jueves, agosto 09, 2007


Es muy común escuchar o leer en los medios más clásicos, de las grandes empresas, que no de los estados, que de internet y de los blog es de donde vienen las mentiras, que son los que han cambiado todo para mal y que en el mundo de la información de hoy es difícil el creer algo, porque los blog no son fuentes de información contrastada y fiable. Por lo que a mí respecta, os puedo decir que os doy mi verdad, y que como decía Machado, lo yo que quiero es que si no veis verdad en lo que os escribo, juntos vayamos a buscarla. En mi blog digo mi verdad, así que tened por seguro que yo, desde que me levanto hasta que me acuesto, sólo tengo el objetivo el ser honrado con mis semejantes. Una forma idóena de serlo es contar lo que yo creo que es verdad: aquí no os está escribiendo un mentiroso. Además, no sé mentir, me lo dicen mucho mis familiares cuando hago alguna ridiculez.
Por eso, me indigna que los medios tradicionales desacrediten de aquella manera a la información que nos viene de Internet. Son los grandes mentirosos, porque a sabiendas de lo que es verdad, hay pruebas fehacientes de que intentan manipular y moldear nuestra opinión cada día en función de meros intereses económicos. Hace tiempo que perdieron mi respeto y hace tiempo que jamás recurro a ellos para formar mi opinión, porque carece de crédito aquella información que está hecha para defender determinados intereses empresariales. Me merece más crédito el blog de alguno de mis amigos, que ante nadie tienen que responder de sus opiniones, que el de ésos que escriben pensando en su cuenta corriente.
Jamás lamentaré la desaparición de los colosos de la información, porque han contribuído con sus malas prácticas a hacernos todos siervos de las multinacionales y no ciudadanos, porque incluso se les podría juzgar como instigadores de guerras, de matanzas y de torturas; porque son, en definitiva, parte del mal de este mundo.
Cuando tenemos miedo somos más crédulos con las mentiras. Yo creo que es eso lo que está pasando. Esta es, sin duda, la generación del miedo. Recordad lo que dijo San Juan: la verdad os hará libres. ¿Acaso ahora lo somos?