jueves, diciembre 06, 2007

De acuerdo. No nos gusta. Tiene cara de Indio y aspecto agorilado. Va por ahí nacionalizando el petróleo (¡Qué horror!)y como me dijo alguien: "a saber cuántos ha torturado y asesinado desde que lleva en el poder" Chávez está de moda por la inquina que despierta. El otro día, en un programa de variedades, un modelo, de ésos que son varoniles pero a la vez sensibles y delicados, con educación, cuando le preguntaron a quién más odia, puso gesto heroico, como de guerrero romántico y con mirada penetrante contestó: "A Chávez"
En las tertulias de la televisión y de los bares la gente tiene como uno de sus temas favoritos arremeter contra el famoso dirigente venezolano. De él he escuchado cosas como asesino, dictador, bocazas, sátrapa, sinvergüenza... A la gente le pone muy nerviosa sus excesos verbales. Lo único que no he oído decir es que es genocida, y me extraña, la verdad, en estos días de ruido y furia contra él.
Realmente nadie sabe lo que está pasando en Venezuela. Las noticias que nos llegan no apuntan a que sea una dictadura: Chávez convoca a observadores internacionales que declaran que las elecciones que ha ganado son limpias (Qué poco puedes decir eso tú, George); Chávez pierde un referéndum y acata el resultado; en Venezuela, sus detractores se manifiestan libremente y más aún: hay una presión mediática, no ya fuera del país sino dentro, de enorme calado.
Él es, hoy por hoy, el gobernante más objeto de inquina del mundo. Y mira que hay otros que se lo merecen más, empezando por el propio Bush, que está arropado por un silencio mediático que le harán vivir con placidez su último año de mandato. Mira que se ha ganado a pulso que le llamemos asesino, torturador, mentiroso y sinvergüenza, pero todos esos epítetos se los dedicamos a Chávez, tal vez con menos mérito para recibirlos.
Bush es un genocida en el poder, pero nadie mueve un dedo para echarle, cosa que con el venezolano sí que ha sucedido. En el 2002 hubo un golpe de estado en su contra. De haber triunfado sus opositores, las democracias occidentales se hubieran puesto muy contentas, con la americana a la cabeza y eso que no hay nada menos democrático que una asonada golpista para expulsar al indio. A un blanco le sientan mejor los trajes que a un indio y queda mejor para dirigir los destinos de un país. Pinochet tenía un buen ropero, recientemente puesto a subasta por alguien que decía quererle mucho.
Yo considero que Chávez no es tan peligroso ni tan malvado como para que los tambores mediáticos resuenen de esta manera. Empezando por el propio diario El País, que siendo -se supone- de izquierdas, le critica día sí y día también. Por cierto, curioso lo de este diario: hace diez años, en la editorial del aniversario del Che, le hacían una encendida loa por su trayectoria. Ahora, sin embargo, lo tratan poco menos que como un carnicero. Uno no sabe ya a qué atenerse. ¿En qué quedamos, idealista de gran generosidad o guerrillero con pretensiones totalitarias? Yo ya no sé a quién estoy leyendo.
Os confieso que a mí Chávez es el gobernante que menos me preocupa. Deberíamos todos viajar a Venezuela, como hizo Sean Penn con Irak cuando empezó la guerra, para saber qué está pasando realmente allí, para sacar nuestras propias conclusiones, para saber si es verdad eso que dicen de que su economía crece al 7% o por contra está hundiendo a su pueblo en la miseria más absoluta. Pero de momento yo no sé nada y sospecho de ese bombardeo mediático contra aquel gobernante obedece a intereses espurios que nada tienen que ver con la democracia.
Además, me da rabia que mientras, al que los hechos han confirmado como verdadero mentiroso y genocida, esté de rositas, y creo que verdaderamente estoy viviendo en un mundo al revés.