jueves, diciembre 20, 2007

Los señores de la SGAE me han dado una idea, hoy que se han salido con la suya, pues el canon ha sido aprobado por el congreso. Voy a hacer un artículo hablando bien del canon que han puesto a los móviles y discos duros, lo voy a registrar, y cada vez que alguien hable bien del canon, a pasar por caja, dado que he soy el propietario intelectual de la idea de hablar bien del canon. También me voy a hacer con la propiedad intelectual de los derechos de decir "muchas gracias" al camarero cuando me sirva un café. Cada vez que digáis gracias a un camarero, centimito para mí. En España se beben muchos cafés. Ya me queda menos para el chalé en la Moraleja.
Podéis decir que yo no inventé el dar gracias al café, ni tampoco hablo bien del canon, pero yo os digo que los del SGAE tampoco son los creadores de la mayoría de las canciones que les sirven de pretexto para que todos les tengamos que pagar comprando mp3 o móviles. Así que, si nada no lo impide (inundación, terremoto o sicarios a sueldo) me voy a ir al registro de la propiedad intelectual con unos pliegos que contengan perfectamente descritos la alabanza al canon y el acto de agradecimiento del camarero.
Y no vale decir que estáis libres los que agradecéis el menta-poleo, cola Cao, té con leche o que si vuestro café es cortado, descafeinado, con hielo o en carajillo. Aquí todo el mundo me ha de pagar, porque por café se entiende todo, y si decís que nunca dais las gracias por el café porque lo tomáis en vuestra casa... ¿Quién me asegura a mí que nunca entraréis en una cafetería? Todos sois sospechosos de ser amables con el camarero y vosotros más que ninguno, que tenéis cara de buenas personas.
Debemos dar las gracias (esto todavía no paga canon) a nuestros partidos políticos, con el PSOE a la cabeza, por haber puesto las cosas en su sitio. Me congratula cómo defienden los intereses de una minoría frente a los de una gran mayoría, en una maniobra que perjudica a muchos en beneficio de unos pocos. Esa es la esencia de la verdadera democracia, y no esa cosa que nos intentaron explicar en el instituto nuestros profesores. Espero que, a partir de que yo registre la propiedad intelectual sobre hablar positivamente del canon, sean ellos los primeros en pasar por caja. Ha de cundir el ejemplo. Así que cada vez que alaben el canon, y lo hacen desde un medio de comunicación masivo, habrán de abonarme diez mil euros cada vez. Y si no, les meteré en juicio, como hace la SGAE a quienes no les pagan por respirar.
Ya me estoy frotando las manos. Espero que mi idea no sea como el cuento de la lechera. Por cierto, ¿está registrado? Porque no hay dos sin tres...