viernes, octubre 05, 2007

Me confieso. Lo he vuelto a hacer. He vuelto a leer un libro de autoayuda:
-Salas Parrilla, Miguel. Cómo aprobar las oposiciones, Alianza Editorial, 2006

Vale, de acuerdo, no es de autoayuda propiamente dicho, pero se lo parece. Ya casi lo he acabado. Te habla de autodisciplina, técnicas de estudio y blablablá para afrontar con éxito un examen para entrar al cuerpo de funcionarios del estado.
El problema de estas cosas es llevarlas a la práctica, máxime cuando has sido un perro como yo, porque claro, mi problema no es retomar el hábito a los estudios: es adquirirlo.
Bueno, he de decir que no voy mal. Me estoy sorprendiendo a mí mismo por el progreso que en ese apartado estoy haciendo ¡Ocho horas diarias estudiando libros y apuntes! ¡No lo había logrado nunca! Cosa de la que no estoy orgulloso, si os soy sincero. Muchos sinsabores en la vida me ha traído mi poca afición al estudio, que no a la lectura, que de esa afición sí que me precio.
En fin, me espera unos meses duros hasta junio. El año pasado logré robarle a cada día unas pocas horas para dedicarlas a la oposición. Ahora, sin trabajo remunerado a la vista pero cobrando el paro, mi trabajo es estar ocho horas concentrado delante de los libros que conforman el temario. Aprobar las oposiciones está difícil, pero no imposible.
Y bueno, estoy contento con el librillo porque parece que estoy bien encaminado. por lo menos este librillo de autoayuda no me deja la sensación como otros, que me enojan porque según ellos, voy por el buen camino las más de las veces. Y que no quieren que yerre otra vez, maldita sea. Como si los hombre no tuviéramos derecho a equivocarnos.
"Donde tropiezas, allí está tu tesoro" decía Joseph Campbell. Fue un error ser tan mal estudiante, pero al menos sé lo que no tengo que hacer para aprobar...
... Esta maldita oposición