viernes, febrero 16, 2007

Leo en el periódico que Levi´s tiene planteado el emprender acciones judiciales contra todos aquellos fabricantes de vaqueros de la competencia que imiten su logo con forma de alas de gaviota de los bolsillos; pues qué bien. ¿Y por qué no dan todo el dinero que saquen a la ONG "Gaviotas sin Fronteras"? ¡Cuántos polluelos quedan indefensos en la vida porque sus papás gaviota mueren presos de las hélices de los barcos! ¡Cuántos pierden a sus madres porque se ahogan con los plásticos de las latas!
Porque, bien mirado, los verdaderos dueños del diseño de alas de gaviota son las propias gaviotas, por lo menos hasta que tenga la certeza de que Dios existe y sea a él al que debamos pagar el derecho. Entonces, ¿con qué derecho Levís patenta una cosa que por derecho pertenece a otros? Un simple cómputo: Levi´s lleva cosiendo alas de gaviota en los bolsillos de sus pantalones unos 100 años. Las gaviotas llevan usando sus alas unos cientos de miles ¿De quién es entonces el diseño? Además, el trabajo de investigación y desarrollo llevado a cabo por millones de gaviotas ha sido inconmensurable e imponderable¡Cuántas no se habrán roto la cabeza contra el suelo en sus investigaciones de perfeccionamiento de sus alas!.
Además, yo creo que Levi´s debería pagarnos los derechos a todos los humanos por sus imitaciones de las piernas humanas, que además no están muy conseguidas: asemejan más a unas tuberías que a las extremidades inferiores de los humanos. Igualmente, la marca Levi´s debería pagar derechos a los herederos de la primera modista por el uso de la costura y a los herederos del que ideó el botón para
abrochar.
En fin, parece ser que la locura no ha hecho más que comenzar. Microsoft lleva años intentando patentar el doble click (¿quién no ha llamado dos veces a un timbre?)Otros quieren privatizar el agua que bebemos y después el aire que respiramos, y no me extrañaría nada que Nike pidiera dinero a los fabricantes de palos de Hockey por el sospechoso parecido del logo de la conocida marca de zapatillas con dichos utensilios.
En fin, yo os aconsejo que os patentéis a vosotros mismos, no sea que en un futuro os encontréis con la desagradable sorpresa de que sois de otros. ¿No sabéis que están intentando patentar el genoma humano?
Permaneced alerta.