viernes, noviembre 16, 2007


Comienza el fin de semana y espero poder descansar un poco, porque últimamente no duermo bien. Como buen españolito, me acuesto tarde y me levanto pronto. Según dicen, somos el pueblo que peor duerme de Europa. Parece ser porque nos cuesta conciliar la cultura mediterránea, es decir, vivir la noche, con la jornada laboral impuesta de origen foráneo.
Tradicionalmente, era un valor en nuestro país el no trabajar. De hecho, era un signo de distinción social el acostarse tarde. Eso se reflejaba en nuestra literatura. Calisto, uno de los personajes principales de la Celestina, era un acaudalado galán que por el día holgazaneaba y por la noche zascandileaba. El personaje representaba un modo de hacer de la clase alta de entonces. En España, el trabajo era cosa de pobres y deshonraba al que tenía el hábito. Y dicha costumbre acabó por imponerse a toda la sociedad. Llegó un momento que aquí no trabajaba nadie. De ahí viene nuestro atraso endémico, no trabajaban ni los de arriba ni los de abajo. de esta vagancia tan contagiosa no nos libramos hasta hace cuatro días. Ahora, hay quien nos llama los alemanes del sur. Quién nos lo iba a decir.
Pero quedó el noctambulismo glamoroso de la holgazanería pretérita; y vinieron los horarios del norte; de tal conjunción devino el fatal insomnio español. Tal vez por eso el gobierno invierte poco en planificación y desarrollo ¿para qué, si el pueblo está tan adormilado que no puede rendir intelectualmente? Por que ésa es otra: estudios revelan que el poco dormir menoscaba el intelecto. "Del poco dormir y mucho leer se le secó el cerebro" dice nuestro Cervantes refiriéndose a su gran héroe. O sea, que tanto hablar que si la tauromaquia, y las sevillanas y resulta que en este país la verdadera tradición ancestral va a ser el noctambulismo. Tal vez, por eso, Unamuno, preocupado por las pocas horas de sueño de lo españoles dijera aquello de "que inventen ellos". Realista que era el sabio.
Quién diría que en un país tan luminoso iba a haber tantas criaturas de la noche. Me dice un amigo que vive en Italia, que pese a nuestra aproximación cultural con ellos, ni tienen la costumbre de ir a tomar cañas a las dos de la tarde, ni mucho menos está generalizado lo de tomar cubatas por la noche. Ni por los alemanes, ni por otras gentes del norte, pregunto. De toda Europa vienen en verano, pero no por el sol; lo hacen por la luna, por los lunáticos y las lunáticas.
La noche es de la gente ociosa y el día de la gente trabajadora. Si no, que se lo pregunten a esos laboriosos inmigrantes que van el vagón de metro que todavía no saben lo que es la marcha a la luz del neón. Mientras, nosotros, temerosos de que se nos pase la parada donde nos tenemos que bajar, vivimos en esa contradicción legañosa de portarnos como un europeo de día y un español por la noche.
En fin. Tengo mucho sueño. Pero no por salir hasta tarde. Duermo poco porque soy... Un patriota.