domingo, diciembre 09, 2007

Contó Fernando Fernán Gómez en una de sus últimas entrevistas una bonita fábula de oriente que más o menos decía así:
Un padre regaló a su hijo un anillo, con una leyenda en su interior. El padre le dió instrucciones de que sólo leyera el interior en caso de encontrarse ante un problema muy grave para el que no viera solución. Pasaron los años y el hijo se vio en muchas vicisitudes, pero no tuvo necesidad de leer el interior del anillo pues en todas supo arreglárselas, pero un mal día, el conflicto que tenía ante sí era tan grande que no sabía qué decisión tomar. Desesperado, se quitó el anillo del dedo, y en él simplemente decía:
Esto también pasará.
Y yo, que ahora estoy metido en un conflicto del cual no veo la solución, sentí al escuchar la anécdota un soplo de aire fresco, el aliento vivificador del sabio cómico, escritor, director de cine que tristemente nos ha dejado. Sólo quedan seis meses para mi gran examen y cuán largo y desesperante se me hace a veces. Qué negro veo mi porvenir en los momentos de desánimo. Menos mal que acudió el sabio a mi socorro.
Miro entonces mi propio anillo y leo: María José 14/02/2004 y pienso que esto también pasó y me pongo muy contento pero a la vez muy triste. Va a hacer cuatro años. Los años que más se parecen a los minutos de toda mi vida, que es, a su vez, el instante más corto que haya registrado jamás la mente humana.
Cuando me quiera dar cuenta, estoy delante del tribunal; en un guiño de ojos, sabré mis notas; y si mi fortuna es adversa, recordaré las palabras que el gran sabio tuvo la enorme modestia y honradez de no dar por suyas:
Esto también pasará.