jueves, enero 03, 2008


¡Ahí está Esperanza!¡Cómo le da al morapio mi presidenta! ¡Con dos cojones, sí señor!
Me sirvo del ciberlugar de este tristememo para deciros una cosa:
El metro de Madrid está hecho una porquería. Unos facciosos desalmados han manchado algunas entradas con aceite para que la gente se rompa los huesos. Menos mal que nuestra presidente, la sin par Esperanza Aguirre, en un alarde de firmeza propio de la mejor Margaret Thatcher, ha amenazado con rescindir el contrato con las empresas encargadas de la limpieza del metro, ante al imposibilidad de tomar medidas legales contra la huelga, ya que nuestro incompleto código penal no tiene tipificada ésta como delito.
El metro apesta y la culpa no es de los bajos salarios, la precariedad laboral de las subcontratas y la temporalidad. La culpa es de los trabajadores, que eluden su responsabilidad de que las estaciones estén limpias porque son unos vagos, y cualquier motivo es bueno para no trabajar. Se cuenta que hasta algunos han simulado tener depresiones derivadas de esta situación. Qué indecentes y teatrales personajes.
Manuel Lamela, el consejero de Transportes, otrora consejero de sanidad que puso las cosas en su sitio en el Hospital Severo Ochoa, será el encargado de solucionar la crisis. Y si lo tiene que hacer mintiendo, como hizo con el hospital, pues mentirá a quien haga falta y montando las ruedas de prensa que sean necesarias. Todo sea porque
esos muertos de hambre vuelvan a su trabajo. Y si no son ellos, que sean otros.
Uno de los mayores errores que se cometió a la hora de redactar la constitución es la de permitir el derecho de huelga. La subcontratación se ideó precisamente, entre otras cosas, para paliar esta anomalía legislativa derivada del espíritu progre que contamina la Carta Magna. De resultas de todo ello, en el subterráneo de Madrid hay un hedor insoportable, suma de la fetidez de sólidos y de la fetidez que dimana del ideario rojazo y revolucionario.
Rendíos, pues estáis solos. Os debísteis conformar con los 900 euros de sueldo que recibís, que no os defienden ni los medios de comunicación que en teoría os respaldan. Gilipollas.
Por cierto, Opo. Vaya mierda de entrada que escribiste ayer. Es peor de lo que nos tienes acostumbrados. En el fondo lo que tienes es envidia, que tu nunca estarás con un pedazo de pibón como Carla Bruni. ¿O acaso no serás maricón? Ya me estás haciendo sospechar, tanto defender a los gayer. Ya lo dice el refrán: quien se acuesta con niños, meado se levanta... o le han dado por el culo, que será tu caso.