sábado, febrero 17, 2007

sábado, febrero 18, 2007
Hoy he ayudado a unos amigos a hacer uno de los actos más raros que se pueden hacer en la España de Hoy: mudanza. Mis amigos, que tuvieron la suerte de pillar sus respectivos pisos a un precio razonablemente bueno, han podido hacer lo que antes era normal para unas personas con treinta años. Me refiero, claro está, a emanciparse. Han tenido que vivir en casas de sus padres más tiempo de la cuenta porque se nos están imponiendo unos plazos absurdos (en los dos sentidos: de tiempo y de hipoteca).
Se extrañan los europeos del norte que españoles e italianos nos marchemos de casa tarde. Es lógico. Ellos, con sus estados de bienestar (por desgracia ahora en proceso de desmantelamiento en todos sus países), se van de sus casas nada más cumplir los veinte, para instalarse en una vivienda de alquiler, generalmente cedida por sus respectivos estados. Nos ven demasiado talluditos para irnos de casa, con razón. Pero les desafío a muchos de ellos que intenten vivir de alquiler en un país como España donde los sueldos son mil euros (si llegan) y los alquileres en cualquier ciudad unos setecientos. Y por supuesto, sin que el estado español oferte suficientes viviendas de alquiler de precios baratos. Muchos también se quedarían en casa de sus padres a la espera de mejor oportunidad.
Recordemos las palabras de nuestro gran ministro de Economía, don Pedro Solbes. "el umbral del dolor de los ciudadanos puede ser muy alto" Es verdad, señor ministro. Los
españoles hemos demostrado tener una capacidad de aguante sólo superada por el pueblo
japonés. Porque mira que hemos tenidos malos y crueles gobernantes que nos han hecho pasar las de Caín y aquí estamos, aguantando con lo que nos echen.
Qué lástima que no todo el mundo aquí en España puede tener las caras de ilusión de mis amigos. Seguro que no piensan en el valor de sus casas, piensan sólo que tienen un HOGAR. En España tocamos a una vivienda por cada dos habitantes. Lo que no hay tanto son hogares. Miles de jóvenes que, sin ser mendigos, son tan pobres que no tienen dónde vivir. Eso es España y eso es lo que nos han hecho el gobierno socialista y popular en connivencia con la gran banca y las constructoras.
Me da miedo pensar que España pueda caer otra vez en el enfrentamiento civil. El umbral del dolor de los españoles es muy alto, pero la gota se puede desbordar cualquier día y caer en la violencia generalizada como otras veces en nuestra historia.
Lo malo es que parece que no hay voluntad porque la cosa cambie.
Me encanta ver a mis amigos felices y orgullosos de tener un hogar. Me gustaría mucho más que, por ejemplo, mi hermano, que todavía vive con mis padres, pudiera también tener esa dicha. Ojalá esta locura pase pronto y no vuelvan a jugar jamás con nosotros una partida de póquer con las cartas marcadas y poniendo sobre el tapete como apuesta el HOGAR de cada uno de nosotros.