Bachibozuks, zopilotes, papanatas, adoquines, mamandurrias. Eso es lo que me parecen los encargados del informe del banco de España y que avala el propio gobernador del banco, Miguel Ángel Fernández Ordóñez. Por decoro no pongo epítetos peores y recurro a eufemismos que sin duda no los definen como yo quisiera.
"Desde el Banco de España creen que el alto coste de los despidos propicia los contratos temporales."
"Su gobernador cree que la mejora de la eficiencia de la economía pasa por "avanzar en las privatizaciones allá donde tengan sentido".
Casi me da un síncope leyendo el 20 minutos, de donde saqué la noticia, yendo de camino al trabajo. Abrazafarolas, zopencos, zotes, tiralevitas, mostrencos. Qué pena que por decoro no pueda poner lo que realmente me vino a la cabeza.
¿Abaratar el despido? ¿Acaso no se ha demostrado fehacientemente que eso lo único que ha propiciado en España es precisamente que seamos el país de Europa donde más y con mayor alegría se ha recurrido al contrato temporal? ¿Acaso no ha servido estas medidas, ya implantadísimas por cierto en mi país, para que la gente tenga unos sueldos de miseria y que pese a las enormes ganancias, las clases bajas vivamos como si estuviéramos en período de crisis? Mangarranes, perillanes, mentecatos, mercachifles, mamporreros de usureros... Perdón, esto último se me ha escapado: quería seguir siendo eufemístico.
"Antes de que sea tarde hay que ser conscientes de que la productividad es la principal fuente de bienestar en el largo plazo y de ahí que las políticas que las promueven son decisivas".
Desde luego, siempre con prisas. Hay que hacerlo ya, ahora. Venga, que ya tardamos. La codicia no espera; la avaricia es impaciente. Queremos el mundo y lo queremos ahora, que diría Jim Morrison. Se irán del país si no tenemos en España suficientes pobres a los que explotar. Venga, que nos lo están diciendo sus siervos, los dirigentes del Banco España.
"Se apuesta por privatizar“sectores clave” para la economía, como las industrias de red, el mercado de telecomunicaciones, el sector energético o el de transporte".
Un momento... ¿Acaso no es una entidad pública? ¿No debería servir a los intereses de nosotros los ciudadanos? ¿Qué hace una entidad pública lanzando loas a la gestión privada? ¿No están tirando cantos a su propio tejado, que es el nuestro? ¿No serán un poco badulaques o bodoques?
"Hay que adecuar la fuerza laboral a nuevas demandas"
Mis eufemismos no llegan tan lejos hasta donde llega esta frase. Me recuerda a las palabras de Rajoy, el pasmado, en el debate con los ciudadanos: "España debemos ser competitivos: los chinos hacen camisetas que venden por menos de un euro" Pues hala, tomad frase hipereufemística y mineralizada. Ya sabéis lo que os toca: poned a vuestros hijos a hacer camisetas. ciento dieciséis horas a la semana, de lunes a domingo. Ganando menos de veinte céntimos a la hora. El látigo es opcional. Perdón, quise decir el flagelo.
Y resulta que este "informe" es decir, "sin forma" o dicho de otro modo, "contrahecho y deforme" por cuanto tiene de amoral, eufemístico, canalla y vil, ya que lo han hecho gente que se supone está a nuestro servicio: los funcionarios, burócratas, empleados públicos. A lo mejor soy un bambarria por preguntarlo: ¿a quién favorecen realmente? ¿No deberían ser personas insobornables, honradas, justas e íntegras? Lo contrario de corruptos, vaya.
En fin. A lo mejor envío una carta al gobernador del Banco España con "mi informe" para que se lo lea también a los colaboradores suyos que perpetraron "el informe". No la escribiré a mano, la redactaré con el procesador de textos del ordenador. Lo que no sé es si imprimirla en mi máquina de poner letras o dibujos en papel HP laserjet o hacerla en la de mi hermano, la HP deskjet. Cualquiera de las dos puede valer, una u otra.
miércoles, junio 20, 2007
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