Parece que hay una pequeña crisis en el sector de hostelería. La gente sale mucho menos que antes. Las causas posibles, bien la asfixia por las hipotecas, bien la reciente subida de los productos básicos o bien que los del baby boom de los setenta nos hemos hecho mayores y ya salimos mucho menos que antes. Otra de las causas posibles, y ésta es de mi cosecha, pero está en relación con todas las anteriores, es que siete euros por un cubata es, aquí en España, un precio a todas luces excesivo. Es lo que se cobra en muchos bares y no en los de postín precisamente.
Hablaba hace unos días que los españoles éramos seres nocturnos, y ya quedamos el otro día que eso es cosa de gente rica y ociosa. Pues bien, parece que ahora lo somos menos, porque sencillamente, somos más pobres y laboriosos. Y eso que todavía no nos ha venido la subida del treinta por ciento de la tarifa de la luz que pretenden imponer las constructoras que, viendo que el disparate del ladrillo ya no daba para más, empezaron a darles de dentelladas vampíricas a los cables de la luz. Muy románticas se volverán las casas de España cuando recobremos la costumbre de alumbrarnos con velas.
En Madrid, además, las dentelladas han llegado a la sanidad, y los nuevos hospitales , que están semiprivatizados, les va a gestionar Nosferatu, para estar cerca de los bancos de sangre.
Estamos pobres y más que nos vamos a quedar de seguir esto así. Los sueldos son de risa porque cada año crecen basándose en un IPC totalmente irreal. Como bálsamo de Fierabrás, el partido en la oposición sólo se le ocurre la bajada de impuestos (podían estrujarse la cabeza un poco más, que eso y privatizar ya está muy visto) y me indignaría una vez más si no fuera porque ya estoy cansado y casi vencido de escuchar las mismas estupideces de esos buitres. "Queremos que vivas mejor", dice su eslogan. Debajo de un puente, les falta añadir, donde los que viven no pagan impuestos.
Y yo, estaba pensando si escribir sobre por qué la gente sale poco es caer en la pesadez, porque siempre me pongo reivindicativo y a un amigo le gustan mis escritos sólo cuando hablo de literatura. Y entonces viene mi mujer, y me dice que en el último libro de Jose Luis Sampedro que se está leyendo, dice que sólo se debe escribir cuando se tenga necesidad de contar algo.
Y madre mía, cuántas cosas me hacen decir estos políticos ineptos y sus amos que ya está bien de violar entre todos a esa señorita tan bonita, ingenua y llena de ilusiones llamada democracia.
Se me quitan las ganas de salir y tomarme un cubata. Es igual, tampoco tengo dinero.