sábado, octubre 28, 2006

Bueno, sábado sabadete.
Después de mis horas de limpieza primero y de estudio después, me dispongo salir con mi chiquilla a una noche de teatro. Bien.
No solemos ir tanto como nos gustaría; siempre vamos más en esta época, en otoño, que es buen tiempo para meterse en tragedias y comedias, cuando fuera del teatro hace frío y dentro recibes el calor de las emociones representadas por los actores.
Debería ver más teatro clásico, por la cosa de la oposición, pero he decidido con alma de pequeñoburgés meterme en una comedia y distraerme, que mis pesares son muchos y quiero a la vez premiar a mi chica con una salida especial por escuchar mis lamentos.
¡Qué día le di ayer! tenía de esos días en los cuales me acosan los fantasmas de mi cerebro y lo pagué con la compañera de mis días. Qué malo es dejar que los pensamientos negativos hagan un pim-pam-pum en las paredes de tu cerebro como si fueran pelotas de squash. Tú no haces más que devolverlos contra la pared y una y otra vez tienes que golpearlos de nuevo, porque vuelven y vuelven.
lo bueno que tiene el sueño es que no sólo te recarga las energías, sino que a veces te devuelve a las mañanas con un optimismo que sustituye a la negrura con la que te acostaste. Eso es lo que me ha pasado hoy.
Estoy optimista porque tengo trabajo (aunque sea temporal) y porque tengo esos días en que pienso en que todo va a salir bien y me voy a sacar las oposiciones.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Entiendo perfectamente a que te refieres... esos días negros... que te acuestas... te levantas... curiosamente... sale un rayito de sol...

Muxuak.
Mss Hyde.

Que tengas muchos días buenos...