martes, marzo 25, 2008

martes, marzo 25, 2008
Os iba a poner hoy otro poema, pero es que algunos son tan...cómo decirlo...horribles que he decidido que mejor que no. Os he puesto los poemas que he considerado mejores; mi producción literaria tiene algunos altibajos.
Lo borracho que tenía que estar a la hora de escribir algunos de ellos. Tengo uno dedicado a la Rue del Percebe 13, el cómic de Ibáñez, que, además, tiene un homenaje al mus; tengo otro que le llamo "el papanatas futbolero" y yo no he tenido afición al fútbol en mi vida; otro dedicado a la música Techno; uno titulado cucaracha... Por lo menos tengo otro en el cual declaro que "me divierto escribiendo gilipolleces" Y mira, de todos los malos poemas, eso es lo único que suscribo en el momento que vivo actualmente.
Me gusta escribir, y este blog me ha reportado muchas satisfacciones, sobre todo cuando me brindáis elogios los que me leéis, tanto los que puedo tocar con mis manos como los que andáis por ahí, en un rincón del ciberespacio. Me hace pensar que algo de valor tienen estas líneas que escribo. Y si alguien se siente reconfortado leyéndolas, mejor que mejor.
Yo, en todo lo que hago le pongo empeño, y procuro dar lo mejor de mí siempre que escribo. Leyendo algunos poemas que tengo de temática absurda me doy cuenta que no siempre ha sido así, pero recuerdo que lo hacía por conseguir eso tan maravilloso de ser original, de aportar algo nuevo en la poesía. La verdad, la cosa está difícil. Yo lo intenté y mis poemas pretendidamente originales se quedaron en fuegos de artificio. Tal vez porque yo quería ser original siendo surrealista, dadaísta o creacionista, y no dejan de ser movimientos de principios del siglo XX, nada menos. O sea, que no se puede ser innovador siendo surrealista o dadaísta a estas alturas de la vida.
Los que sí creo es que fui honrado. Intenté explorar en esos poemas humorísticos y pretendidamente innovadores pero tal vez me faltaban lecturas.
No sé por qué, me he acordado de este fragmento de la señorita de Trévelez.

"Es preciso matarlos ( a los jóvenes) con libros, no hay otro remedio. La cultura modifica la sensibilidad, y cuando estos jóvenes sean inteligentes, ya no podrán ser malos."

No sé si discrepar con Marcelino, si las lecturas me han hecho un hombre inteligente y he matado al tarambana que escribió esos poemas ( y también algunos buenos) Lo que sí sé es que no creo que esté todo descubierto en poesía. Lo que pasa es que algunos todavía no lo hemos encontrado.