miércoles, marzo 14, 2007

Parece ser que los europeos tenemos problemas con nuestro semen. Según un estudio, en los últimos cincuenta años, hemos perdido la mitad de los espermatozoides. De 116 millones por mililitro, ahora sólo tenemos 66. Y encima, parece que vienen vagos, incapaces de subir por el útero para procrear.
Hombre, no es que haga mucha falta con la gente que hay, que ya somos en el mundo más de seis mil millones, pero también es verdad que a la gente le gusta perpetuarse y que sus genes campeen por el mundo por siempre jamás.
Nuestros espermatozoides están tristes ¿Qué tendrán nuestros espermatozoides?
Pues parece ser que están cansados de que fumemos, de que bebamos y de que nos pongamos calzoncillos apretados. También están hartos de la contaminación, de los productos químicos pestilentes y de la música techno a todo volumen. Bueno, de esto último no estoy seguro, pero... ¿A que estaría bien escuchar la música en los bares más bajita?
No sé, a veces también pienso que a lo mejor todo se deba a que la naturaleza ha puesto en marcha su propios mecanismo de control de plagas y ha decidido que los humanos somos demasiados, y está en plena cruzada en pro de la esterilidad porque tenemos más peligro y somos más letales que las ratas. A lo mejor la naturaleza está haciendo un reajuste con nuestar especie. La naturaleza tiene virus, bacterias y demás bichos que nos pueden matar, pero como les toreamos, ha decidido cortar nuestro grifo. El grifo sexual, se entiende.
Yo no sé cómo tomármelo. A lo mejor cambio de tipo de calzoncillos, empiezo a ponerme unos más holgados. Tampoco estaría de más dejar de ponerme jeans. Tal vez debería dejar el tabaco, no sé. Mi abuelo fumaba el triple que yo, sin embargo, tuvo cuatro hijos. ¿No será que el tabaco de hoy viene peor? ¡Yo qué sé!
Bueno, ya no es tiempo de familias numerosas porque no hay numerosos espermatozoides.
En fin, Dios proveerá... ¿Pero qué?