Me niego. No me digan más que soy de la generación X. No quiero ser parte de una ecuación. No digan que pertenezco a "ese grupo nihilista" porque he nacido en la década de los 70, he escuchado a Nirvana y porque he jugado con la misma soltura a las canicas que al GTA SAN ANDEAS, que no amo como han amado los de antes y que por nacer con todo soy egoísta.
Me gustaría saber quién es el cretino o la cretina que se dijo que somos apáticos. No, no soy apático, de hecho cada vez estoy más indignado. Tal vez sea tarde, y se me ha pasado la época más idónea para indignarse: cuando tienes veinte años. Ahora tengo treinta, pero el hecho es que cada vez soy menos indiferente hacia todo lo que me pasa a mi alrededor y cada vez percibo más la importancia de interesarse en cosas como la política.
Quiero a mi gente. Lloro cuando sufren. Me indignan sus carencias al igual que me indignan que haya gente que arriesgue su vida cruzando el mar en una patera. Me solazo cuando sale gente más joven que yo a manifestarse por la vivienda, por la sanidad pública. Es un honor el estar codo con codo con ellos y me congratulo de que ni ellos sean la generación Y ni yo la X. En todo caso, seremos XY los varones y XX las mujeres, como ha pasado desde el principio de los tiempos, cuando todo se puso más interesante desde que unos bichos de la misma especie decidieron separarse por sexos hace millones de años, sólo por darse un gustito al cuerpo, no os creáis la falacia de la supervivencia, que en esto del sexo también hay arte. En definitiva: eso sí que es creacionismo e inventiva y lo demás son tonterías.
Y haciendo un homenaje a tan fantástico hecho, podrían habernos llamado de otra forma, por ejemplo generación Venus y generación Marte; o poniéndonos mas castos y hermanados, generación Selene y Helios. Pero no: nos tienen que poner estúpidas letrujas para quedar modernos. ¿Qué será la generación Z? ¿Se definirán por ser los dormilones de la casa? (Cariño, este niño ronca ZZZZZZZZZ).
No sé por qué me extraña. En definitiva, nuestra vida actual es pura marca: es en cierto modo lógico que a los jóvenes y menos jóvenes nos pongan una. Pero qué triste es que si a estúpidos frascos de colonia les han puesto nombres tan sugerentes como Loewe, Cacharel, Hugo Boss o Channel , qué menos que llamarnos a nosotros con nombres tan estupendos como los mencionados, o con unas buenas frases definitorias: "Generación de los sumisos que lo están perdiendo todo" para unos" y "Generación de los que se han pillado un rebote y nos lo van a hacer pagar" para los otros. Ahí queda eso.
Ya que soy un nihilista que ha perdido la fe, que dejen de bautizarme o que me pongan un nombre con el que realmente me identifique. Pero lo mejor de todo es que no hagan nada.
Estoy harto de tanta marca.