viernes, octubre 13, 2006

Matando dinosaurios con tirachinas. Sí, más o menos es como se siente un opositor ante los apuntes.
Es el título de una novela de un licenciado que está en el paro y que vive independizado con su novia que trabaja de administrativa. Ella es la que trae el sueldo a casa.¿Él cobra el paro? La verdad es que me he repasado el libro y no sé si el hace algún tipo de ingreso en su casa. Yo por mi parte, por lo menos estoy cobrando el subsidio y aporto ¡Dios quiera que encuentra trabajo antes de que se me acabe!
Por lo demás...¡Igualitos son la parejita que mi niña y yo! Es verdad que al final la realidad acaba pareciéndose a la ficción: El tipo no hace más que quejarse, más o menos como yo. Hizo una carrera de humanidades, como aquí vuestro servidor y la chica con la que sale es más inteligente que él, como me pasa a mí con mi niña.
Esa es la gran diferencia entre mi chica y yo: que mientras yo he sido un cazurro que he paseado los libros, ella ha sido siempre y hasta la universidad de las primeras de su clase. La lástima es que tiene una falta de autoestima tremenda, y eso ha llevado a que ni se le pasara por la cabeza el hacer, por ejemplo, un doctorado ¡ Hubiera sido una magnífica profesora de universidad!
Pero los orígenes de mi chica son humildes: su padre fue pocero hasta que se jubiló y ella quiso acabar cuanto antes la universidad para ponerse a trabajar. Creo que si en su familia hubiera habido una tradición académica, ella hubiera brillado como catedrátrica. Ojo, no se me malinterprete: sus padres le han dado todo, pero la pena es que para la mayoría de los humildes que estudiamos, nuestro horizonte termina apenas nos dan el papelajo que a veces sólo nos sirve para coger polvo en la pared.
Pero me estoy yendo del tema: quería hablaros del fulano aquél tan parecido a mí. Me pone de los nervios porque compartimos los mismos defectos: Indolencia, pasividad, sólo buscar el placer (de hecho, le pone los cuernos a la chavala que le mantiene, el muy cabrón), un quejarse y no hacer nada por cambiar... Vamos lo que llamaban antes "la generación X," que maldito sea al que se le ocurrió la denominación. Debía ser un fulano cuarentón con la mala hostia característica de algunos de los que están en esa edad.
Pues te recuerdo, fulano cuarentón, que durante el franquismo España era elegida por las multinacionales por la docilidad de la mano de obra, que en el París del mayo del 68 había muchos menos españoles que los que dicen haber estado y que Franco murió en la cama. Y en cuanto a ti que participaste en la movida, ¿qué hicisteis sino fue otra cosa que drogaros y alcoholizaros? Si hasta Tierno Galván os pagaba los cubatas.
En fin, que me perdonen los cuarentones honrados. A mi me queda poco para entrar en el club.
Ahora que lo pienso, cuámte gente hay que no ha llegado a los cuarenta y tienen un vinagre de agárrate que vienen curvas.
Si es que la mala leche ni tiene edad, ni tiene cura.