El sábado que viene hago mi enésimo test psicotécnico. Estoy un pelín cansado de ellos.
Podrían encontrar una manera mejor de seleccionar a gente. O mejor, podrían recurrir al clásico método de a quien San Pedro se la dé, San Antonio se la bendiga. Hay mucho negocio montado alrededor de las pruebas de selección y estaría bien que ciertas empresas dejaran de aprovecharse de la falta de trabajo.
Estas empresas ganan mucho dinero a costa de los procesos selectivos de la administración, dinero que por otra parte sale del erario público, porque con las tasas que se cobran por los exámenes a los opositores no se cubre ni de lejos los gastos que se generan de un proceso de selección. Son una auténtica mina de oro para dichas empresas.
Nos presentamos unas ochocientas personas para la prueba que se celebra a lo largo de este fin de semana. El número total de plazas es ocho. Más o menos, una plaza de Auxiliar administrativo por cada cien personas. Plazas para puestos de trabajo que no son en modo alguno una panacea.
Mejorarán la vida de quienes las consigan, pero el sueldo es bajo y según donde estés, la labor puede ser hasta penosa. Hablo con conocimiento de causa, pues he sufrido lo que es atender a una fila de personas airadas porque la organización del Hospital no es todo lo buena que deberías ser. Normalmente, el auxiliar administrativo, por ser la cabeza visible de una institución, es el que tiene que soportar toda la cólera contenida por la mala gestión, la mayor parte de las veces justificada.
Definitivamente, esas ocho plazas no son pasajes al Edén. Son salvoconductos a la seguridad perdida de las depauperada clase baja sufridora de la codicia de las élites. Se ha creado un juego infernal en que muchos son los llamados y pocos los elegidos. Maldita rueda de la fortuna en la que los premiados están fuera de ella...
Un cuñado mío dice con buen tino que si en realidad son Bingos, que se hagan como Dios manda: con bombo y bolitas. Mi cuñado, aunque ateo, en cierto modo cree en San Pedro y San Antonio.
Tengo que reconocer que tiene mucho mérito el sacarse una plaza por el proceso de los psicotécnicos; una gesta brutal digna de contar a los nietos aunque la gente no le de importancia.
A mí me ha ido regulín en este tipo de procesos, pues no he conseguido nunca plaza. Eso sí, por lo menos he podido entrar en las bolsas que se generaron con los que no aprobamos pero quedamos en buena posición. Entenderéis que esté un poco harto de este tipo de procesos.
Disculpadme, me voy a hacer algunos test, que falta me hace para el sábado, que es cuando me toca hacerlos.
Por cierto, sería muy interesante saber en qué puesto quedarían gente como Ruperto Murdoch, Kichner, Zapatero, Sarkozy o el propio Bush.