lunes, febrero 26, 2007
"Dejen de estirar la mano para ver si llueve, dejen de pedir, que eso sólo los hace parásitos" Les dijo Alan García, presidente de Perú, a los habitantes de Huaycan, un barrio pobre de Lima, la capital.
Leo que es un "barrio que se nutrió en los ochenta de familias que procedían de la sierra, huidos de la violencia terrorista", justo en los años en que Alan García gobernó por primera vez (!) Sobre Huaycán también leo que "La pobreza afecta a amplios sectores de la población de ese sitio, y un factor determinante de ello es la falta de empleo y los bajos niveles de ingresos que obtienen por las actividades de sobrevivencia que realizan" Yo les recomendaría a los habitantes del barrio que hicieran caso a su presidente y montaran un Wall-Mart.
Me imagino que los habitantes de Huaycán pedirán a su presidente cosas como unas infraestructuras decentes, sanidad, educación y empleo digno. Pero pedir eso a un liberal corrupto es como pedir a Giorgio Armani que la mona vestida de seda desfile por sus pasarelas.
Pero, confundido por la afirmación del gobernante, intento dilucidar qué es lo que realmente quiso decir. Un político nunca es claro. Busco en el diccionario la definición de parásito: "organismo vegetal o animal que vive a costa de otro" El ejemplo más claro, un piojo. Yo no he visto a ningún piojo que estire la mano para ver si llueve. Como mucho, estira esa especie de trompa para ver si pica ¿Por qué llamará Allan García parásitos a los que debe asegurar como gobernante un porvenir y bienestar? Ah no, que me he equivocado. Alan García se refiere quizá a la segunda acepción: " Se aplica a la persona que vive a costa de otra o que no presta ningún servicio a la sociedad" Alan García ha decidido no prestar como gobernante un servicio a la sociedad, en este caso, ayudar en sus problemas ¡Pero cobra de los contribuyentes peruanos, es su servidor! Si vive a costa del pueblo, pero no atiende a sus obligaciones como gobernante, hemos de decir entonces que Alán García es un parásito.
Yo estaría contento de ser habitante de Huaycán: tiene un gobernante que es uno de los suyos. Más corrupto y sinvergüenza, pero uno de los suyos.
Me he fijado que Alán García tiene bastante cabello, al igual que Mario Vargas Llosa, que lo alaba siempre que tiene ocasión. Tanto pelo tiene bastantes atractivos para los piojos.
¿Será por eso que está tan enfadado con los habitantes de Huaycán? Los piojos son como los problemas de conciencia: pican y no dejan de picar hasta que los eliminas. No sé que es mejor para el pobre Alan que reparte sabiduría: si una loción antipiojos para los del la cabeza o un millar de camiones con mangueras de aguas para limpiar las calles de Huaycán.
O mejor: esperar que llueva, con el permiso del monóxido de carbono que durante tantos años expulsaron los coches oficiales de Alan I García, el empiojado.
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