viernes, diciembre 28, 2007


Mi primo, camarero de Vitoria que ahora trabaja en Madrid, ha dicho desde siempre que donde mejor se tira la cerveza es aquí en la capital. Yo, que no tengo el morro fino ni para la cerveza ni casi para nada, no soy quién para contradecirle, así que pongamos que es cierto que en la villa y corte es donde se tira mejor la cerveza de barril.
Hay un bar en la Latina, donde probablemente iremos este domingo, que hace esquina justo en la salida de una boca de metro, donde tiran la cerveza mejor que haya probado. No me acuerdo del nombre del bar -si así fuera, os lo diría, que no soy contrario de hacer publicidad gratuita a quien se lo merece- pero si está presente en mi memoria lo bien que me saben las cañas tomadas allí, acompañadas del castizo aperitivo que casi se le quitan a uno las ganas de comer. Bueno, sólo casi, que yo soy muy hambrón.
Dicen los entendidos que tirar la bebida rubia es todo un arte, y que la forma de hacerlo de los madrileños forzosamente es distinta a cómo lo haría un tabernero de Dublín, pues aquí no solemos degustar con frecuencia la cerveza negra, y el ritual que siguen es disparejo al que se emplea aquí con la rubia; también es cierto que esos amables isleños del norte suelen tomar la cerveza algo más tibia que la que tomamos aquí, pero eso es normal, pues climas fríos piden cervezas templadas y aquí el común de los mortales la suele tomar como refresco aunque sea treinta de enero. La prueba es ir a un bar cualquiera un domingo, sobre la una de la tarde y se podrá ver cómo una cuadrilla de sudorosos futbolistas aficionados piden cerveza fría servida lo más rápido posible, y se la trasiegan más rápido todavía junto con los aperitivos. Luego, cuando llegan a la báscula, se quejan amargamente de que pese a hacer deporte una vez a la semana, no adelgazan un gramo.
La cerveza es, junto con el vino, lo que más bebemos los españoles. En la localidad donde vivo hay buenos tiradores de cerveza. Es mi caso, cuando salgo siempre tiro alguna. Me habéis pillado: más bien se me caen.
Decía que en mi localidad se tira bien la cerveza, pero como esa magdalena de Proust, yo las que recuerdo son las cervezas que me tiran en Madrid y olvido las que tiro yo. Por eso, si alguna vez venís a Madrid, no tendré ningún inconveniente en acompañaros al bar donde sirven la mejor cerveza de Madrid. Prometido.
¡Qué ganas tengo de que llegue el domingo!