martes, noviembre 06, 2007

He visto un anuncio de Peugeot que me ha quitado las ganas de comprarme coches de esa marca para toda la vida. Más o menos vienen a decir que no creamos que van a venir pronto los coches que no anden con derivados del petróleo, que es una utopía. Ya estamos otra vez arremetiendo contra la utopía ¿Qué tiempos son éstos, que no paran de prevenirnos por la tele, la radio, los libros e Internet de tan dañino concepto? ¿Cómo puede ser malo lo que no existe?¿Por qué tienen tanto miedo a la utopía? ¿Temen no vender más coches si son utópicos? Eso me preguntaba yo mientras el anuncio me mostraba la nueva gama de vehículos Diesel que por lo visto desean seguir fabricando muchos años más.
Y mientras, el petróleo se acaba y cuando se termine si será una fantasía que la firma Peugeot siga vendiendo coches. Se estima que queda petróleo para cincuenta años. Entonces, supongo, sí que lamentarán no haber perseguido el realizar unas cuantas ideas necesarias.
Vaya tiempos los que corren en los que los sueños tienen mala prensa y una firma de coches se ríe de ellos. Menos mal que los hombres del XIX no pensaban así. Si no hubieran creído en el progreso ni en la esperanza, ahora estaríamos en casas sin luz, sin música, sin electrodomésticos; ni mucho menos tendríamos coches a la puerta. Y no harían falta las deslocalizaciones a otras latitudes, porque los hombres realistas de esta parte del globo no verían la necesidad de hacer huelga y decidirían seguir trabajando doce horas diarias de lunes a sábado. Y sus hijos también. ¿Qué es eso de escolarizar a los niños? ¡Una utopía!
En el anuncio de Peugeot se presenta a los utópicos como científicos locos y descerebrados a la búsqueda de mecanismos imposibles de los que hay que reírse. Tan locos como Anatole France, que además es tan francés como la firma de coches y que un día dijo: "La utopía es el principio de todo progreso y el diseño de un porvenir mejor". Pero claro, Anatole France nació en 1844, es decir, cuando nacían franceses que soñaban y no se reían de las utopías.
Si en el país de los sueños ya nadie los tiene, no sé yo dónde iremos a parar
¿Alguna idea?