viernes, febrero 02, 2007

¡¡Jajajaja, con la que nos salta ahora el colega!!
¡Pero qué esperabas? La gente ya no pierde el tiempo en esas gilipolleces.
En serio chaval: VAS DE CULO Y CONTRA EL VIENTO. Si sigues así te van a dar muchas Hostias.
Aaayyyy...
Ayer se hizo un llamamiento para que la gente estuviera cinco minutos con las luces de la casa apagadas. Pues ni flores. El consumo sólo bajó un 2´5%.
"Bah, si estas cosas nunca sirve para nada""¿Pero tú te crees que nos harán caso en algún sitio?""¡Mierda, se me ha olvidado por completo el hacerlo" Total, que al final, fuimos cuatro los que decidimos apagar nuestras luces.
La iniciativa partió de unas ONG francesa, con el fin de que los gobiernos y las empresas se pusieran las pilas (que no las centrales térmicas) y pusieran soluciones a nuestro insostenible desarrollo. La idea era buena y poco costosa de hacer: sólo había que cortar la llave general de luz y esperar cinco minutos. SÓLO cinco minutos. Pero está visto que no sabemos ni queremos renunciar a nada. Con la manifestación de la vivienda, igual: de miles de jóvenes que podían venir, apenas fuimos a 900. "Es que era julio y en Madrid hace mucho calor en esas fechas", seguro que dirán algunos.
¿Qué está pasando, que no podemos hacer pequeños sacrificios, como apagar la luz cinco minutos o pasar la tarde del domingo en la Puerta del Sol? ¿Por qué nos cuesta menos el ir de rebajas a abarrotados grandes almacenes, aguantar empujones y el fortísimo calor en el invierno y el casi gélido ambiente de verano? (Si; he dicho bien: mucho calor en invierno y mucho frío en verano) No lo sé. Bueno, sí lo sé. Desgraciadamente, el hombre es animal de costumbres y lo que más le cuesta es cambiarlas; somos incapaces de exigir nada porque hemos perdido la costumbre de la reivindicación. ¿Qué puedo decir que no se haya dicho antes? Nada. Lo de siempre: que poco a poco se van perdiendo las conquistas sociales de años, que no renunciamos a nada y blablablá.
LLegará un momento que esa palabra quedará relegada a su rinconcito en el diccionario. Nos parecerá tan extraña como sinapismo, gario, aljibe u otros términos antaño usuales que me vienen a la cabeza. ¿Qué es lo que tiene que pasar para que volvamos a coger el testigo de la justa exigencia? ¿qué tiene de bueno renunciar a él?
Ayer en España fuimos cuatro los que nadamos contracorriente. Contracorriente alterna, cachi en diez.