viernes, agosto 10, 2007


Nuestra lavadora nos está lanzando mensajes y no sabemos qué es exactamente lo que nos quiere decir. Sea lo que sea, espero que se muestre comedida y no se meta demasiado en nuestros asuntos, pues pese a estar en nuestra casa debe recordar que está a nuestro servicio, que a los operarios les está prohibido pensar por decreto pequeño-burgués.
Dicen que el espíritu es energía y que la materia es energía muy condensada. Mi lavadora, a la que todos creíamos materia, resulta que va a ser espíritu reconcentrado, y con su recién descubierta conciencia, se dedica a enviarnos mensajes traviesos. El otro día, cuando mi chica estaba sacando la colada, se encontró todos sus sostenes enrollados en mi delantal de Miguel Ángel, igual al que veis en la foto ¿Por qué la lavadora dejó puestos los sostenes de aquella manera? ¿Sabéis vosotros la respuesta? Mi centrifugadora ladina me da de su propia medicina: ahora estoy dándole vueltas sobre el mensaje que nos quiere transmitir, y la verdad, no encuentro una explicación que me satisfaga.
Sostenes que rodean el cuerpo de un apolíneo David... La verdad, no sé qué interpretación darle...Mi hermano me trajo dicho delantal de Florencia, donde tienen la estatua, y fue un regalo que valoré mucho. Un año antes, cuando estuve yo en la ciudad de los Médici, no me decidí a comprarlo, pues ya nos habíamos gastado mucho dinero en el viaje. Recuerdo que cuando fui a ver la estatua, me gustaba contemplar cómo la gente se le ponían los ojos como platos ante la magnificencia del guapo de mármol. Recuerdo dos norteamericanas jóvenes con las que trabamos amistad en la cola del museo cómo miraban con arrebato la estatua. No era para menos: el italiano que le sirvió de modelo a Miguel Ángel debía de estar cañón.
¿Pero qué demonios quiso decir mi lavadora con esa travesura de los sostenes enrollados y liados en mi delantal? Pues ya sé yo que el David luce mejor cuerpo que yo, que tengo algunos michelines cerveceros; pero de ahí a insinuar que debería cuidarme por si a mi chica le da por irse a por un guaperas de gimnasio con una muscultatura similar a la de la estatua...
¿Quién te da permiso a mandarme consejitos, lavadora? ¿Cómo osas insinuar que mi esposa me abandonará por un tío bueno? De ti sólo espero el tener la ropa limpia y nada más, así que nada de consejitos, te los puedes meter por donde sale la porquería del filtro.
Pienso que trabajas poco: dos veces por semana, como mucho tres y eso te da tiempo para pensar en tonterías; quizá sea a que tu verdadera vocación es la de ser tragaperras, pues ya me he encontrado varias veces monedas en la goma de entrada al tambor. No lo sé, pero me tienes mosqueado y no lo vas a arreglar dándome dinero, pues estás poniendo en cuestión mi virilidad; lo que sí he de reconocerte es que los sostenes de mi amada son unos casquivanos, que si se han enrollado a un delantal con el torso de Miguel Ángel ¿Quién dice que mañana no lo harán con una toalla con la cara de Brad Pitt?
Tendré que dejar de darle vueltas al asunto, pues eso eso es justo lo que quiere que haga la muy perversa: que sepa lo que se siente haciendo circulitos. A partir de ahora, en vez de hacer tres coladas, harás cuatro, por lista. Dios mío, cuánto cuidado hay que tener con lo que metes en tu casa.