miércoles, octubre 18, 2006

Pese a que estoy en el paro, se me pasa el tiempo volando. El Tempus fugit del que tanto se habló en el pasado y se habla ahora.
Me levanto pronto y estudio, como y vuelvo a estudiar; mando algunos currículos y llega la hora del recreo. Cuando saco un ratito, lo aprovecho para escribir este blog.
Por cierto, la semana que viene empiezo una nueva vida laboral: de auxiliar administrativo, como no podía ser de otra forma. Es de lo que me estoy especializando.
Os preguntaréis por qué si ya tengo esta profesión no me preparo las opos de la misma y abandono la de profesor de secundaria. Hay quien me ha dicho que incluso puedo vivir mejor siendo auxiliar que siendo profesor, y casi seguro que sea verdad. Pero lo cierto es que tengo serios motivos para intentar llevar una carrera docente:
- El primer motivo, por vocación. Cuando yo estudiaba la carrera, decía que no quería ser profesor, que es una gran responsabilidad y tal. Pero luego estuve dando clases de español a inmigrantes y clases particulares a chavales y la verdad es que me gustó muchísimo. Sé que no es lo mismo el día a día de un instituto, pero qué queréis que os diga; me ha picado el gusanillo.
- El segundo motivo, porque siempre estoy despotricando contra el sistema educativo y estoy harto de ser el típico que se queja sin hacer nada por mejorarlo, viendo el toro desde la barrera: he decidido que ha llegado la hora de participar activamente en la educación.
- El tercer motivo, porque estoy harto de contratos temporales. Necesito estabilidad. Esa estabilidad que nos quieren quitar a todos porque las multinacionales y sus lacayos los gobernos nos necesitan flexibles, como si fuéramos gimnastas rumanas. Pues como sigan así van a acabar descoyuntándonos.
Y otras 173 razones, que las he contado.
Puse en una balanza los pros y los contras de prepararme una oposición, y mientras en el platillos de los pros eran un total de 176, en el platillo de los los contras había sólo una razón: lo dura que es una oposición y las probabilidades tan elevadas de fracaso que tiene. En fin, siempre falla algo.
Tengo un amigo que trabaja de informático en una multinacional y gana bastante dinero. Cuando le anuncié que iba a prepararme las oposiciones, me dijo:
- "Joder tío, si te sacas las oposiciones, sí que te envidiaré"
No me envidies, colega. Alégrate conmigo, que para eso somos amigos.