sábado, diciembre 09, 2006


Madrid podría ser el paraíso de los solteros y de las solteras. Si ambos grupos quisieran o se quisieran.
Hay miles de mujeres y hombres buscando sus príncipes azules y princesas. Tal vez por eso, no se encuentran entre sí.
Las mujeres buscan al hombre rudo y a la vez delicado, simpático pero serio, divertido pero trabajador, con futuro profesional pero con un punto bohemio, idealista pero pragmático. La cuadratura del círculo, vaya.
Los hombres buscan a las mujeres que no... que sean...que...Los hombres buscan a las modelos que salen con los futbolistas, con toreros o con otros modelos. Vaya, los hombres buscan a las mujeres de los anuncios de lencería que hay en las paradas del autobús. La pena es que los hombres son celadores, enfermeros, teleoperadores y las mujeres sólo quieren a futbolistas, toreros y modelos o las tres cosas a la vez. También que salgan en el "Aquí hay tomate".
Los hombres y mujeres solteros se quejan de su soledad y se preguntan dónde están sus medias naranjas. Si tú sales por Madrid por las zonas de copas como Huertas, Tribunal, bajos de la Castellana, etc, verás a miríadas de hombres solteros con una copa en la mano buscando a su modelo, que normalmente está besuqueándose en una esquina con un apolíneo aspirante a modelo, futbolista o torero. Hay veces que los hombres de las copas, para ver si alguien se deja besar, intercambian palabras con las aspirantes a princesas, pero éstas llevan puesto un cinturón de castidad, cuya llave sólo tienen Adonis de culo redondo y abdomen con forma de tableta de chocolate.
En muchas casas de príncipes y princesas hay ordenadores, que ponen a disposición de sus dueños de miles de alternativas para que salgan de su soltería: los Chat, el messenger, los contactos...Sin embargo, es escaso el éxito de estos programas porque el número de aspirantes al trono no decrece.
Esta gente busca y no encuentra. Los solteros se quejan de que las aspirantes a princesas son bordes con ellos, no les siguen a la conversación, ponen un muro de defensa infranqueable. Ser madrileña y urbanita tiene esas servidumbres: Hay que ser borde. Como dijo un uruguayo que pasaba por aquí:
"Follar en Madrid es un milagro"
El Milagro de que solteros y solteras se pongan de acuerdo.