martes, enero 16, 2007


Me llevo preguntando desde hace muchos años cómo es posible que todavía los coches anden con petróleo, por qué, si el consumir petróleo es malo para el medioambiente, no ha habido una energía que nos permitiera conducir coches sin problemas de conciencia. Sé que muchos me tacharán de ingenuo porque ya sabemos que los coches funcionan con petróleo porque gente muy poderosa quiere que la cosa siga así. Lo que no me explico es cómo no ha habido nadie que haya dicho "venga, hasta aquí hemos llegado". Cómo un constructor de automóviles no le ha dicho a los demás: "Pues ahora os vais a joder, porque voy a construir coches que funcionen con pan rallado y me voy me voy a quedar con todo el mercado". Estoy seguro que si la General Motors, en lugar de despedir a gente, hubiera afrontado su crisis con un cambio de rumbo así, no estaría ahora temblando porque se le echan encima los japoneses.
No me creo que no haya tecnología suficiente para sustituir a los antiguos motores de gasoil y gasolina, que recordemos llevan más de un siglo funcionando. Es como si, salvando las distancias, las locomotoras siguieran funcionando con carbón sólo por que la industria de la minería lo quiere así. Ahora tenemos trenes eléctricos ¿Por qué no ha sido así con los coches?
En las películas futuristas de hace unas décadas podíamos ver a los coches volar ¡Quién les iba a decir a esos visionarios que en el pasado escribieron los guiones que, en el tercer milenio, no sólo seguimos yendo por asfalto, sino que seguimos yendo a las gasolineras, y encima nosotros mismos nos tenemos que echar la gasolina! ¿Es eso progreso?
Como sabéis lo que me habéis leído, he estado en múltiples empresas. Una de ellas era de hidrocarburos, que se dedicaba, entre otras cosas, al refinado del petróleo. Me contrataron de administrativo -¿de qué si no?- a través de ETT. Ya os imagináis el sueldo. Los que sí tenían una buena nómina eran los que estaban contratados a través de la propia empresa. Esos sí que tenían coches de gama alta, no como mi jefe del centro comercial. Tenían de esos coches que echaban el dióxido de carbono equivalente a tres utilitarios. En esa empresa no se cumplía eso de que en casa de herrero cuchillo de palo. Allí se notaba que había dinero a espuertas. Pues bien: tenían la desfachatez de contratarme a mí en precario por ahorrarse una míseras pelillas, y eso que les salía el dinero por las orejas. Si no pueden arder en una caldera porque no hay infierno, que por lo menos ardan en uno de esos barriles de petróleo que tanto adoran.
Al ser humano le cuesta mucho cambiar. Y más cuando se trata de cuestiones de pasta. Es obvio que se mueve bastante dinero con el chollo que tienen algunos con el petróleo. Pero ya está bien. Si en las gasolineras tienen el morro de destruir puestos de trabajo y mandar a la calle a un montón de gente para abaratar costes, ¿qué pena me van a dar a mí los que chupan del bote a costa de nuestro porvenir?
El que un coche funcionara con otra cosa que no fuera gasolina es una cosa que tenía que haberse hecho ya por múltiples razones, y no os creáis que es por falta de inventos sustitutos del motor de explosión, por falta de tecnología, en definitiva.
No se ha hecho porque hay mucho mamón que le viene muy bien que los dinosaurios donaran su cuerpo a la ciencia (petroquímica) hace muchos años. Y os digo una cosa: los dinosaurios no eran reptiles. Eran mamíferos. Si no cómo os explicáis que haya tanto mamón chupando de la teta de la dinosauria yaciente del Jurásico.