martes, junio 05, 2007

A ETA le cuesta mucho el perderse en la noche de los tiempos. Hablando en plata: que se vayan a su casa de una puñetera vez y dejar de recordarnos que existe una cosa llamada nacionalismo que fue la causa fundamental de que el siglo XX fuera el peor de todos los siglos que la humanidad ha vivido.
Todo empezó en el XIX, en Europa, cuando una docena de iluminados de varios países distintos empezaron a decir "qué buena gastronomía hay en mi patria y qué bonitos son los colores de mi bandera" Ya he dicho en alguna ocasión que a los humanos lo estúpido y lo inútil nos mola un montón y la gastronomía es una estupidez y las banderas todavía más. Pues bien: gracias a la gastronomía y las banderas hemos estado dándonos en Europa hasta en el cielo de la boca. Este virus de la estulticia se extendió con rapidez y llegó a una pequeña región del norte de España, donde un fulano joven con una mala mili realizada en otra región de la península ibérica pensó que no se comía mejor en ningún sitio más que en su aldea; para que veamos la importancia de tener un buen rancho en los cuarteles. Ahora sólo le faltaba una bandera que identificara su región.
"¡Oh, vaya, si mi región no tiene bandera! No importa, cogemos la inglesa, la cambiamos los colores y ¡Et voilá! Ya tenemos la bandera de la patria vasca". "Pero no hay nación que no tenga su propio idioma" "No importa. Cogemos las palabrejas que quedan de un idioma que hablaban los aborígenes de aquí, cogemos a unos buenos filólogos que se inventen lo que falte y ya está: toda una lengua vascuence creada de la nada". Igualico que Tolkien. Plas, plas. Gritos, barullo y vítores. Un nuevo ombligo reluciente para mostrar al mundo ¿Alguien quiere más KoKotxas?
"Pero hay un problema. Que los seres inferiores que viven justo al lado de nosotros ( e incluso entre nosotros) no se creen demasiado este fraude de la patria, la raza y la madre que lo parió". "Nos importa un comino. Es nuestro negocio, de lo que vivimos. Corre a los seminarios, manipula a unos cuantos adolescentes de ésos que tienen la cabeza llena de idealismo, y con unos pocos petardos ya verás como estos maketos acaban por creerse lo de la patria vasca y la madre que nos parió"
Total, que esos jóvenes idealistas empezaron a matar a gente durante el franquismo, que era el otro veneno ideológico que por aquí corría de anillo en anillo. Pero de repente... el anciano dictador murió en la cama.
"hostia, y ¿ahora qué hacemos?"
-"Pues yo estoy por terminar la carrera que empecé y ganarme la vida dignamente"
-"Pues yo no sé hacer otra cosa más que matar y matar ¿Con qué me voy a ganar la vida ahora? Paso de barrer o de poner ladrillos. Prefiero seguir matando".
Hasta hoy. Lo bueno de ser terrorista es que tienes contrato fijo y la vida más o menos resuelta por la secta, perdón, por la organización ¡Que se jodan los seres inferiores!
"¡Uffff, qué susto! Por un momento pensé que la tregua iba a ser definitiva. No me veo poniendo ladrillos".