domingo, julio 08, 2007

-¡Anda, pero si está allí una de mi clase! Voy un momento a saludarla.
Natalia era una chica morenita que fue compañera mía ese año de las clases de teatro. Para mí estaba muy buena, demonios, cómo me gustaba, pero nunca me atreví a pedirle nada. Siempre temes estropear una amistad por cosas así, ¿Pero qué es al amor, sino amistad elevada al cuadrado? Natalia era de esa clase de mujeres tímidas, un poco apocadas, pero tenía algo...qué demonios, que me molaba y punto. Me armé de valor, me terminé de un trago al whisky, y fui con paso decidido hasta donde estaba ella con sus amigas.
-Nataliaaa.
-Hola Opo. No sabía que eras de por aquí, ¡Qué sorpresa!
-Ya te digo. Jo, no sabes de lo que me alegro de verte. ¿Es éste tu pueblo?
-No. Uno más pequeñito. Está a seis kilómetros de aquí.
-El mío está más lejos. Hemos tardado cuarenta minutos en llegar. ¿Te tomas una cerveza conmigo?
-Bueno, pero poco tiempo, que me voy a tener que ir porque he quedado con mi novio luego en las casetas- Mi gozo en un pozo ¿Porqué todas las que me gustan han de tener noviooo? Pensé yo con la moral por los suelos.
No pude evitar poner una enorme cara de decepción y yo creo que ella se dio cuenta de ello.
-¿No sabías que yo tenía novio?
"Abrigaba enormes esperanzas de que no fuera así"-Pensé-
-Eeeeehhh, pues no. Nunca hablamos de ello en las clases de teatro, y eso que tuvimos tiempo. Pues no echamos horas haciendo las obras y las representaciones. ¡Si fue con diferencia la asignatura a la que dediqué más tiempo!
-Jolines, yo acabé de la obra que nos tocó harta. Además, creo que no lo hice muy bien
-Perdona, pero eso es mentira. Aparte de que lo hacías muy bien, estabas preciosa haciendo de señorita Julia. Ese vestido decimonónico que llevabas... Jo, parecías una dama victoriana, pero de las guapas de verdad.
-¡Qué tonto eres!- me dijo sonriendo.
- Que sí, que sí. Bueno, ahora estás muy bien con tu blusa y tus vaqueros, pero creo que los vestidos decimonónicos te quedan muy bien- "Ay, Opo, qué tonterías estás diciendo. Entre las paridas que sueltas y el novio, me parece que Natalia no es para ti"- Pensaba yo.
- Anda, Bobo. Tú tampoco estabas mal haciendo de Max Estrella. Tienes sensibilidad con la interpretación.
- A mí me gustó mucho cómo hiciste de Señorita Julia. Si lo sé me pido hacer de tu mayordomo. Por besar...Por hacer juntos la obra - Me estaba traicionando el subsconsciente. Maldita sea, lo que me gusta esta chica y todo está en mi contra. Tiene novio, estoy un poco pedo y creo que estoy picando muy alto. Que no, que no. Aparte, que a mí no me gustaría que me intentaran levantar a mi novia.
- ¿Cuánto tiempo llevas con tu afortunado novio?
- Le conozco desde siempre, pues venimos todos los veranos al pueblo. Pero empezamos a salir el verano pasado. Y bueno...
- Jo qué suerte tiene. Es que eres preciosa.
No lo podía evitar. A partir de ahí, la tiré los tejos todo lo que pude. Agarré su cintura, la hablaba al oído...El caso es que ella tampoco se oponía. No se zafaba de mí y yo, entre las copas que llevaba encima y que ya me daba igual todo, no paraba de decirle lindezas y alguna que otra barbaridad. Yo pensaba que muchas no las oiría por la música, quería pensar eso, estaba siendo demasiado franco con ella. Demasiado franco.
Y unos ojos como de toro en San Fermín nos estaba observando.