miércoles, marzo 05, 2008
Me gustaría saber de dónde sacaba Benito Pérez Galdós ese enorme caudal de inspiración que tenía. Fijaos que aun siendo viejecito, fue capaz de innovar en el teatro, en la novela...Parece mentira: me dicen los libros de historia que estuvo un poco olvidado...Dicen que debido a la inquina que le cogieron algunos escritores del 98 (ay, Unamuno, qué envidiosillo estaba usted del pobre vejete...) y porque en el franquismo se le ignoró, pues parece ser que estuvo cerca del PSOE en más de una ocasión y no tenía ningún problema en reconocer que la república era su forma de gobierno ideal.
Creo que es un error leer o no leer a un escritor por su afiliación política ¿Dejaríamos de leer a Quevedo por estar afiliado al Partido Popular o a Góngora por estar en el PSOE? No sé a quién votarían hoy nuestros insignes poetas, pero qué injusticia cometemos muchas veces de no leer a un autor "porque es un progre" o "porque es un derechuzo". Nuestros gustos personales nunca han de estar orientados por la política, pues puede que por ello nos estemos perdiendo lo mejor.
Yo recomendaría que, antes de leerse los libros de Trafalgar o el dos de mayo que recientemente ha hecho Arturo Pérez Reverte, se leyeran los episodios nacionales que hace Pérez Galdós dedicados a los dos acontecimientos históricos. Siento decir que Pérez Reverte sale perdiendo en la comparación. Son mucho mejores los del escritor canario. Suelo ser yo bastante defensor de la producción literaria de Pérez Reverte, pero creo que en estos dos últimas creaciones flojea un poquito. El académico se declara gran admirador del escritor canario, circunstancia que delata su buen gusto como lector. No entiendo cómo se metió en empresa semejante...demostró estar algo falto de originalidad. Será porque ya leí las de Galdós, será porque ya estoy muy empapado del estilo revertiano, el caso es que tuve la incómoda sensación con estas dos novelas de haberlas leído antes sin haberlas leído nunca.
Pérez Reverte ha sido original en, al menos, una ocasión. Me refiero a su saga del Capitán Alatriste. Nadie, que yo sepa, ha novelado de esa manera sobre el siglo XVII. La novela histórica, hasta llegar él, pasó de puntillas sobre ese periodo, debe ser porque a pocos les gusta escribir de este periodo concreto. Sin embargo, el escritor se muestra muy inspirado, y contra lo que opinan algunos críticos, no creo que deba ser la serie del Capitán Alatriste objeto de desdeño. Desde luego, es un perfecto marco introductorio de la época para los alumnos de bachillerato, según me han confirmado algunos profesores. Valor didáctico tiene.
De Arturo Pérez Reverte algún crítico ha dicho que es "como un perfecto escultor de de tallas románicas, pero hechas en el siglo XX". Vamos, que hace estupendas viejas novelas de aventuras, sólo que en los siglos XX y XXI. Reconozco que cuando leí el comentario esbocé una sonrisa irónica. No deja de tener algo de razón el malintencionado crítico.
Qué tendrá el ilustre académico, que le iba a hacer un artículo de mi admirado Galdós y he acabado hablando de él. En fin.
Tiene una cualidad muy buena y que suele valorar mucho en los demás: Arturo Pérez Reverte es una persona honrada. Seguramente, no tendrá empacho de reconocer el magisterio del gran Galdós sobre él. Por eso, recomiendo que si os gusta Reverte, no está de más que os deis una vuelta por la obra de Galdós, aunque las comparaciones pueden ser odiosas.
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1 comentario:
Recomienda algo concreto de Galdós, entonces...
Lo cierto es que Pérez Reverte... tiene un algo... aunque sea que es sincero y sabe como llegar a todo el mundo...
muxuak.
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