miércoles, marzo 21, 2007

Estamos en el tiempo en que lo gratis está proscrito: la Unión Europea quiere abrir un expediente a España porque en nuestro país se exime a las bibliotecas públicas de pagar un canon por el préstamo de libros. O sea, que es más importante el pasar por caja que el que lea un número importante de ciudadanos. La salvaguarda del derecho de autor es más importante que la cultura de la ciudadanía. ¡Qué lástima no tener el papel donde está la sentencia del Tribunal de Justicia de la UE para pasármela por donde la espalda pierde su honroso nombre!
Pero qué se puede esperar de una institución cuyos miembros quieren meter con calzador una constitución donde la palabra "mercado" aparece en su capítulo inicial más de ochenta y nueve veces, frente a "solidaridad" e "igualdad", que yo creo que no aparece casi en ningún sitio o si está es de pasada. Os lo digo yo, que seré de los pocos que me he leído de punta a cabo el borrador de la Constitución. Gracias, holandeses y franceses, por parar semejante barbaridad.
Vivimos tiempos en que con total desvergüenza se defienden los intereses de las minorías poderosas frente al pueblo soberano. Otro ejemplo es lo que está pasando en mi país con esa ley que pretenden aplicar sobre el canon digital: la cosa consiste en que, como no ganan lo que quieren las editoriales, las productoras de cine y las discográficas con la venta de discos y libros, quieren grabar los discos duros, fotocopiadoras, reproductores de mp3y DVD y demás cacharros con un impuesto por las pérdidas generadas por la piratería. Resumiendo, que pagas dos veces por lo mismo: la primera vez cuando te compras un DVD; y la segunda, cuando te compras un reproductor para ver ese DVD ¿Habrá alguien con mayor caradura? Y claro, llegan sus amigos los políticos y aprueban la ley, pese al gran rechazo popular que suscita.
Gracias a un millón de firmas presentadas, entre las que está la mía, el gobierno ha parado momentáneamente la ley. Pero por desgracia, no será para siempre, sólo están discutiendo a cuánto nos cobran el precio del fraude.
¿Qué está pasando aquí? ¿Hasta cuándo va a durar la dictadura del dinero, que pisotea la naturaleza y los derechos de los hombres?
Un fantasma recorre Europa: el de la avaricia más sangrante. A ver quién para la hemorragia.