domingo, octubre 28, 2007


Ya os dije yo que el otoño me ponía melancólico. Pero es que las circunstancias no ayudan.
Ayer estuve con un viejo amigo cenando. Se había separado de la mujer, con la que había tenido una hija que cumplió los cuatro años el otro día. Están todavía con los incómodos y crueles trámites que conlleva una separación. Él tenía deseos de evasión y la reunión fue muy cordial y divertida. Pero pude columbrar, a través de sus ojos, en su alma, una tristeza vacía de lo vivido en su matrimonio, de aquéllo que fue y que ya no puede ser más, y cómo lamenté su pena que es mi pesadilla, y que se quede en un mal recuerdo nocturno para siempre jamás.
Me enseñó la foto de su hija en la PDA. La niña más guapa que vi en mucho tiempo, de ojos zarcos y cabello de oro, que dirían nuestros poetas del siglo de oro. La niña miraba con dos platos a la cámara, los mismos platos con los que ve las raras evoluciones de sus padres. Me imagino el desconcierto de esa niña, pues los niños saben más de lo que nosotros creemos, al ver que su padre duerme en el sillón y su madre en el lecho que ahora es menos conyugal que nunca. Los ojos de la foto digital eran grandes, asombrados. Podía imaginar perfectamente esa grandeza ocular en gesto de perplejidad, de asombro por ver cómo la foto de papá y mamá en la que aparecen agarrados de la mano está en el suelo, con el cristal roto en mil pedazos ¿Por qué ya no luce en la cómoda como antes? ¿Cúantas veces le dijeron papá y mamá "hija, se te va a romper" cuando quería cogerla? Al final, los que la rompieron fueron ellos.
"Ya no nos comunicábamos" "Éramos dos desconocidos" Me dice mi amigo limpiándose la espuma de cerveza de los labios como si en vez de mi amigo lo fuera de Arturo Pérez Reverte. Y yo pienso tontamente, inocentemente, que no hay nada más fácil que dialogar ¿Qué extraño mecanismo se tiene que romper para que lo fácil se haga difícil? ¿Qué tiene que pasar para el que conoces de toda la vida, a quien amas, se convierta en un desconocido?¿A quién estabas mirando, entonces?
Miré en los muros de la patria mía y no encontré respuestas. Recordé la historia de una amiga de mi chica que se separó del marido "porque no la llevaba de viaje" ¿Y por qué no se lo dijiste? También me vino la memoria de las historias de esos novios viejos que se casan porque "o ya se iban a vivir juntos o se separaban"¿Tiene el mismo valor una cosa que otra? Y entonces no se me ocurrió otra cosa que escribir una entrada en mi bitácora sobre las separaciones, para ver si yo me encontraba respuestas.
Y después de escribirla, me doy cuenta que lo que tengo no son más que preguntas.