sábado, octubre 06, 2007

Hoy en el País viene una noticia cuando menos curiosa:
Los Pinochet compraron casas, relojes, trajes y audífonos con dinero público
Recibo con gran alborozo esta noticia. Parece que no es verdad que los Pinochet fueran tan neoconservadores. Creían en esa idea tan socialdemócrata del Estado de bienestar. Qué regocijo, qué gran noticia.
El estado chileno subvencionó a la familia de Pinochet costeando cosas tan importantes como libros, audífonos, calzado, gastos médicos, quinesiología, zapatillas de gimnasia, etc Me alegro infinitamente. En el fondo, es el reconocimiento implícito de que el estado debería pagar las necesidades básicas del pueblo. Muchos pijos moderniquis se mostrarán indignados, ¿y qué?
"Haced lo que os digamos pero no lo que hagamos" dirían en su máximo apogeo la familia del general. Son buenos cristianos; deberíamos perdonar sus contradicciones. ¿Qué debería haber renunciado a las subvenciones del estado? ¿Renunciaríais vosotros? No hay nada más voluble que un neoconservador y los Pinochet no son la excepción, y si se cae en contradicciones ideológicas pues qué se le va a hacer. Además, el neoconservadurismo no es una ideología: es una religión para que vivan bien cuatro, más o menos como las otras. Los Pinochet son religiosos pero también son muy modernos, con su quinesiología, sus zapatillas de gimnasia y su puntito neocon. Augusto Pinochet dejó las llaves del estado chileno a Milton Friedman y sus Chicago Boys para que jugaran a su antojo, y éstos se encargaron de que se privatizara todo y se eliminaran todas las subvenciones estatales, salvo de cosas como los bustos de Napoleón con que el dictador epataba a sus visitas.
En cuanto a la política de subvenciones a la vivienda, he de decir que la política que llevó Pinochet es bastante mejor y más generosa que la que plantea Zapatero: personal del ejército construyó al dictador una villa de 470 metros cuadrados hace algunos años. Que aprenda Zapatero lo que es una buena política de vivienda, y que se quede con sus cochinos 230 euros de subvención para el alquiler para jóvenes. El estado chileno subvencionó hasta siete viviendas a la familia del dictador, la última a su hija Jacqueline. Eso sí que es ayudar a los hijos de la p...atria.
En fin, siento gran alborozo porque los Pinochet han dado una lección al mundo. No estaban en contra del estado bienestar, lo que pasa es que cualquiera le llevaba la contraria a los norteamericanos, y más en los días de la guerra fría. Pero fueron un poco rebeldes y gracias al gesto de preservar un poquito la política de subvenciones estatales, todos nos hemos podido dar cuenta de lo bien que se vive si el estado cubre tus necesidades.
Que lástima que el resto del pueblo chileno se lo perdiera.