado. No. Puedo causar un conflicto en mi hogar. Los telediarios lo han publicitado muy bien, que siempre es más agradable ver a festivos mozos que guerras cruentas en el corazón de África. Por eso me he enterado. El porno distrae al personal y le disuade de pensar tontadas como la globalización, el calentamiento global o estadísticas que revelaran el excesivo enriquecimiento de las élites a costa de la miseria de las clases bajas, que es de lo que deberían hablar los telediarios. Son temas manidos. Prefieren hablar del porno, que es alegría y fiesta. Da igual que esas mozas recauchutadas y esos macizorros de cuerpos esculpidos sean inalcanzables. La fiesta debe seguir y así se lo hemos contado. Viva la mentira y esa rubia de tetas siliconadas te está esperando en el paraíso previo pago de veinte euros la entrada. Tú vas a ser el elegido. Aceptamos tarjeta.
Aguafiestas, me pueden decir muchos. Torquemada del placer me dirán otros. Bueno, yo no digo que no vayáis, total, debe estar entretenido. Pero que sepáis que luego os vais a sentir frustrados, porque ninguna de las bellezones que vais a ver va a ser para vosotros. Exposex es como el escaparate de una pastelería de posguerra: muchos se pararán a ver las delicias, pero casi nadie podrá tenerlas para sí.
Ahora mismo estoy trabajando con una compañera que además de ser muy buena gente tiene medidas de actriz porno. No exagero. Muchos de los que trabajan allí vienen a pelar la hebra con ella y se hinchan como pavos reales ante su presencia. Desde que llevo trabajando en el hospital jamás he visto un desfile así en mi puesto de trabajo. Ella está parapetada detrás de un cristal. A veces pienso si estaré trabajando en una pastelería.

viernes, junio 01, 2007

"Basta ya de pasar por este mundo tan solo mirando, tan solo aceptando lo que se ve, basta ya de ser mero público."
Así empieza la última entrada del blog de Amalur (http://manu-bioblog.blogspot.com/) Un chico joven, estudiante. Demasiado ocupado para poner sobre reflexiones sobre blanco. Demasiado abstraído, tal vez, en la búsqueda de la utopía que otros con veinte años, ni siquiera comenzamos. Amalur sólo ha escrito siete entradas, pero todas ellas están rebosantes de ímpetu, inteligencia y sensibilidad. Todas ellas rezuman amor por la vida y la solidaridad, que es el amor al desconocido.
Su mensaje es viejo, porque es el grito que toda juventud debe hacer en un momento dado. Los jóvenes del 68 lo hicieron, como tantos otros en el pasado. Las revoluciones las empuja el corazón de los que están pidiendo paso, de los que gritan: "Bueno, ya está bien, parad de una vez, no os tomáis el pelo, pero qué os creéis" Revoluciones ha habido muchas y todas han sido necesarias. Cuando se han parado con barbarie, en esos lugares ha después reinado la ruina, la miseria o la pobreza para la inmensa mayoría (aunque nos diga que la cosa está bien por las poquísimas mansiones que hay unos kilómetros más allá de las grandes extensiones de miseria chabolista que dejaron las contrarrevoluciones).
Aunque su mensaje se haya sacado de un viejo escritorio escondido y olvidado en el desván de un viejo idealista, su mensaje trae nuevas noticias. Noticias de que necesitamos el cambio, de que ya está bien de la dictadura del conservadurismo, que por cierto con tanto entusiasmo practican también los gobiernos que se dicen de izquierda. Cuando quieren que nos olvidemos de lo necesario, enterrándonos en una ciénaga entre tinieblas, es cuando necesitamos que los jóvenes se abran (nos abran) camino hacia la luz. Ayudémosles.
Amalur, tu batalla (mi batalla) no es fácil. Europa está cada vez más vieja, caduca y miedosa. Sobre todo tiene miedo a los que no tienen miedo, a los jóvenes como tú. Averigua si esos enemigos que tenemos que son tan grandes son, en realidad, esos tigres de papel que tú y yo sospechamos. Ganémosles, pues no nos queda otra.