sábado, enero 19, 2008


Hay una cosa que nunca debería hacer la tele: poner las series antiguas que tanto nos fascinaron cuando éramos pequeños, porque algunos productos televisivos envejecen fatal. Es el caso del Equipo A, el gran héroe americano y del coche fantástico. He visto los episodios y mi mentalidad de adulto no me permite pasar algunas licencias que se toman los guionistas de la serie. Por ejemplo, no entiendo cómo, despúes de organizar una ensalada de balas, los del equipo A nunca asesinaran a nadie y lo máximo que hicieran es que los enemigos ejecutaran acrobáticos saltos. Los coches también saltaban, y aunque eran modelos casi prehistóricos sin airbag, los ocupantes siempre salían ilesos poniendo, eso sí, cara de mareados. Tampoco me quedó claro de qué vivían los miembros del equipo A, si la mitad de las veces no cobraban, y cómo era posible que a la gente corriente con problemas les fuera más fácil localizarles que al propio gobierno estadounidense, pero claro, también le es ahora muy difícil encontrar a Bin Laden y eso que tienen satélites y cámaras por todos los lados. Es posible que por eso el equipo A fuera tan escurridizo, en tiempos en que esas tecnologías no estaban tan avanzadas.
Hace poco, vi un episodio del Gran Héroe americano, esa serie que se emitió en las tardes del mes de agosto del 84 y que iba de un rubiales y su amigo del gobierno americano. Al rubiales le habían dado un traje extraterrestres bondadosos, que estaban muy de moda. Hacía poco que Sepielberg había rodado "encuentros en la tercera fase" y "ET" y Cocoon, que dirigiera Ron Howard, estaba en fase de producción.
En el episodio que vi, se decía que el amigo estuvo en Centroamérica "ayudando" a los pobrecitos del país a tener gobernantes justos y tal. Recomiendo leer los estudios políticos de Chomsky para comprobar el tipo de "favores" que el gobierno de Reagan prestó a algunos países iberoamericanos. Creo que todavía se lo están agradeciendo. Es curioso comprobar cómo la manipulación de la opinión pública se hace más evidente con el paso del tiempo y lo imperceptible que es en su momento. En serio, yo me creí entonces que los norteamericanos fueron a hacer el bien a sus vecinos del sur.
Y luego estaba el coche fantástico. Y no sólo lo era por hablar. Creo que incluso funcionaba sin gasolina, ni siquiera con gasoil. Han pasado más de veinte años desde que se estrenara la serie y aún hoy los coches funcionan con derivados del petróleo. Eso sí que lo hacía fantástico. En lo demás los autos de hoy sí que se parecen a dicho protagonista mecánico: te marcan los itinerarios, te dicen que una rueda está poco inflada, que una puerta ha quedado abierta... Además, la luz que tenía KITT roja por delante, los de hoy la tienen por detrás. Vale, es la tercera luz de freno, pero mola como la de KITT. Por lo demás, la serie era tan monótona como las anteriores. A Michael Knight siempre las cosas le salía bien ("me encantan que los planes salgan bien, que diría Hannibal Smith) y siempre había villanos que no morían porque las balas sólo eran para amedrentar. Por lo demás, me encantaba el reloj CASIO con el que el personaje interpretado por David Hasselhoff llamaba a su coche. Desde entonces me viene la afición por los relojes digitales.
En fin, creo que no debería haber reposiciones en la tele, pues el recuerdo embellece todo lo que proviene de nuestro pasado. No obstante, como tengo buena memoria a largo plazo, seré de los pocos a los que la infancia no les parece esa arcadia feliz. Definitivamente, no creo que cualquier tiempo pasado fuera mejor. Ni las series de televisión, tampoco.