lunes, diciembre 31, 2007


Esta mañana he tenido un debate inexistente (no hubo tal salvo en mi cabeza, luego después, en el metro) con mi preparador de oposiciones por una afirmación de éste: "El humorismo es cosa de derechas. Piensa en Miguel Mihura, en Wenceslao Fernández Flórez, en Jardiel Poncela, en Julio Camba en su última época, cuando se había vuelto reaccionario, hasta el mismísimo Quevedo se hubiera definido sin ambages como conservador. Reírse de la vida es cosa de derechas, porque ante la conciencia de que la revolución no es posible, el recurso que queda es el reírse".
Esto me lo dijo justo a la hora de salir, yo me tenía que ir a comprar los regalos de reyes y hacer algún que otro recado más, y claro, me dio rabia porque mi preparador me dejó con una afirmación que hubiera dado lugar a un interesante coloquio entre ambos, porque...¿Reír (o hacer reír) es de derechas?
Yo tengo un tío que es comunista y poeta. De lírica no va mal, pero el sentido del humor lo tiene un poco flojo. De joven promesa del 68 ha pasado a ser vieja incertidumbre del 2008, con su duda que amenaza con eternizarse de que si el comunismo tendrá cabida alguna en este mundo. El interrogante dura desde los tiempos de Marx y Engels. El quedar "vencido, calvo y tieso", como dice la canción de Sabina, tuerce el gesto. A mi tío le han pasado cosas que le han estropeado el sentido del humor y no le debemos culpar por ello. Ser castellano es lo que tiene. Pedirle a un golpeado por la vida como él que se ría es como pedirle a don Quijote que se riera justo después de que le aconteciera lo de los molinos de viento. Por otra parte, mi otro tío sí tiene el sentido del humor saliéndole por los poros a cada momento. Es frecuente verle carcajeándose hasta la lágrima por un chiste o una anécdota de la infancia. Sonríe fácilmente. La vida no le ha tratado mal. Es un poderoso empresario, orgulloso de su vida, de su éxito, de sus hijos. Tiene motivos para reírse, sólo le turba la amenaza de que en su suntuoso chalé de la playa le pase lo que a José Luis Moreno. Por supuesto, es de derechas.
Ambos hermanos son la encarnación ibérica de esa serie tan celebrada en los ochenta, "Hombre rico, hombre pobre" y admitámoslo: el que más se ríe es el rico.
Pero niego a que la risa sea patrimonio sólo de una clase social, de unos escritores determinados, de las personas a las que la vida "las ha sonreído" Yo quiero que mi tío, el rojo, se ría, así todos los que están a mi alrededor e incluso a los que no lo están, pues no soy capaz de ver la risa como un antídoto antirrevolucionario y apagafuegos del justo progreso, ni patrimonio sólo de los que no son desgraciados.
García Lorca se reía y a Miguel Hernández no lo dibujó Buero Vallejo con los ojos tristes sino soñadores; no es difícil imaginar risueño en algunos momentos de su vida a Machado e incluso Góngora gritó alegremente desde la ventana de su casa "que se nos va la vida, mozas" pese a las grandes adversidades que le tocaron vivir.
No, la risa no es patrimonio de los agraciados por la vida. Por eso os deseo a todos , afortunados o no, feliz año 2008, pleno de risa. Que no os falten motivos para la carcajada. Y a mí tampoco, qué demonios, que me la estoy jugando.