viernes, junio 15, 2007

¡Qué tarde me dio ayer un compañero de trabajo!
Cada vez que entraba un negro, un rumano, un marroquí, la misma historia:
-Vaya morro que tienen: no han cotizado nunca a la seguridad social y cada vez que les pasa algo, venga, a Urgencias. No tienen vergüenza.
Yo, cuando la gente enarbola ese tipo de banderas, opto por callarme. Por mucho que les
intentes convencer de lo errado de sus razonamientos, con argumentos y demás, nunca dan su brazo a torcer. Así que dejo que escupan bilis y a otra cosa mariposa.
- Tú te crees estos vagos, sinvergüenzas, que no han dado un palo al agua. Se tendrían que ir a sus países, a ver si ahí les curaban. Vaya cara más dura. En cuanto les duele algo, hala, al hospital.
Ahora es cuando viene la loa a los Estados Unidos.
- En Estados Unidos, tú tienes la sanidad en función de lo que puedes pagar. Si tú tienes un buen seguro médico, pues recibes una buena asistencia sanitaria, y el que no, que se muera en la calle. ¿Tú sabes la cantidad de inmigrantes que tienen en los Estados Unidos? ¡Cientos de miles! Más que ningún sitio ¿Te imaginas si ellos tuvieran cobertura sanitaria universal como aquí en España? ¡Sería el caos!
Sí, como el caos militar que tienen. Estuve a punto de decirle que con destinaran la cuarta parte del gasto militar que tienen en sanidad, tendrían más que suficiente cobertura sanitaria no sólo para todos los EEUU, sino para América entera. Pero yo mutis, esperando a que se terminara su testosterona tranquilamente.
- Nos están robando. Nos están quitando poco a poco la seguridad pagada durante años por todos los españoles.
-Sí, estos inmigrantes van a hacer igual que lo que otros hicieron con la Telefónica. Una cosa mantenida y pagada por todos los españoles durante años, para luego ser vendida por cuatro duros a los amiguetes del ínclito ex presidente del gobierno don José María Aznar López. Vaya estafa, vaya robo. Igualico que el expolio que está haciendo ese pobre bebé con fiebre que trae esa mujer guineana ¡Qué vergüenza!
Le grité. Es que ya me tenía un poco harto.

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