jueves, febrero 28, 2008

Vivo en una ciudad-dormitorio de doscientos mil habitantes y por ningún lado me he cruzado con Cervantes, Quevedo, Góngora, Lope del siglo XXI. Quiero decir, con escritores comparables a ellos. En el Madrid en el que ellos vivían había unas ochenta mil almas, y aún quedaba sitio para los cuatro, para la genialidad.
Dicen que es un síntoma de decadencia económica que en un país se concentren buenos literatos. Cuando ellos vivieron, España entró en barrena en una crisis que le produjo un atraso del que tardaría años en recuperarse. La miseria, el drama social que rodeaba a nuestros sublimes escritores está suficientemente documentado ¿Hace falta que n pa'is viva mal para que las plumas mojen en el tintero de la excelencia?
Mi ciudad, que casi triplica la población de ese Madrid miserable no tiene a nadie que pueda comparárseles y la verdad, no será por falta de formación, que a poco que busques te sale un fulano con tres carreras y capaz de hablar en varios idiomas, como si de un Quevedo moderno se tratara o la niña del exorcista. También se conocen a varios superdotados que bien podrían escribir un Quijote moderno o liarse a hacer comedias teatrales como si fueran churros. Y pese a ser una ciudad del proletariado fundamentalmente, no sería difícil encontrar a alguien con ganas de exprimir el idioma en busca de figuras literarias para una élite, muy erudita y con pocas ganas de compartir letras con el vulgo.
Tal vez lo que pasa es que el Lope moderno está trabajando en una multinacional de la comunicación; Quevedo es un sarcástico ingeniero industrial; Cervantes es un humilde electricista que lee libros de física y Góngora un profesor de instituto hastiado de corregir faltas ortográficas en los exámenes de sus alumnos.
¿Y qué será de Sor Juana Inés de la Cruz, al otro lado del charco? Tal vez esté luchando por ser directora financiera de un gran banco, teniendo que hacer el doble de esfuerzo y poniendo el doble de talento que sus colegas varones para escalar puestos dentro de la institución, llegando cada día agotada a casa, y acordándose de lo feliz que era en el instituto, donde por cierto una vez ganó un certamen de poesía.
¿Qué tienen estos tiempos, todavía de bonanza, que nos tienen tan mal inspirados? Escritores hay, y buena producción literaria ¿Pero qué es lo que falta para conseguir la excelencia de ésos del pasado, que salvaron un siglo entero en crisis gracias a la inspiración?
O dicho de otro modo: ¿Qué es mejor, tener bonanza y prosperidad, a cambio de literatura normal, o crisis y desesperación, quedando por contra una literatura sublime y genial?
"Ande yo caliente y ríase la gente" Hasta Góngora, en tremenda insolencia de tiempos pretéritos, nos da la solución a tan terrible duda.

miércoles, febrero 27, 2008

Ayer por la tarde, mi sobrina me dedicó una de las mejores sonrisas que yo habré tenido jamás en mi vida. Sincera, auténtica, sin artificios, porque mi reina todavía no ha tenido que enfrentarse a este mundo de impostura que, como siempre se ha dicho, es un teatro.
Dudo que mi sobrina recuerde la sonrisa que me dedicó, pues es muy chiquitita, pero yo no me olvidaré mientras viva de su forma de sonreír, con la boca, con los ojos. Porque con los ojos también se sonríe y ella ayer lo hacía.
Era de noche y desde el piso donde estábamos sólo pude ver una estrella. Qué cosa terrible esto de vivir en la gran ciudad ¿Verdad, cariño? En la que nos podemos pasar meses y meses sin ver el firmamento. Tal vez sea eso, y no la angustia vital lo que nos hace infelices a los urbanitas, que estamos ciegos de estrellas. Menos mal que tú ayer me diste un poco de felicidad.
Todos creemos que vas a ser una chica pizpireta. Pasaste una dura prueba, y dentro de tu subconsciente algo te debe decir que debes de aprovechar la oportunidad que la vida te ha dado, y por eso te ríes tanto y disfrutas. Sin duda te va a gustar la gente. Sólo temo que la mezquindad humana no te lleve a muchos desengaños.
Pero ¡Qué demonios! Eres una fuerza de la naturaleza que ha venido a ponerse el mundo por montera. Pisarás fuerte por la vida y te cuidarás mucho de pedir permiso, que el mundo deberá ser tuyo para cuando te plazca.
Y gracias, cariño. En primer lugar, por recordarme que lo mejor siempre es gratis y en segundo lugar, porque gestos como el tuyo son la mejor pócima para evitar el acartonamiento del alma. Me estaba haciendo mayor prematuramente hasta ayer por la tarde.

martes, febrero 26, 2008

Almas separadas

"Una vasta extensión de terreno separa vuestras almas"
así me lo dijo el sacerdote de la incomprensión.
Yo no quise dar crédito a mis oídos.
No se lucha por lo que se debe luchar.
Se muere siendo inútil
y nadie oferta comprensión
sólo muerte como destino.
"Una vasta extensión de terreno separa vuestras almas"
El viajero tiene sus dudas a la hora de comportarse,
pero pocos son los que no yerran.
El alma es inocente,
abatido cae ante el órgano del real.
Reencuéntrate a ti mismo,
conócete, búscate,
y no respires el aliento mentiroso.
Recuerda que a nadie perteneces,
así serás de los pocos que ganan
"Una vasta extensión de terreno...Libertario"
Sé que eres de los que me ayudarán
podré contar contigo
me darás lo poco que pido
y seré feliz
y tú también serás feliz porque yo también te daré
no verás negro
porque cuando tengas por fin el estómago lleno,
podrás como yo filosofar,
y tu vida y mi vida serán más plenas.

¡Caray! Escribí este poema en 1995. Cuánto ha llovido y qué poco ha cambiado mi forma de pensar

lunes, febrero 25, 2008

En los foros de Internet dedicados a la política, una forma que tienen de denigrar al contrario, utilizada sobre todo por la gente más afín a la extrema derecha es decirle "Bárbaro de la LOGSE" o "bobo de la LOGSE" Contra mí lo han utilizado, cuando he cometido la imprudencia de intentar rebatir sus argumentos, en caso de haberlos, que en la mayoría de los casos no los hay. Sólo encuentro insultos más o menos inspirados, casi siempre procedentes de cierta emisora que Dios guarde muchos años.
Se da la circunstancia de que yo no soy un bárbaro de la LOGSE, pues estudié con el anterior sistema educativo, pero me parece bastante penoso que se quiera denigrar a las personas que han seguido ese programa educativo implantado por Javier Solana, socialista, que por ahí van los tiros.
Yo tengo varios sobrinos que han seguido el programa educativo de la LOGSE y en modo alguno puede decirse que se trate de bárbaros o de bobos. Más bien al contrario, yo tengo buena opinión de la gente que nos sigue. Muchos de ellos son gente culta, estudiosa y con inquietudes. En ellos hay más de civilización que la que tendrán nunca los que se dedican a insultar, escudándose en el anonimato de Internet, a una buena parte de la generación de españoles que está llamada a sucedernos.
Tengo gran esperanza en la gente LOGSE. No creo que sean esa gente tan hedonista que fuimos nosotros, ni tan individualista. Noto en los que vienen un inconformismo, un malestar que bien canalizado quizá mueva los resortes cubiertos de polvo de esta sociedad enferma. Pienso que no todo está perdido. Tal vez ellos hagan lo que nosotros debimos hacer en su momento.
Nosotros sí que somos una generación perdida. Nada de manifestaciones por la vivienda, por la precariedad en el empleo. "Tú sólo preocúpate de estudiar, que es lo que tienes que hacer y verás como todo te vendrá hecho" Nada de eso fue verdad. Poco a poco hemos ido perdiendo cosas y la hipoteca nos va ahogando mes a mes.
Los que nos suceden se han dado cuenta de la estafa y tal vez sean los que pongan las cosas en sus sitio, los que hagan que este país despierte de su letargo ideológico.
Arremeter contra los jóvenes de la LOGSE es insultar al porvenir. Ojalá un joven educado con la LOGSE gane un premio NOBEL, para restregárselo en las narices a tanto energúmeno que vomita sandeces en Internet.
No es políticamente correcto hablar bien de la LOGSE ni de los educados en ella, pero yo rompo una lanza en favor de los alumnos, y deseemos con todas nuestras fuerzas por su éxito, dado que su fracaso es cosa de todos.

domingo, febrero 24, 2008

Hay una película protagonizada por Lina Morgan y Juan Luis Galiardo, de la que no me acuerdo el nombre -no es por parafrasear al más insigne de nuestros escritores, es que de verdad no lo tengo guardado en la memoria-, producto rancio del tardofranquismo que, mediante un humor más que superado, de raíz pequeñoburguesa que diría un marxista, nos explicaba la historia de una mujer sencilla que le había tocado de premio estar con uno de los galanes de moda, interpretado por uno de mis más queridos actores, Juan Luis Galiardo. Aparte de hombre guapo y seductor (ahora menos, la edad no perdona ni a los buenos), los que le conocen dicen de él que es una persona maravillosa. Afortunado él que está tocado por toda clase de dones.
El argumento lo siguiente: a una pobre chica sencilla, de pueblo y muy atraída por el mundo de la farándula participa en un concurso y le toca como premio pasar un tiempo con su actor favorito. Pronto se da cuenta que el mundo que ella admira, de las estrellas, todo es mentira. Un decorado de cartón piedra en que nada es lo que parece.
Cuando en un momento dado él dice que tienen que acostarse, pues ha de cumplir el contrato, además que debe de cumplir con su fama de rompecorazones. Ella, que hasta entonces se había mantenido virtuosa, accede a acostarse con él, pero está claro que lo hace rompiendo su idealismo. Pierde en la cama la inocencia.
Yo, recuerdo que vi esa peli a los quince años o dieciséis años, en una luminosa tarde de sábado (¿Por qué perdería el tiempo en mi casa, pudiendo estar con los colegas, yendo a por las churris?) y, pese a que entonces estaba yo obsesionado por perder las virginidad, y sexo y amor eran materias de estudio para mis sufridas neuronas, las que no morían en mis primeras borracheras, pese a eso, no pude por menos que sentir pena de la muchacha que, en cierta manera, acostándose con el galán se había traicionado a sí misma.
No se me malinterprete: Dios me libre de haber juzgado nunca a una mujer por acostarse con uno o más hombres fuera del matrimonio, jamás participé de ese código moral caduco. Lo que pasaba con el personaje de la película de Lina Morgan es que ella estaba haciendo una cosa que deploraba por hacerle un favor a él, porque incrementara su fama de ligón, y lo estaba haciendo en contra de sus propios deseos, su propio código moral. En cierta manera, ella se estaba traicionando a sí misma.
Si el personaje interpretado por Lina Morgan hubiera tenido una visión de la vida más moderna, sin esa noción de pecado, bien hubiera estado el que desde un primer momento se hubiera pasado por la piedra al personaje interpretado por Galiardo. Pero no fue así. A ella le traumatizó el acostarse con su adorado galán.
Lo que quiero decir es que muchas veces, accediendo a los intereses de los demás, caemos en nuestra propia infelicidad.Estoy metiéndome en un terreno resbaladizo, pero creo que acostándose con el seductor ella se convirtió en su marioneta: no lo hubiera sido si ella hubiera ido voluntariosa a la cama y con el único objetivo de pasárselo bien y disfrutar. Haciéndolo de mala gana, en cierta manera se traicionó a sí misma y a sus valores.
Valores que, por cierto, nunca compartí y no los comparto ahora. Las mujeres han sido, y esa película es un ejemplo patente de ello, esclavas de la moralidad reinante, no exenta de contradicciones, como bien patente deja este inspiradísimo poema de Sor Juana Inés:
Hombres necios que acusáis
a la mujer, sin razón,
sin ver que sois la ocasión
de lo mismo que culpáis;

si con ansia sin igual
solicitáis su desdén,
por qué queréis que obren bien
si las incitáis al mal?

Combatís su resistencia
y luego, con gravedad,
decís que fue liviandad
lo que hizo la diligencia.

Parecer quiere el denuedo
de vuestro parecer loco,
al niño que pone el coco
y luego le tiene miedo.

Queréis, con presunción necia,
hallar a la que buscáis
para prentendida, Thais,
y en la posesión, Lucrecia.

¿Qué humor puede ser más raro
que el que, falto de consejo,
él mismo empaña el espejo
y siente que no esté claro?

Con el favor y el desdén
tenéis condición igual,
quejándoos, si os tratan mal,
burlándoos, si os quieren bien.

Opinión, ninguna gana,
pues la que más se recata,
si no os admite, es ingrata,
y si os admite, es liviana.

Siempre tan necios andáis
que, con desigual nivel,
a una culpáis por cruel
y a otra por fácil culpáis.

¿Pues como ha de estar templada
la que vuestro amor pretende?,
¿si la que es ingrata ofende,
y la que es fácil enfada?

Mas, entre el enfado y la pena
que vuestro gusto refiere,
bien haya la que no os quiere
y quejaos en hora buena.

Dan vuestras amantes penas
a sus libertades alas,
y después de hacerlas malas
las queréis hallar muy buenas.

¿Cuál mayor culpa ha tenido
en una pasión errada:
la que cae de rogada,
o el que ruega de caído?

¿O cuál es de más culpar,
aunque cualquiera mal haga;
la que peca por la paga
o el que paga por pecar?

¿Pues, para qué os espantáis
de la culpa que tenéis?
Queredlas cual las hacéis
o hacedlas cual las buscáis.

Dejad de solicitar,
y después, con más razón,
acusaréis la afición
de la que os fuere a rogar.

Bien con muchas armas fundo
que lidia vuestra arrogancia,
pues en promesa e instancia
juntáis diablo, carne y mundo.

Lo único que tenía que haber hecho el personaje interpretado por Lina Morgan es acostarse con el don Juan, sí, pero sin remordimientos, que el placer es cosa de dos.
Y en caso de haberlos, no hacerlo nunca, pues hay que hacer felices a los demás o ayudarlos en los que se pueda, pero no a costa de tu propia infelicidad. Y bueno. Menos mal que el "conflicto Morganesco" ya está totalmente superado.
Por cierto, la película se titula "Un día con Sergio". Esto me hace pensar que a lo mejor el genial comienzo del Quijote se debe a que Cervantes carecía de Internet.

viernes, febrero 22, 2008

Hace poco, me llegaron rumores de que Rajoy había tenido amantes. De su mismo sexo. En un diario de información nacional leo que también hay rumores en el mismo sentido con la vicepresidenta del gobierno, María Teresa Fernández de la Vega.
Francamente, me importa una higa con quién se acuesten. Me da igual su orientación sexual ¿Qué sacamos ganando los electores sabiendo el comportamiento sexual de nuestros políticos? Nada. Creo que el señor Rajoy y la señora Fernández nada tienen que explicarme de lo que pasa en sus respectivos dormitorios.
Si el señor Rajoy efectivamente fuera homosexual, con la única persona que tendría que responder de tal condición es con su señora, pues feo sería que su matrimonio estuviera basado en una mentira. Y también con el colectivo gay, por los cortapisas que puso en su momento a la ley de uniones de parejas de un mismo sexo, teniendo las mismas preferencias y anhelos que los demandantes; y si la vicepresidenta lo fuera, a nadie tendría que dar cuentas, puesto que es soltera, ni mucho menos a los periodistas. Me quedé un poco desconcertado ante la respuesta que dio a la pregunta de si era lesbiana. La política respondió: " ¡Por fin me lo preguntan! Pues mira, no. Es un rumor sobre mí que se han inventado para hacer daño que, oye, respeto absolutamente. No soy homófoba, ¡pero no soy homosexual!" Yo creo que la pregunta sobraba y el entusiasmo expresado por la ministra, también ¡Qué más nos da a nosotros si usted es lesbiana!
Creo que debería quedar enterrado del debate público la sexualidad de los políticos, las verdadera equiparación de los homosexales será cuando no nos importe que nadie lo sea, ni nuestro vecino, ni nuestros políticos, ni nuestros hijos.
A los únicos políticos que perseguiría por razones de prácticas sexuales sería a aquéllos que atentan contra la dignidad de los menores o aquellos sinvegüenzas que no salgan de los prostíbulos y lupanares, entonces sería en los únicos casos en los que la ciudadanía no debería mostrarse en absoluto tolerante.
Pero dónde ha metido sus barbas el jefe de la oposición, o por quién se viste tan elegante la ministra... Francamente, me da igual.

jueves, febrero 21, 2008


Si alguna vez tengo una hija, la llamaré Mª Moderación, porque será fruto del amor y de apretarse el cinturón.
Según una reciente información leída en el País, las autoridades económicas europeas promulgan la moderación salarial. Es lo que se puede traslucir del artículo publicado hoy en El País: Los sindicatos advierten que "si quieren moderación salarial, que los ejecutivos se bajen el sueldo". En primer lugar, ¿Quiénes son esos representantes que yo no he elegido para que decidan sobre lo que tengo que ganar o no? ¿Con qué derecho deciden sobre mi vida y la de los míos?
A mi hija la llamaré Mª Moderación porque nacerá pese a que sus padres tienen un poder adquisitivo mermado por tanto años de recortes salariales, los cuales hacen que un piso sea mucho más costoso de obtener que a sus abuelos. Tanto recorte ha puesto en peligro que mi futura niña no tenga el mismo bienestar que su padre. Eso me disgusta enormemente, pues quiero para mis descendientes una vida mejor si cabe que la mía.
No se cansan de decir (lo leí en la Revista de Occidente, entre otras publicaciones) que no se puede mantener este tren de vida. Pero no por la contaminación, si no porque a alguien se le ha metido en la cabeza que volvamos al régimen de vasallaje medieval (a la era de la revolución industrial ya se ha conseguido. Los chinos trabajan tanto como los pobres ingleses de los cinturones industriales de las grandes ciudades del XIX). Esta depauperización de las clases populares tiene algo de planificado. Vamos, que no obedece a un proceso natural y sí es fruto de la mala leche de las élites gobernantes.
¡Ay, Moderación!¡Cuánto le tendrás que echar en cara a tu padre, de seguir esto así! Por no protestar más, por no exigir protección a los gobernantes de las "autoridades económicas" que nadie ha elegido pero que tienen una influencia que más tiene que ver con la tiranía que con esta supuesta democracia en la que participamos la mayoría de los pueblos de la Unión Europea. Aunque finalmente no se aprobó la Constitución Europea, un tratado que mencionaba la palabra "mercado" 178 veces, han aprobado un acuerdo de mínimos (si entendemos por mínimos 1200 páginas) en el que creo que tratan a este dios moderno con igual deferencia que aquélla. Vaya porquería de Unión, que más parece un Supermercado de esos en los que los trabajadores cobran una miseria, hay cuatro que están forrados y los proveedores están con el agua al cuello.
Moderación, perdona a tu padre por no luchar porque Europa no sea un gran supermercado. No es justo que pagues la abulia de tu padre ni de los que son como él, sus compañeros de generación. Sólo te puedo pedir perdón desde aquí. Haré lo que pueda a partir de ahora.
Dicen que el Alzheimer ha aumentado entre la población debido a que no usamos el cerebro como antes. Debe ser verdad, antes la gente razonaba, peleaba por sus derechos, no se quedaba inmóvil ante las humillaciones. Había más movimiento neuronal. Moderación siempre tendrás derecho de hacer sentir culpable a tu padre por no pensar más.
Hija, si existes alguna vez, perdóname por dejarles hacer.

miércoles, febrero 20, 2008

Normalmente, no me gusta leer las opiniones de los foros dedicados a asuntos políticos, porque en vez de debate enriquecedor, te encuentras a bárbaros ultras que se dedican a insultar y denigrar a la parte contraria escudados en un seudónimo o nick. No aprendes nada y encima te pones más indignado con la gente que no tiene tu misma ideología política, por culpa de los radicales que monopolizan el discurso de esa parte.
Yo provengo de una familia que abarca todo el espectro ideológico. No me refiero a mi núcleo central, es decir, a mis padres y hermanos, que por el hecho de vivir en la misma casa todos somos de la misma cuerda. Cuando nos hemos juntado con tíos y primos siempre en las sobremesas se ha armado la zapatiesta por lo distinta que puede ser la visión de la vida de unos y de otros.
La costumbre es que las familias pertenecen a un espectro ideológico u otro en bloque: yo conozco familias en las que padres, abuelos y nietos son de derechas y otras que todas las generaciones han sido de izquierdas. En la mía, no. Los hay de izquierdas, de derechas, de centro y no hay extremistas islámicos porque no nos ha dado por ahí.
Lo bueno de provenir de una familia así es que te obliga a pensar, es decir, que tienes que llevar bien preparado tu argumentario, casi saber de retórica, pues no puedes recurrir a los lugares comunes de tu ideario político que tan bien se sabe el contrario. Los políticos y los medios de comunicación más afines a nosotros se preocupan de que tengamos un pobre paquete de argumentos pero efectivo para poder atacar al contrario. Lo malo es que esto es conocido por todos, lugares comunes que no merece la pena discutir porque ya están suficientemente explorados.
Lo bueno que tiene mi familia con sus tertulias es que me hace estrujarme el cerebro a tope. No sirve de nada lo que he leído de fulano en el periódico tal o en la radio cual, tengo que someterme a un proceso de renovación constante de lo que tengo que decir. Tengo incluso que releer a los clásicos.
Lo malo es que, por muy convincente que pueda a llegar a ser, por muy bien que use la lengua castellana, no podré trocar la opinión política de mis oponentes pero amados familiares.
Dicen los que se aproximan a nuestras tertulias que somos gritones y que nunca llegamos a ningún sitio. Y qué más da, la charla de sobremesa no es más que un pasatiempo divertido. Pero lo cierto es que acabamos al igual que al principio: metidos de lleno en nuestras posiciones iniciales.
Lo bueno es que nuestras neuronas han hecho ejercicio y que bueno, yo creo que esas charlas, lejos de dividirnos pueden que nos aúnen todavía más.
"¡Cualquiera les convence de que tengo yo razón!" Pensamos todos cuando la tormenta termina

martes, febrero 19, 2008

En una entrevista publicada en un diario gratuito:

http://www.20minutos.es/noticia/347322/0/maria/patino/entrevista/
La señora María Patiño, ante la preguntas:

1.-Recomiende una película ambientada en Madrid
2.-¿Y un libro?
Responde, sin que se le caiga la cara de vergüenza:
1.-No sé ninguna
2.-Tampoco se me ocurre.

Me pregunto qué ha estado haciendo esta señora en sus años de bachillerato, porque sin duda, más de un libro ambientado en Madrid le han recomendado o la han mandado leer. La Busca y La Colmena son dos ejemplos de libro que al menos hay que conocer si has pasado por la enseñanza media. Sin embargo, la exitosa periodista parece desconocerlos por completo. Y se supone una licenciada en periodismo, carrera que en cualquier universidad española pide mucha nota para entrar ¿Cómo entonces se las ha ingeniado para tener estudios universitarios sin tener una cultura siquiera mínima?
En cuanto a las películas... Las hay por miles en donde los personajes pasean por Madrid. Cualquiera de Tony Leblanc, de Almodóvar...Ejemplos hay tantos, que no sé si la afamada periodista no respondió por vagancia o porque es un ser que vive en marte, que baja a la tierra sólo para hacer la puñeta a unos cuantos personajes-satélites del mundo del colorín.
La señorita María Patiño, cobrará, como colaboradora de programa de televisión, unos diez mil euros al mes, tal vez más. Más que cualquier catedrática de universidad española. Sin embargo, la ignorancia está mejor remunerada que el saber en los tiempos que corren. Y no voy a incurrir en el tópico que cualquier tiempo pasado fue mejor, pues como el saber no ocupa lugar, no ha tenido nunca ni tiene valor inmobiliario.
La señora Patiño pasea su ignorancia por los platós de televisión con orgullo y se alimenta de la carroña. Las hienas, con lo antipáticas que nos parecen, no tienen tan buen pasar como ella, y sin embargo hacen su función en la naturaleza, no como ella, que tiene un quehacer totalmente prescindible. Una hiena limpia de carroña el ecosistema en el que vive; María Patiño se cuida mucho de generar más y más carroña, y cuanto más sucio esté todo, mejor. Qué curioso que luzca melena tan limpia, viviendo como está entre la inmundicia.
Por edad, creo que la señora Patiño no ha sido alumna de la LOGSE, ley tan denostada y tantas veces criticada por ser causante de la ignorancia de los jóvenes españoles; eso quiere decir que el ser un inculto es más culpa del propio individuo que del programa educativo que haya seguido. Además, que personas como ella hayan triunfado hace que nuestros chicos tengan poca predisposición para el estudio ¿Para qué saber hacer integrales, si es más rentable saber quién se ha puesto silicona en los pechos? La cultura requiere un esfuerzo que muchas veces no es recompensado y Max Estrella murió en la calle.
Todo lo contrario que Patiño, a la que me imagino viviendo confortablemente en un chalé de un barrio residencial de las afueras de Madrid.
La vida es un magro puchero.

lunes, febrero 18, 2008


Leo en el diccionario la definición de la palabra demagogia:
"Práctica política consistente en ganarse con halagos el favor popular". Vaya, ahora lo tengo más claro. Los políticos y periodistas, de tanto usar las expresiones como "prácticas demagógicas" o "comportamientos demagógicos" me habían hecho olvidar qué significado encerraba la palabra en cuestión. De tanto usarla, la habían matado.
Es de uso obligado para un político, de cualquier rango y condición, el tener ese vocablo a mano para denigrar al oponente. Demagogo es la peor ofensa que se puede hacer por estos lares. El vocablo se utiliza si alguien promete más hospitales públicos, ferrocarriles, aumentar el salario mínimo, mejorar las formas de contratación, hacer más bibliotecas, mejorar el medioambiente o construir un polideportivo: toda iniciativa ha de ser tildadada de demagógica, sin más. Los políticos no están para regalar los oídos de sus electores. Hasta aquí hemos llegado. Martin Luther King era un gran demagogo porque dijo que tenía un sueño, y eso, en estos tiempos que corren, es de la peor charlatanería jamás pronunciada.
Ahora, lo que está de moda no es prometer imposibles ("Seamos realistas, pidamos lo imposible", ja, ja). Ahora, lo que está de moda es meter miedo. A que te embarguen el piso, a perder el trabajo, a los terroristas...Hasta Benedicto XVI ha hecho reformas en el Vaticano para que haya un sitio para el infierno ¿No dijo Juan Pablo II que el infierno no existía? Pues ahí está, según se entra por la Capilla Sixtina, a mano derecha. Ciudadanos, hay que tener miedo, aunque el lobo se coma antes a las ovejas más temerosas.
Nuestro políticos, como los lobos, se van a lo más fácil. El miedo no compromete a nada, pero las promesas sí. Para contrarrestar el influjo que tiene en el electorado las promesas, se las tilda de demagógicas y se pasa rápidamente a otra cosa, para que el electorado no se dé cuenta de la diferencia que existe entre ser un embaucador y ser un político que por razón de su cargo tiene que mejorar las cosas. Además, si se tilda de demagogo al oponente, uno se libra de tener que mejorar el compromiso dado por el otro. Es más fácil pasarse toda una campaña electoral tildándose mutuamente de charlatanes que al que le toque gobernar cumplir las promesas, que por cierto, se hacen para no cumplirse, como todo el mundo sabe. Ser buen gobernante es muy cansado y nada agradecido.
Es mucho más fácil gestionar el miedo, y si no que se lo pregunten al Bush segundo. Con un poco de suerte y algo de maña puedes hasta pasar por ser un gran estadista en un momento dado. Después del 11-s, el genocida tenía un 80% de aprobación en la ciudadanía americana. Cualquier líder que se precie le hubiera gustado tener una popularidad así. Los ciudadanos norteamericanos tenían miedo y él dio con la solución: Bombardear un país lejano para apaciguar el cabreo del ciudadano medio. Afortunadamente, en su país hay gente inteligente. No todo el mundo cayó en la trampa . Ahora sólo falta saber cuándo le harán pagar por ello. Si nos mientes, canalla, al menos no nos asustes.
Si nos tienen que engañar a la fuerza, si ese es un mal inevitable de la política, prefiero que lo hagan a base de demagogia antes que de miedo, pues este último es lo más letal. Y peor es cuando un político aúna las dos cosas.
Mil veces prefiero a un demagogo que el señor oscuro y embaucador de la foto que aún hoy mete miedo.

viernes, febrero 15, 2008



Libertad es no tener hambre
Libertad es tener agua
libertad es no tener deudas
Libertad es no amar el dinero
Libertad es que no haya mercado
Libertad es que no te engañen
Libertad es que nadie pisotee a nadie
Libertad es que nada te impida ser feliz
Libertad es tener sanidad gratuita
Libertad es que no te humillen
Libertad es tener educación gratuita
Libertad es tener casa
Libertad es un mar limpio
Libertad es el bosque, la mariposa, la rana
Libertad es leer libros
Libertad es que no torture ningún estado
Libertad es escuchar música
Libertad es que tu familia esté bien
Libertad es saber que ésto es una plutocracia
Libertad es la vida digna
Libertad es que nadie use su nombre
para provocar una guerra.
Y sabiendo lo que es
no nos queda más remedio que ir a buscarla.

jueves, febrero 14, 2008


Hoy voy a escribir un artículo sobre lo difícil que es plasmar el pensamiento con la escritura.
Ya está. Se niega a seguir adelante. Mi pensamiento ya no me proporciona más ideas con las que escribir, o las que me proporciona son tan densas que no encuentro las palabras para traerlas aquí al blog. Qué difícil es que pensamiento y lenguaje se pongan de acuerdo. Bueno, parece que...Sí, ya podemos continuar.
Mi lenguaje se encuentra limitado a la hora de expresar todo lo que dice el pensamiento; se siente a veces impotente. El arsenal de palabras que tiene en la memoria, con ser grande, a veces no puede surtir al enorme batallón de ideas que solicita armamento para enfrentarse con el mundo. Un hombre que quiera ser sabio necesita acervo léxico muy grande , pues cuanto más tenga , más cosas averiguará de la realidad y más poderoso será. O no. El presidente de Estados Unidos está ahí sin saber demasiadas palabras. No sabe lo que significa compasión, piedad, amor; no tiene claro lo que es realmente libertad. Es un ignorante, que por no saber determinados vocablos ha llenado el mundo de mal, así como sus ayudantes, que tampoco saben mucho más que él. Por eso debemos tener vocabulario, porque si no el pensamiento no brota y nos volvemos brutales, como el tipejo de la Casa Blanca. Los hombres y mujeres que tienen vocabulario son sabios y han superado sus limitaciones. Por eso, me enfado mucho conmigo mismo cuando quiero expresar algo y no tengo palabras, cuando soy un incompetente para la cosa por decir.
Lenguaje y pensamiento son dos realidades que se alimentan mutuamente. El pensamiento genera organizaciones de palabras y las palabras a su vez generan más pensamiento. Yo medito sobre lo que escribo y a la vez, genero en vosotros, lectores atentos, pensamiento, aunque sea para llevarme la contraria.
Pero mi mente pide más palabras "Busca en el diccionario, Tristo" "¿Para qué has leído tanto, si te falta el vocabulario?" "Tenía una idea genial que iba a cambiar el mundo para bien, pero por tu culpa va a quedar encerrada y olvidada dentro de este cráneo anodino""A veces me gustaría que hubieras aprendido griego antiguo. Más de 400000 palabras a mi servicio" ¡Qué mente más exigente!¿Acaso es culpa mía de que me bloquee? ¡Bastante es que leo y escribo con bastante asiduidad!
"El lenguaje ha de sernos tan familiar como nuestra propia vivienda o nuestra propia casa, cuyas habitaciones no necesitamos utilizar constantemente. El sótano de la jerga, el lavadero del desbordamiento emocional y el recinto destinado a la instalación de la calefacción, que alberga la pasión, no los frecuentamos tanto como el comedor del lenguaje coloquial, la habitación de la conversación íntima y la salita de estar en la que hacemos vida social. Lo mismo cabe decir de la buhardilla del lenguaje técnico y de la grandilocuencia, así como de la habitación de invitados, en la que hablamos un lenguaje elevado repleto de extranjerismos. Pero todas las habitaciones y todas las plantas de la casa del lenguaje deben resultarnos accesibles; hemos de poder movernos en ellas con familiaridad y facilidad, incluso con la seguridad de un sonámbulo".

Dietrich Schwanitz,

"La lengua es nuestra morada vital [...] La lengua nos hace y en ella nos hacemos. Hablamos y en nuestros labios está el temblor de aquellos millones de hombres que vivieron antes que nosotros y cuyo gesto sigue resonando en nuestra entonación o en los sonidos que articulamos".

Manuel Alvar

Pues lo dicho: cuidando el lenguaje se potencia el pensamiento. No dejemos que ideas importantes caigan en el olvido por no tener con qué expresarlas.

miércoles, febrero 13, 2008


Me pregunto cuándo habrá un cambio de ciclo. Éste está durando demasiado. Vamos rodando en una pendiente cuesta abajo de la cual no veo el final.
Este cuadro que os pongo es de un pintor renacentista alemán llamado Lucas Cranach, cuadro que ha sido rechazado para ser expuesto en el Metro de Londres. Prohibido, por mejor decir.
Así expresaban las razones de la eliminación del cuadro en un comunicado:
"Millones de personas viajan diariamente en metro y no tienen más remedio que ver la publicidad allí colocada. Debemos tener en cuenta a todos los viajeros y procurar no ofender a nadie", ha explicado la empresa Transport for London en un comunicado. (EL PAIS).
El pintor lleva muerto cinco siglos y la señorita que sirvió como modelo también. Sin embargo, en una muestra más de torticero respeto por lo políticamente correcto, tienen el valor y el descaro de prohibir una desnudez de quinientos años. Dónde estará ahora el cuerpo lujurioso de la descarada. Y no quiero seguir por ahí, pues no quiero que esto parezca escrito para regocijo de necrófilo.
La gente, cuando va en el metro, en lo que menos piensa es en recrearse con la pintura de una desnudez antigua, agraciada por unos cánones estéticos que poco tienen que ver con los de hoy ¿O tal vez sí? El rostro aniñado aunque malicioso, los pechos pequeños, las caderas estrechas... Ahora que lo pienso, la adolescente representada sí que se adapta bien a la norma al uso. A lo mejor no les quedaba más remedio que quitarlo. Había que prevenir el escándalo de ver a unos cuantos hombres sudorosos y arremolinados alrededor del cuadro, mirándolo con impudicia. No hay más que pensar en los pases de modelos para comprobar cómo nos ponemos los hombres al ver tanto hueso cerca del aire. Tal vez la gerencia del metro de Londres ha hecho bien en eliminar esos carteles, contribuyendo así a poner fin a la ola de libertinaje que ya ahogaba a los honrados ciudadanos ingleses.
Pero tal vez, esta medida dolorosa debería tener algún tipo de contraprestación. Yo, para compensar a los sufridos viajeros del metro de Londres, pondría una foto con un desnudo de Carla Bruni ,la única representación de esas características permitida por la Unión Europea para el transporte público, pues quien piensa en Carla piensa en Sarkozy y eso es bueno para la imagen de uno de nuestros líderes más machotes y conservadores y por extensión para el nuevo-viejo orden mundial que se está construyendo. O mejor: no poner nada. Un viajero de metro por definición es pobre, y se tiene la condición de tal para sufrir. Por eso, los desnudos, ni en pintura. Que quede bien claro que el arte y el placer es cosa de ricos. El desnudo de Bruni es para las clases altas y la Venus de Cranach también. y los pobres sólo tienen derecho a perder paulatinamente cada vez más libertades.
Decía Lope de Vega:
"Sale la estrella de Venus
al tiempo que el sol se pone,
y la enemiga del día
su negro manto descoge"
¿Y cuánto durará esta noche tan fría?

martes, febrero 12, 2008

martes, febrero 12, 2008
Prometen sandeces y nosotros callamos. Los partidos mayoritarios nos toman por tontos. No me gustan nada. Pero nada de nada. El uno, que si el descuento "progresivo" de los cuatrocientos euros. Vamos a ver... ¿Cómo va a ser progresivo que a uno que gana 14000 al año le descuenten los mismo que a uno que gana 140000? Yo no soy economista, pero creo que de progresivo no tiene nada. Eso sí, sería para mí una verdadera canallada que al fulano que gana 140000 le perdonen de sus impuestos 4000 euros. Hasta aquí hemos llegado. Que uno está un poco harto de tanta idiotez neoliberal que lo único que sirve es para que cada vez haya más pobreza y que los ricos se permitan caprichos todavía más caros que antes. Mi utopía sería que el hombre más rico del mundo tuviera el mismo coche no contaminante que el hombre más pobre del mundo ¡Oh, no! ¡Esto es comunismo!¡Zape, zape!¡Que alguien le explique a Tristo que el muro de Berlín cayó en 1989!
En el fondo, los sociatas no pueden hacer otra cosa. Si dicen que van a aumentar los sueldos, cosa que sería harto deseable (en una ciudad como Madrid, el 48% de la población malvive con menos de mil euros al mes), sus amos los banqueros y empresarios se ponen de uñas -¡la inflación, la inflación!- y entonces sí que hay una crisis de agárrate y no te menees. Preparada por ellos, claro está. En los noventa, con motivo de la crisis de después de las olimpiadas, los anteriores gobiernos socialistas fueron los encargados de regular las ETT ("empresas privadas de búsqueda de empleo en colaboración con el INEM" las llamaban en los telediarios") y de meter los primeros tijeretazos a los derechos laborales. Flexibilidad, tienes nombre de mujer fatal. Por cierto, no lo han dicho los telediarios, pero os lo digo yo: la última fechoría de los sociatas es que han reducido las indemnizaciones por despido de 45 días por año a 40, y ningún periodista ha cubierto la noticia, ni siquiera Jiménez Losantos, que tanta inquina les tiene.
Luego está la propuesta de los populares, ésa de obligar a los inmigrantes a respetar las costumbres españolas ¿Y en qué consistirá la cosa, en que si piden un plato de patatas bravas, no quejarse si pican demasiado?¿En que si un vecino español da una paliza a su mujer, no interrumpirle en su labor?¿En ir a ver los toros todos los fines de semana?¿En llegar al coma etílico en las fiestas de guardar? ¿En no quejarse porque el litoral español esté lleno de hormigón?¿En no pedir silencio cuando dos españoles hablen a gritos?
Tengo la sensación de que están prometiendo cosas que a la mayoría de los españoles con sentido común ni nos van ni nos vienen. Sabemos que es difícil aumentar el salario mínimo a 1400 euros, que la vivienda tenga un precio asequible en un corto periodo de tiempo, que tengamos un sistema de protección social igual que el de los países nórdicos, pero al menos no deberían hacer promesas que son un insulto a la inteligencia de la ciudadanía. Supongo que si esto fuera una democracia y no lo que realmente es, una plutocracia, otro gallo cantaría, pero qué le vamos hacer.
Me conformo con que no prometan bobadas.

lunes, febrero 11, 2008


Bueno, pues ya está.
Felicidades, José Carlos y Carmen Mari.
Él llegó al lugar de la ceremonia en un volkswagen escarabajo, de los antiguos, los que molan; un poco más tarde, en un Rolls-Royce descapotable, ella, pues nadie tiene que ser más protagonista en una boda que la novia.
Los hombres íbamos casi todos con traje oscuro, dado que nuestra uniformidad está hecha precisamente para que se luzcan las mujeres y sus vestidos. Pasa igual con el baile: mal está aquel hombre que ejecuta las figuras para su lucimiento y no para que brille su pareja. Es la regla número uno de los bailes de salón.
¡Y qué guapa iba la novia! tan andaluza, con su precioso vestido color crema de encaje, y un velo largo, de gasa, que le cubría todo el vestido. Y qué elegante el novio, con su terno de sastrería, con su chaleco de fantasía, con el cual bromeamos sus amigos, sin reconocer nunca que estaba pintón y muy a la altura de las circunstancias.
Meses y meses preparándolo y todo trancurre en un suspiro, imaginé que estarían pensando los novios a lo largo de todo el día. la ceremonia fue dirigida por una concejala, y se cantó a la guitarra canciones de Serrat y Sabina, la hermana de la novia, vivo retrato de su hermana, leyó un emotivo discurso, y a este humilde servidor vuestro se le permitió leer la adaptación de un poema de Rabindranath Tagore:

VUESTRAS VIDAS SON PÁGINAS EN BLANCO

Habéis escrito ya muchas páginas en vuestros libros;
unas son tristes y otras son alegres;
unas son limpias y claras,
otras son borrosas y oscuras.
Pero aún os quedan páginas en blanco:
la que habéis de escribir en este día.
Os falta por llenar la página de hoy.
Pensad y creed que ésta sea
la página más bella, la más sentida.
Cada mañana al despertar
recordad que aún tenéis que escribir
la mejor de vuestras páginas,
os diréis lo mejor que podéis dejar
en el libro que ahora escribís juntos con vuestras vidas.
Pensad que siempre os falta por escribir
la página más bella.

Después, el aperitivo, regado con buen fino, como no podía ser de otra manera en la milenaria ciudad de Córdoba. Las primeras risas con los novios, los primeros abrazos emocionados. Fotos y más fotos, flah, flash. Copas y más copas. Opo, -me digo a mí mismo- no te pases con el fino, que tienes mucho que trasegar el día de hoy.
Pasamos al banquete. Magnífico, como el aperitivo. Risas, muchas risas. Alguna broma al novio. Peticiones de que se besen los novios ¡Cómo se hubiera puesto Alfonso Ussía de estar en esta boda, con lo en contra que está de ese tipo de peticiones, según se puede comprobar en su libro "tratado de las buenas maneras! Café, copa y puro. Brindis por los novios. Mis amigos solteros ya empiezan a meditar estrategias para seducir a las féminas presentes en la boda.
Comienza el baile. Primeras incursiones a la zona enemiga. Las guapas muchachas tienen bien altas las defensas, sospecho que no les va a ser fácil a mis amigos llegar al objetivo. Preciosas, hermosas...Pero distantes e insensibles a los requerimientos de mis amigos. Qué le vamos a hacer, ellas se lo pierden. Un amigo, entristecido por encontrarse ante un muro infranqueable, me comenta:
-Tristo, nunca entenderé la hostilidad de las mujeres cuando uno se va a ligar con ellas.
-Ligar es una oposición como otra cualquiera, y ellas son el tribunal que te juzga ¡Qué le vamos a hacer, amigo mío!
Por desgracia, en esta boda no se cumple el dicho de que una boda genera más bodas. Las plazas convocadas quedan desiertas y los opositores tendrán que esperar a siguientes convocatorias. Qué lástima por mis amigos solteros, que pese a sus denodados esfuerzos no consiguen anular las defensas de las hermosas mujeres presentes en la pista de baile.
Pero todos nos lo pasamos muy bien, pese a que Cupido no hizo su trabajo por ser los tribunales muy severos.
El acto se pasa rápido porque todos estamos pletóricos. Yo bailé tanto que aún hoy tengo unas agujetas terribles, pero no me importaría continuar celebrando hoy el feliz desposorio de mis amigos, a los que deseo una larga estancia en el paraíso.

miércoles, febrero 06, 2008


Hace tiempo, leí en un artículo, creo recordar que en el diario Qué, en el cual se decía que los españoles éramos de los europeos que más trabajábamos. Pues bien, creo que eso es incierto. Es posible que seamos los que más horas estamos al día en el trabajo, pero de ningún modo somos los más trabajadores. Para demostrarlo, sólo hay que comprobar nuestra tasa de productividad, que es de las peores de esta parte civilizada del mundo.
Cogemos el coche, le tren o el metro temprano por la mañana. Dedicamos al transporte entre hora y hora y media hasta llegar al centro de trabajo; nos pasamos allí, siete, ocho, diez horas, que se hacen a veces duras y largas; iniciamos la vuelta, empleando un tiempo similar al de la ida; llegamos a casa derrotados. Sin embargo, cuando nuestro cónyuge nos pregunta: ¿Y qué tal se te ha dado el trabajo hoy? Aún estando cansadísimos, respondemos (si somos sinceros) "Pues mira, hoy no he hecho gran cosa". Sin embargo, motivos hay para estar agotados: tantas horas fuera cansan a cualquiera y perdón por la mala rima.
Con el estudio pasa igual:
- ¿Qué tal se te ha dado los estudios hoy, Tristo?
-Pfff, buenooo...Regular..Pero he estado ocho horas con los codos en la mesa.
Y sin embargo, de las ocho horas, aprovechadas sólo han sido cuatro. Las demás, han sido empleadas en una bonita excursión por los cerros de Úbeda o mirando a las Batuecas, en las que nunca he estado físicamente pero a las que hasta he hecho viajes astrales cuando he estado estudiando o trabajando. Lo peor de todo es que, tanto cuando he estado concentrado, como cuando no, el esfuerzo de estar ocho horas sentado frente a los apuntes ha sido el mismo. Sin embargo, mi rendimiento ha sido menor cuando mi cerebro decidía prolongar la pausa del café.
Tengo un primo que vive en Alemania por razones de trabajo. La multinacional donde trabaja le ofreció el marcharse de aquí a la central. Pese a ser la misma empresa, nos cuenta que las diferencias entre las formas de trabajo de aquí a las de allí son abismales. Aquí se están más horas en la oficina y allí muchas menos. Sin embargo, dice mi primo, se trabaja mucho más allí que aquí; mientras que aquí según él se pierde más el tiempo en cafés, Internet, reuniones o comidas, allí, la gente se ponía a trabajar desde el primer minuto. Eso sí, cuando llega la hora de la salida, todo el mundo suelta el bolígrafo y para casa. Ni una hora de más. Y si se hacen, se acumulan para prolongar las vacaciones. Dice mi primo que a las seis de la tarde no hay una sola oficina abierta en Alemania; aquí es frecuente que a las ocho todavía haya gente en ellas, muchas veces haciendo el paripé, para que les vean los jefes los sacrificios que en apariencia hacen por la empresa o para poder decir en su casa lo mucho que trabajan.
En otro artículo que leí, creo que del mismo periódico, también decía que los españoles somos los que menos dormimos. Normal. Aparte de ser buenos oficinistas, tenemos que responder a la cultura de la juerga hispana. Después de una opípara comida de trabajo, pelotazo con los compañeros a la salida del curro y mañana será otro día. A la mañana siguiente, destrozados al ir al curro. "En cuanto llegue, lo primero que voy a hacer es tomarme un café en la máquina. A ver si se viene alguien conmigo".
Así no hay quien aumente la productividad. Un cuñado mío, que fue representante de una empresa de hormigón, me contaba que él temía el día que le tocaba cobrar a algún cliente porque eso significaba tres horas extras de trabajo. Llegaba a la oficina, y el fulano de turno decía. "Espera, que cierro el chiringo y hablamos de ello en un asador que conozco que preparan unas carnes que no veas" y mi cuñado tenía que aguantar al tipo hasta que éste se cansaba, y además pagar la cena, o lo que se terciara. "Y no dudes, Tristo, que eso era trabajar, Yo no disfrutaba ni del vino, ni de la comida, ni de nada. Yo lo único que quería era agarrar el dinero que nos debía e irme a casa con mi mujer".
Quizá lo que pasa es que los españoles confundimos placer con trabajo, hacemos un revoltijo invivible y ni nos divertimos, ni trabajamos. Eso sí, estamos muy cansados sin razón pero con motivo. Dios me libre de que se prohíba la cultura de la juerga y la gastronomía hispana, pero un poco de organización, por favor. En primer lugar, yo aboliría las jornadas partidas, pues se ha demostrado que no se rinde más con ellas, y en segundo lugar, prohibiría las reuniones y más de un café en horas de trabajo. En tercer lugar, nada de trabajar más de ocho horas al día, que el domicilio queda lejos. Y no lo haría por razones de productividad de la empresa, sino por razones de salud y por la conciliación laboral y familiar del trabajador.
Cada cosa a su tiempo, que es cosa muy valiosa y no es como para perderlo en hacer como que trabajamos.

martes, febrero 05, 2008


Creo que ésta es la primera vez que voy a hablar de fútbol y de dinero, así que os podéis hacer una idea de lo que me gustan ambas cosas...
¿Pero cómo voy a adorar a unos tipos que ganan más dinero que yo, que tienen una casa mejor que la mía y una vida bastante más fácil que la mía? Aunque viéndolo por otro lado, nos pasamos la vida adorando a la gente que tiene una vida mucho más fácil que todos nosotros. No acabo de entender, por ejemplo, cómo Britney Spears se autodestruye de esa manera, teniendo el cariño de sus fans, pudiendo estar toda su vida haciendo nada y disfrutando de sus millones.
Una vez alguien me dijo que un pobre se diferencia de un rico en que este último apenas habla de dinero, pero sí de compras, y el primero se pasa la vida hablando de dinero y apenas de compras. Seguramente, un jugador como Raúl, que lleva percibiendo 6 millones de euros anuales desde hace bastante tiempo seguro que no se acuerda ni lo que tiene en la cuenta corriente. Yo creo que ni de dónde tiene en la cuenta corriente, si en Suiza o en Madrid.
El dinero no es fácil de conseguir, como tampoco lo es hacer contorsionismo o ser mago. Por eso, cuando miramos a una contorsionista o a un mago, valoramos su quehacer y les concedemos nuestro aplauso. Amasar dinero es un prodigio más como algunos trucos de magia. Por cierto, como las palomas, el dinero también se volatiliza.
Pero creo que un mago o un contorsionista merece más el aplauso que un rico. Y yo, desde aquí, incluiría a todo aquél que hace bien su trabajo. Salvo los futbolistas, que ya bastantes halagos reciben en forma de ceros a la derecha en sus contratos. Encima que ganan tanto, como para aumentarles más si cabe su ego. Faltaría más.
A casi nadie de mi entorno le gusta el fútbol. Mejor. Menos partidos me tengo que tragar.
Y para terminar, un poema de Quevedo:
PODEROSO CABALLERO ES DON DINERO

Madre, yo al oro me humillo,
Él es mi amante y mi amado,
Pues de puro enamorado
Anda continuo amarillo.
Que pues doblón o sencillo
Hace todo cuanto quiero,
Poderoso caballero
Es don Dinero.

Nace en las Indias honrado,
Donde el mundo le acompaña;
Viene a morir en España,
Y es en Génova enterrado.
Y pues quien le trae al lado
Es hermoso, aunque sea fiero,
Poderoso caballero
Es don Dinero.

Son sus padres principales,
Y es de nobles descendiente,
Porque en las venas de Oriente
Todas las sangres son Reales.
Y pues es quien hace iguales
Al rico y al pordiosero,
Poderoso caballero
Es don Dinero.

¿A quién no le maravilla
Ver en su gloria, sin tasa,
Que es lo más ruin de su casa
Doña Blanca de Castilla?
Mas pues que su fuerza humilla
Al cobarde y al guerrero,
Poderoso caballero
Es don Dinero.

Es tanta su majestad,
Aunque son sus duelos hartos,
Que aun con estar hecho cuartos
No pierde su calidad.
Pero pues da autoridad
Al gañán y al jornalero,
Poderoso caballero
Es don Dinero.

Más valen en cualquier tierra
(Mirad si es harto sagaz)
Sus escudos en la paz
Que rodelas en la guerra.
Pues al natural destierra
Y hace propio al forastero,
Poderoso caballero
Es don Dinero.

lunes, febrero 04, 2008


José Luis Sampedro, en su libro titulado "escribir es vivir" dice unas cuantas cosas interesantes y nos muestra su vida intensa y brillante con una humildad que desarma. Recomiendo su lectura, pues de él se sacan sabrosas enseñanzas. Es uno de los autores favoritos de mi chica, cosa que no es extraña, pues Sampedro es de los que se esfuerzan mucho en la cosa de novelar. Con todo, él se considera un escritor de segunda, como yo soy un articulista de segunda ¿Pues qué otra cosa puede ser este bloguero al que halagáis leyendo estos ceros y unos transmutados en letra?
José Luis Sampedro, el catedrático, el escritor, el ejecutivo de banca, el miembro de la RAE se presenta a los demás sólo como un ser que ama a quienes le rodean: ama a las clases humildes, a sus alumnos, a su familia. No da valor a sus proezas y eso que son pocos los que le pueden igualar en logros. Esta autobiografía, tomada de unas charlas que el gran hombre dio en la Universidad Menéndez Pelayo de Santander es prueba de ello, y muchas de las cosas que dijo, con ser sencillas, no dejan de ser apasionantes.
José Luis Sampedro escribe por necesidad, aunque no se vanagloria de ello. En su libro nos cuenta una divertida anécdota sobre don Gaspar Núñez de Arce, un poeta desconocido hoy para el público lector pero muy famoso en el siglo XIX. Un joven le pidió opinión sobre un soneto que había escrito. Tras haberlo leído, levantó la vista y dijo al joven: "¿Qué necesidad tenía usted de haber escrito este soneto?" Yo , a veces, después de escribir una entrada, también me pregunto a mí mismo: ¿Qué necesidad tengo yo de hacer este articulito?
El libro está salpicado de anécdotas estupendas y muy deleitables. Como ha vivido casi todo el siglo pasado, las ha visto de todos los colores. Por ejemplo, en su libro cuenta que don Alejandro Lerroux tuvo que dimitir porque le regalaron un reloj y eso supuso un escándalo tremendo. Y ahora, sin embargo, un oscuro exviceconsejero de Sanidad releva de sus cargos a cuatro inocentes y propicia su linchamiento moral y todavía hoy, después de quedar libres de culpa por los juzgados, saca pecho y dice que él "sentirse orgulloso de lo que hizo". Por no hablar de los casos de corrupción urbanística, del "yo he entrado en política para forrarme".
En fin, don José Luis ya está muy viejecito. Menos mal que él ha tenido siempre la necesidad de escribir. En cambio, yo les preguntaría a otros:
¿Qué necesidad tenía usted de meterse en política?

domingo, febrero 03, 2008

¡Que se nos casa Cobi, que se nos casa!
Las despedidas de soltero tienen una cosa buena y otra mala: la buena es que es un buen pretexto para juntarnos todos los amigos y recordar los buenos tiempos de juerguistas, la mala, es que los excesos se pagan cada vez más. O dicho de otro modo: tengo una resaca espantosa.
Nos fuimos a una casa rural en un pueblo del norte de Madrid, Canencia. Atrás dejé mis apuntes, mis libros, mi ordenador. Decidí que no estaba de más liberar un poco la mente del esfuerzo diario que requiere una oposición, y una despedida de soltero es un buen pretexto para ello. Lo malo es que no terminas por desconectar del todo. Tarde o temprano, vuelves a acordarte de apuntes y demás. Qué ganas tengo de ser libre, como el Lute.
LLevábamos toda la semana maquinando bromas para hacerle a nuestro amigo. Es de los más bromistas del grupo y se merecía que le diéramos un poco de su propia medicina. Pero el muy canalla, que se las veía venir, nos preparó una bizcocho -muy bueno, por otra parte- cuyo ingrediente principal, según supimos después, era marihuana de cosecha propia, de las mejores semillas, importadas directamente de Holanda. El pastel, delicioso y de grandes proporciones, fue engullido por todos los presentes en un breve lapso de tiempo. Resultado: llevábamos todos un pedo que ni Alfredo. Eso sí, nos queríamos todos mucho. Teníendonos a todos colocados, mi amigo consiguió su objetivo de que no le hiciéramos bromas, al menos por aquella noche. Es que estábamos de un relajado en comunión con el universo que no veas.
Pero eso fue el viernes, y para la noche del sábado ya no quedaba pastel. Así que intentamos desarrollar el programa de bromas según el plan establecido, aún estando todavía como mexicanos a la hora de la siesta. Le vestimos de gallo Claudio, le vendamos los ojos, le pusimos unas esposas y uno de nosotros le hizo un estriptease, lo cual hubo que aguantar pacientemente con un estoicismo que tal vez fuera debido al pastel de la noche anterior, pues él tampoco dejó de comerlo pese a que lo condimentó con maría a base de bien, y eso que nuestro improvisado estríper llevaba un tanga adornado con un elefantito azul en su parte delantera.
Después del espectáculo, todavía disfrazado de pollo, le llevamos al único pub del pueblo. Le hicimos entrar primero, pero, contra lo que era nuestro objetivo, la concurrencia del bar no se mostró en modo alguno sorprendida por ver a un tipo disfrazado del gallo Claudio, pues estamos en período de carnestolendas y el que no está de pollo, está de la novia de Fabio Biatore y aún el propio Fabio Biatore me saludó megáfono en mano en italiano macarrónico, todo esto mientras un preso gateaba a mi alrededor y Fernando Alonso se tomaba, a escasos metros de mí, un cubata de Ron ¿Estaría yo todavía bajo los efectos de Bob Marley?
Volvimos a casa y contemplamos con preocupación las escasas medidas antirrobo que tenía la moto de otro amigo nuestro, que se había quedado departiendo amigablemente con una chavala disfrazada de cebolla. Así que decidimos amarrar la moto a una bombona de butano que había por allí y que haría desistir a los ladrones de darse un paseo en Yamaha por la sierra. Bueno, y también a nuestro donjuanesco amigo, pues por mucho que lo pidiera no teníamos intención de darle las llaves del candado en plazo breve .
Pero ahí no acaba la cosa: nos habíamos echado a dormir en la buhardilla de la casa todos, incluido el futuro casado, salvo los que se habían quedado en el pub, y las pocas horas, mi otro amigo, el de la moto, borracho, me despierta para pedirme tabaco, lo cual me hizo maldecirle con todos los recursos a mi alcance, incluido un zapato. Ya que me había despertado, decidí ir al baño, pero como estaba ocupado, tuve que bajar al de la parte de abajo.
Y allí estaba la cebolla, eehh, bueno, quiero decir, la chica que por aquellas horas ya se había liado con mi amigo. Tuvo la oportunidad de verme en calzoncillos y camiseta, que ya me hubiera gustado a mí que me hubiera visto con atuendo más digno. Menos mal que no llevaba calcetines, complementos que según en qué circunstancias suelen repeler a las mujeres.
Opté por volver a subir las escaleras lo más rápidamente posible, pues esto era demasiado para mi sentido del ridículo. A la mañana siguiente, o sea, hoy, fui objeto de chanza y me hizo meditar seriamente sobre la posible adquisición de una bata o cuando menos, un batín. Por lo menos me quedó el gusto de ver la cara que se le quedó a mi amigo cuando vio su moto amarrada a una bombona de butano.
Total, que nos lo hemos pasado muy bien aunque a mí me queda una resaca espantosa, cierta alegría y cierta pena, pues pese a lo que pudiera parecer, en realidad, una despedida de soltero, en la que todos los amigos volvemos a ser un poco como antaño, no es otra cosa que un síntoma de que ya somos mayores, por muy maravilloso que se presente el porvenir. Y deseo a mi amigo y a su futura mujer, el mejor de los posibles.