Una prima mía, a la que quiero un montón, se sorprendió al ver mi gran acuario al hacerme una visita a casa. Pero, como perspicaz que es, dijo a continuación: "¿A que has sido tú el que ha tenido la idea de instalar el acuario?""Pues sí, prima, ¿Cómo lo has adivinado?""Pues porque en todas las casas que conozco con acuarios, la idea de tenerlos partió de un hombre""Vaya, nunca lo había pensado".
Y claro, tengo la duda desde entonces: ¿habrá más predisposición a tener acuarios por parte de los varones? Mi chica me lo regaló porque siempre me paraba en las tiendas de los animales, y lo único que buscaba eran los peces. No me interesa ningún otro animal, y menos a los gatos, que me dan alergia.
¿Será verdad que a los hombres atraen más que a las mujeres los acuarios? No sabría responder. No está demostrado que en Marte haya más agua que en Venus, tal vez sea otra creencia más de las muchas que hay, sin fundamento científico. Pero qué demonios: si mi prima trabaja de científica en la Universidad de San Diego, en un laboratorio con animales , algo de fundamento tendrá, entonces, su opinión. Digo yo.
A lo largo de mi vida, he tenido una pecera y dos acuarios, siendo el último el más grande, de ciento veinte litros. La primera pecera que tuve fue cuando era niño, con peces de agua fría y sólo con dos peces. Bueno, contuvo muchos más, pero se me iban muriendo.
Supe después que la razón de tanta defunción era porque las carpas japonesas, que son esos peces generalmente naranjas que a todos nos encantan, están hechas para vivir en grandes charcas. Vamos, que para que una de esas carpas estuviera cómoda, tendría que vivir en un estanque de mil litros y no en una pequeña bola de tres. En vista de la elevada tasa de mortalidad, cogimos la bola de cristal y le dimos el destino que suelen tener todas esas bolas: de maceta para cactus.
La segunda que tuve fue un acuario de veinte litros regalado a mis diecinueve años por mis amigos. Ese acuario era también de agua fría, con el consiguiente problema de las carpas japonesas, pero entonces tampoco existía internet y yo no sabía en aquella época lo de la inconveniencia de tener carpas japonesas en un acuario de agua
fría. La mortandad era todavía mayor, porque metía todavía más peces que en la primera. Tuve, además, problemas con exceso de algas que me pusieron la pecera toda verde.
Lo mejor de aquella segunda pecera es que, además, en aquella época yo solía llegar en demasiadas ocasiones beodo perdido y de verdad, es una bonita experiencia ver borracho el ir y venir a los peces. Es lo más cerca que estado del Nirvana. Hasta que las algas lo invadieron todo. No os fiéis de esas pequeñas criaturas verdes.
Bueno, y llegamos a mi último acuario, el que tengo ahora. Este sí que mola. Además, me he leído toda la bibliografía recomendada concerniente a la acuarofilia y me he leído todos los foros de internet, los de los piraos y los de las gentes de bien. Al final, con ayuda de mi chica, he podido sacar adelante un acuario bastante decente, esta vez con peces de agua caliente, que en el año que llevamos me han criado y todo...Como las jodidas plantas...Es que lo tengo que parece la selva...
¿Y si me dedicara a la jardinería?