Por todo el mundo es reconocido que estamos en un período de involución histórica, o si se prefiere, vivimos un período en que la minoría está disfrutando del éxito de la revolución conservadora de los 80, donde las fuerzas más derechistas de todos los gobiernos y estamentos sociales del mundo son las que dictan costumbres y proceder, haciendo incluso que las élites más progresistas de la sociedad se muevan al compás que marcan las fuerzas conservadoras de este mundo.
El período se inició justo a la caída del muro de Berlín, aunque hay gente que lo sitúa un poco antes, justo cuando Ronald Reagan obtuvo la presidencia de los Estados Unidos y Margaret Thatcher la de Inglaterra. La URSS se estaba carcomiendo por dentro y realmente no presentó nunca batalla a ambos gobiernos conservadores, y por eso, no puede decir nadie de ellos que fueron los artífices de la derrota del comunismo.
En cualquier caso, ahora la derecha campa a sus anchas y es la que dicta las normas que rigen a la sociedad global. ¿Cuánto durará esto? No lo sé. Todo empieza y todo acaba, pero el problema es cuándo acaba.
Qué cosas más curiosas tiene la historia: en los años 70, Nixon fue destituido y se instalaron en el poder gran parte de los dirigentes izquierdosos que de alguna manera se sentían herederos del mayo del 68. Todo apuntaba a que la izquierda iba a disfrutar de varias décadas de dominio histórico. Sin embargo, después de todo aquello,e l conservadurismo resurgió de sus cenizas para organizar la sociedad a su gusto. Hasta hoy.
¿Cuánto va a durar todo esto? No lo sé. Hay muchos profetas que llevan anunciando el cambio de régimen mucho tiempo, pero éste no se produce ni creo que se produzca en breve plazo, aunque le queden pocos telediarios a Bush. En fin.
Todos los gobiernos de todos los países han aplicado en mayor o menor medida recetas neoliberales. Sin embargo, aunque la mayoría de las veces estas recetas han sido nefastas para la gran mayoría de la población, han tenido la desfachatez de decir que ha sido por hacer políticas de izquierdas. Han logrado infundir el mito de que los mejores gestores son los de derecha, sin embargo, la gente se sigue muriendo de hambre y nunca ha sido tan grande la brecha entre ricos y pobres y todos los gobiernos de estos últimos tiempos, conservadores y progresistas, han gestionado a la manera neoliberal.
En fin, sólo queda esperar a que las mayorías se den cuenta de una vez por todas del fraude. Desde luego, no tomaremos conciencia viendo la televisión o leyendo el periódico. Quizá es tiempo de volver a los libros y al debate de ideas.