jueves, enero 04, 2007
Leo en el periódico gratuito Metro del día de hoy que el gobierno español prepara una ley para poder cerrar páginas Web cuyo contenido sea perjudicial según el criterio de la administración. Por supuesto, la dichosa ley ha sido objeto de críticas por asociación usuarios de Internet y demás guardianes de la libertad actual de la red porque supone legalizar la censura en la red.
La ley que propone el gobierno consiste básicamente en que los órganos competentes puedan cerrar páginas Web sin orden judicial de por medio. Hay también quien ve indicios de inconstitucionalidad; estoy totalmente de acuerdo.
Como he heredado de mi abuela paterna una buena memoria -que no prodigiosa, sino ya estaría yo ahora viviendo felizmente como funcionario fijo- He recordado que hace unos meses leí en Internet otra inquietante noticia: se trataba sobre el silencio mediático de las 25 noticias que se ocultaron en EEUU a lo largo del 2006. El informe de las noticias no publicadas por los grandes medios (FOX TV, ABC, CBS o CNN, periódicos como The New York Times o The Washington Post) ha sido hecho por una institución llamada Proyecto Censurado del Departamento de Sociología de la Universidad de Sonoma State de Santa Cruz, California (esto último me lo ha recordado el google). Una de esas “perlas” informativas ocultadas era la siguiente: que las grandes compañías quieren hacerse con el control de la Internet. Las empresas de telecomunicación AT&T, Comcast y Verizon han hecho valer sus lobbies para que a través de leyes y dictámenes judiciales se cambien las formas de paso a la red. En definitiva: que haya un Internet “de calidad” para el que pueda pagarlo y un Internet “de baja calidad” para el que no pueda pagarlo. Digamos, que lo que quieren estas potentes firmas de Telecomunicaciones norteamericanas es tener control total de la Internet en contenidos y tarifas. Recordemos que toda la gestión de la red es dependiente de un macroservidor que está en los Estados Unidos, o sea, que esa censura y esos servicios de primera y de segunda serían no sólo para los sufridos ciudadanos norteamericanos; sería un mal para todos los ciudadanos del mundo. Viva la globalización.
Pero sigo: leo en otra parte que en Italia ya se ha promulgado una nueva ley para solicitar a los proveedores de servicios de Internet que bloqueen páginas Web de pornografía infantil en un plazo de seis horas desde que les llegue la orden judicial. Bueno, esto, en un principio, no es malo, pues a nadie en su sano juicio le gusta la pornografía con niños, pero, visto lo visto, ¿no queda la sospecha de que esta ley sea la antesala para cerrar otro tipo de Web incómodas? Incómodas no al ciudadano común, sino a las multinacionales y sus lacayos los gobiernos.
Yo no temo que me cierren este chiringuito que me he hecho en el ciberespacio en el que os invito a estar cómodos; soy demasiado insignificante para que se fijen en mi la Telefónica o su siervo el gobierno español, pero temo de verdad que me censuren las cosas que a mi me han hecho más libre (Ya lo dijo Jesús, “la verdad os hará libres” Jn, 8:32). Soy de los que están convencidos de que la llegada de Internet ha traído más libertad de expresión a los pueblos. Gracias a Internet, la prensa tradicional, que es la gran generadora de falsedades, propaganda y manipulación, está de capa caída: los periódicos venden cada vez menos. Miramos los noticiarios de la televisión con recelo. En definitiva, gracias a Internet estamos mejor informados y somos menos manejables. Pero claro, esto inquieta y mucho, a los amos del mundo. Internet se ha convertido en una realidad incómoda. He oído a algunos mentecatos, quizá muy bien pagados, decir que Internet es una gran generadora de mentiras: lo que no te dicen es que Internet también es, hoy por hoy y hasta que lo controlen, la gran generadora de verdades.
No os quepa duda que actuaciones como las del gobierno español o italiano, como las de AT&T, Comcast y Versión no tienen otro objeto el control no de la mentira, sino de la verdad que hoy por hoy todavía corretea feliz por Internet.
Puede que alguien no vea la conexión entre el hecho de que el gobierno español promulgue una ley así con los manejos de los Lobbies de las compañías norteamericanas. Para mí sí la hay.
Debemos estar alerta. Poco a poco y sin darnos cuenta podemos encontrarnos un día en que cuando busquemos en el google, por ejemplo, ideologías, pensamiento, justicia y ley, nos aparezca siempre e invariablemente para todas estas cosas el careto impresentable de Ronald Mc Donald.
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