Yo aconsejaría que de los libros de autoayuda sólo se leyeran sus primeras partes, pues son las que te dicen -o las que te intentan convencer- de lo buena, única y maravillosa persona que eres; el ser más especial del universo; vamos, que sin ti no soy nada, una gota de lluvia y blablablá.
Cuando deseéis volver a los Cerros de Úbeda, lugar que como sabéis yo suelo visitar con frecuencia, nos olvidéis llevaros en la mochila los libros de autoayuda, que os guiarán en los caminos perdidos en uno de los sitios más despistados de Jaén. Eso sí, cuando os bajéis no os miréis al espejo, pues si todavía os duele el alma os pasará como a Dorian Grey, que os veréis feos, aunque a diferencia del personaje de Oscar Wilde, no lo sois. Hala, aquí tenéis mi pequeña aportación para sellar vuestras autoestimas resquebrajadas.
Deberíamos visitar los cerros de Úbeda con más frecuencia, pues seguro que es ahí donde está guardado los egos perdidos de los pueblos del mundo. Qué curiosa paradoja: al hombre le define su insolencia y su desprecio frente a la naturaleza "yo, yo y nada más que yo" Parece que es lo que más repetimos a nuestra indefensa, vieja y atormentada madre: Gaia. Y sin embargo, somos seres cansados de ser y cansados de preguntarse se si alguna vez serán, que es lo único que nos falta por controlar ¿Lo único?
Los libros de autoayuda son los principales enemigos de los cerros Úbeda: "afronta la situación. Ve directo a la raíz del problema" Quedan proscritos los verbos divagar, elucubrar y distraer(se); asímismo, quedarán proscritos todos los filósofos, sobre todo los de la escuela pesimista. En fin, que poco margen nos dejan los libros de autoayuda para perderse en los sinuosos conductos del cerebro. O dejamos la aventura de descubrir para después de la resolución de los conflictos (¿Acaso hay aventura sin conflictos?).
Para terminar esta entrada de autoayuda, os brindo el siguiente consejo:
-Id a la librería y comprad todos los libros de autoayuda que tengan en ese momento.
-Recortad las diez primeras páginas de cada uno de ellos.
-Leed todas esas primeras páginas hasta que tengáis el ego bien inflado.
-Id a los Cerros de Úbeda.
-Comprad unas chuletas.
-Comprad carbón de barbacoa.
-Haced una hoguera con el carbón y con las páginas sobrantes de los libros de autoayuda.
-Asad las chuletas.
-Tomad y Coged al modo argentino.
Si con esto, vuestro ego no está lo suficientemente inflado, probad a ser catedráticos de metafísica.
Mañana nos vemos, seres únicos (en serio).
1 comentario:
hola,pablo,me ha gustado el blog que me has escrito,gracias por escucharme y escribir esto.
UN BESOOOOOOOOOOOO
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