viernes, noviembre 10, 2006

Bueno, hoy comienzo el tema catorce y último de mi primer libro del temario de las oposiciones. Son un total de setenta temas divididos en seis libros. Ya me quedan sólo cincuenta y siete temas ¡Yupiii!
Todavía me acuerdo de cuando,en este verano, mientras las olas del Mediterráneo bañaban mis pies, yo, en poco decorosa vestimenta, es decir, llevando un ridículo bañador de colores chillones, grité, cual Scarlett O´hara en lo que el viento se llevó - ¡Juro que jamás volveré a ser temporal! y volviéndome a mi esposa, con voz campanuda, dije:
-Cielo, no quiero nuestros futuros retoños que nos han de venir tengan una vida de precariedad económica y de incertidumbre para el futuro. A partir de ahora, lucharé con mis ojos y mi intelecto para meterme en la sesera el duro programa de las oposiciones. El proceso será largo y dirícil y habrá momentos de gran decaimiento, pero yo me levantaré para seguir corriendo esta dura maratón.
-Vale, vale, Tú tranquilo; mejor vámonos que todos nos están mirando.
Esos días de asueto me sirvieron mucho para meditar y decidir apostar en serio para las oposiciones ¡Cómo hecho de menos la cerveza y los chiringuitos! Entonces pensé en la cantidad de veranos tranquilos que podría tener ahí, en la playa del Mediterráneo si conseguía mi objetivo. Otra de las 174 razones: tener veranos como los de niño, esos sí que eran veranos sin preocupaciones.
Bueno, creo que no es verdad. Alguna vez me ha quedado para septiembre.
¡Qué poco se necesita para ser feliz, pero qué difícil se le pone la vida al conformista!