lunes, febrero 11, 2008


Bueno, pues ya está.
Felicidades, José Carlos y Carmen Mari.
Él llegó al lugar de la ceremonia en un volkswagen escarabajo, de los antiguos, los que molan; un poco más tarde, en un Rolls-Royce descapotable, ella, pues nadie tiene que ser más protagonista en una boda que la novia.
Los hombres íbamos casi todos con traje oscuro, dado que nuestra uniformidad está hecha precisamente para que se luzcan las mujeres y sus vestidos. Pasa igual con el baile: mal está aquel hombre que ejecuta las figuras para su lucimiento y no para que brille su pareja. Es la regla número uno de los bailes de salón.
¡Y qué guapa iba la novia! tan andaluza, con su precioso vestido color crema de encaje, y un velo largo, de gasa, que le cubría todo el vestido. Y qué elegante el novio, con su terno de sastrería, con su chaleco de fantasía, con el cual bromeamos sus amigos, sin reconocer nunca que estaba pintón y muy a la altura de las circunstancias.
Meses y meses preparándolo y todo trancurre en un suspiro, imaginé que estarían pensando los novios a lo largo de todo el día. la ceremonia fue dirigida por una concejala, y se cantó a la guitarra canciones de Serrat y Sabina, la hermana de la novia, vivo retrato de su hermana, leyó un emotivo discurso, y a este humilde servidor vuestro se le permitió leer la adaptación de un poema de Rabindranath Tagore:

VUESTRAS VIDAS SON PÁGINAS EN BLANCO

Habéis escrito ya muchas páginas en vuestros libros;
unas son tristes y otras son alegres;
unas son limpias y claras,
otras son borrosas y oscuras.
Pero aún os quedan páginas en blanco:
la que habéis de escribir en este día.
Os falta por llenar la página de hoy.
Pensad y creed que ésta sea
la página más bella, la más sentida.
Cada mañana al despertar
recordad que aún tenéis que escribir
la mejor de vuestras páginas,
os diréis lo mejor que podéis dejar
en el libro que ahora escribís juntos con vuestras vidas.
Pensad que siempre os falta por escribir
la página más bella.

Después, el aperitivo, regado con buen fino, como no podía ser de otra manera en la milenaria ciudad de Córdoba. Las primeras risas con los novios, los primeros abrazos emocionados. Fotos y más fotos, flah, flash. Copas y más copas. Opo, -me digo a mí mismo- no te pases con el fino, que tienes mucho que trasegar el día de hoy.
Pasamos al banquete. Magnífico, como el aperitivo. Risas, muchas risas. Alguna broma al novio. Peticiones de que se besen los novios ¡Cómo se hubiera puesto Alfonso Ussía de estar en esta boda, con lo en contra que está de ese tipo de peticiones, según se puede comprobar en su libro "tratado de las buenas maneras! Café, copa y puro. Brindis por los novios. Mis amigos solteros ya empiezan a meditar estrategias para seducir a las féminas presentes en la boda.
Comienza el baile. Primeras incursiones a la zona enemiga. Las guapas muchachas tienen bien altas las defensas, sospecho que no les va a ser fácil a mis amigos llegar al objetivo. Preciosas, hermosas...Pero distantes e insensibles a los requerimientos de mis amigos. Qué le vamos a hacer, ellas se lo pierden. Un amigo, entristecido por encontrarse ante un muro infranqueable, me comenta:
-Tristo, nunca entenderé la hostilidad de las mujeres cuando uno se va a ligar con ellas.
-Ligar es una oposición como otra cualquiera, y ellas son el tribunal que te juzga ¡Qué le vamos a hacer, amigo mío!
Por desgracia, en esta boda no se cumple el dicho de que una boda genera más bodas. Las plazas convocadas quedan desiertas y los opositores tendrán que esperar a siguientes convocatorias. Qué lástima por mis amigos solteros, que pese a sus denodados esfuerzos no consiguen anular las defensas de las hermosas mujeres presentes en la pista de baile.
Pero todos nos lo pasamos muy bien, pese a que Cupido no hizo su trabajo por ser los tribunales muy severos.
El acto se pasa rápido porque todos estamos pletóricos. Yo bailé tanto que aún hoy tengo unas agujetas terribles, pero no me importaría continuar celebrando hoy el feliz desposorio de mis amigos, a los que deseo una larga estancia en el paraíso.