Pero es el caso que tengo un amigo que es de esos hombres que se dejan impresionar fácilmente por la última persona que oyen, de esos caracteres débiles, flojos, apáticos, irresolutos, de reata, en fin, que componen el mayor número en este mundo, que nacieron por consiguiente para obedecer, callar y ser constantemente víctimas, y cuya debilidad es la más firme columna de los fuertes.
Es cierto lo que dice Larra. El poder de unos cuantos nace de la debilidad de la mayoría, lo que me apena es que ahora, como entonces, la bondad de carácter sea la peor cualidad que uno pueda tener para conducirse en este mundo. Cuando veo esas grabaciones en las que unos cuantos desalmados la emprenden con un alma cándida a golpes, pienso que la víctima le llueven los golpes no por ser malo, sino por ser demasiado bueno, inocente, pacífico, por ser en definitiva un don nadie con los que los demás se ejercitan en la escuela de la vida.
La bondad es, de todas, la mejor cualidad humana, pero también es la más castigada. Ya lo dijo Billy Wilder "Ninguna acción buena queda sin castigo". Los mejores hombres de la historia han sido castigados: Martin Luther king, Gandhi o Jesucristo. Qué mal trata la humanidad a sus mejores hijos. En cambio, cuántos malvados han muerto ancianos en la cama. Tal vez demasiados. Los más inhumanos son los que más han disfrutado de la humanidad.
Pero Larra hablaba, más que de un ser bondadoso, de un ser pusilánime. Los pusilánimes tienen más posibilidades de sobrevivir que los bondadosos rebeldes, sólo por el hecho de que no luchan contra el orden natural de las cosas. Un subversivo que no es un hombre malo está peor considerado que si realmente lo fuera, porque actuando para conseguir un mundo mejor puede dar al traste con éste, que para los siervos de la maldad es el mejor de los mundos posibles, donde son los menos los que viven bien .
Decía Fernando Fernán Gómez en una entrevista que él se consideraba maniqueísta, y yo, que antes de oírle, llevaba muchos años pensando que en esta vida no se puede ser tal cosa. Pero me convenció. Es verdad, este mundo se divide en hombres malos y en hombres buenos, sólo que la cantidad de los segundos es notablemente mayor que la de los primeros, EL poder de éstos es mayor, y por sus obras lo conoceréis.
Se permite Larra vilipendiar a uno de los que están en la basa. Mal hace en no dedicarle elogios, pues el camino que siguen las bellas personas es difícil y poco seguro para la supervivencia.