miércoles, marzo 19, 2008

Cinco años y el gran genocida todavía ocupa su puesto: "El éxito en Irak es innegable" nos dice, una más de sus terribles mentiras, bulos que son balas que han causado miles de muertos en el pobre Iraq, arruinado país que lo será todavía más cuando este vampiro termine. Maldito chupador de viscosidad negra por la que están llorando miles de madres de iraquíes inocentes. Por favor, que nadie diga que con esto último que he dicho estoy cayendo en la demagogia. Es la verdad, sin matices. El genocida tiene mucho que responder por la tragedia que ha llevado a muchas familias de ese país de Oriente próximo. Debería estar en la cárcel ya mismo y me enoja terriblemente que en las portadas de los periódicos no aparezca la noticia. Si alguna vez ocurre, será el día más feliz de mi vida.
Mientras, Aznar, fiel a su estilo, es decir, el de no reconocer que se ha equivocado nunca (¡Y cuánto lo hizo en su último año de gobierno!) dice que la situación en "Irak, sin ser idílica, es muy buena". Cállese, señor Aznar.
También Dick Cheney, el vicepresidente, se congratula en el fantástico cuento escrito a cuatro manos, digno de un Perrault sicópata: "la invasión de Irak ha sido una empresa exitosa" Sí, y esa empresa tiene nombre: Halliburton, de la que fue ejecutivo y que ahora está obteniendo pingües beneficios a costa de la tragedia de todo un pueblo ¿Cuánto le van a pagar a usted, señor Cheney, por el servicio que les prestó hace cinco años? ¿Usted de quién es realmente servidor, del pueblo americano o de esa maldita megaempresa, que el diablo confunda?
El único que todavía no ha hecho declaraciones sobre Irak ha sido Tony Blair. Siempre me sorprendió su alineamiento con el sicópata tejano, aunque sé que los ingleses siempre se considerarán más aliados del imperio americano que del resto de las nacionalidades europeas. No descarto que el ex primer ministro en próximas horas suelte alguna insidia del estilo de las tres anteriores ¿Qué querría sacar el refinado y aparentemente inteligente inglés del tejano embrutecido por la mitología de las películas de vaqueros?
No sé si George Bush habría podido ser peor presidente. Tal vez sí, ya dice el aforismo que todo es susceptible de empeorar. Él y sus halcones neocon han sido lo más nefasto que ha pasado por el Capitolio en años. Dejan un país en la ruina, y están a punto de hundir otro: el suyo propio. Malos tiempos para la economía, y eso que dicen que los republicanos son buenos con las cuentas. Evidentemente, son buenísimos para el 0,1% de la población americana que les va de cine masacrando a las clases bajas y empobreciendo a las clases medias que por cierto, muchos suelen votar republicano por esa obsesión tan de clase media por parecerse a las élites que tanto les odian.
El genocida Bush ha sido un empresario nefasto y un presidente más funesto si cabe. Nunca debió llegar a la presidencia de la Casa Blanca. Quién ha dicho que el whisky es malo. Desde luego, no es jarabe, pero con su ingesta se hubieran evitado muchas muertes. ¡Qué lástima de borracheras no pasadas!¡Qué lastima de celda fría!