jueves, marzo 08, 2007

Lo mejor que nos puede pasar es que un pesimista se equivoque siempre. Un antiguo amigo mío, al que hace tiempo dije adiós que te vaya bien, pronosticó que duraría tres meses con mi chica "es que Opo es un desastre" Le dijo a un amigo común que luego me lo contó en confidencia. Pues ya llevamos mi chica y yo diez años juntos. Chúpate ésa.
Un pesimista, si es buena persona, debe desear justo lo contrario que un científico: que sus teorías no se cumplan nunca. Yo soy pesimista, y como dice la canción que una vez cantara Banderas, "soy un hombre muy honrado que le gusta lo mejor" así que lanzaré los peores augurios para que, diciéndolos con letra negra, no se cumplan jamás.
Los libros de autoayuda dicen que nunca hay que pensar cosas negativas. Qué va: Pensadlas todas, para que no se cumplan. Hagamos una hoguera de San Juan con todos los pronósticos funestos que se nos ocurran, con todas las cosas que decimos y que tenemos el deber de hacer todo lo posible para que nunca ocurran.
Un pesimista deseoso de ser profeta merece ser condenado al ostracismo. Se convierte en mala persona aquél que para tener razón necesita que las cosas vayan mal. Os lo he confesado: soy pesimista y deseo más que nada en el mundo que mis pronósticos funestos jamás, jamás se hagan realidad. Ahora voy a empezar a tirar a la hoguera mis pensamientos negativos. Mi fuego también espera vuestros troncos.
En el plano personal, pienso que nunca lograré tener un buen trabajo, que llegaré a la pobreza, que no tendré hijos, que me dejará de amar mi esposa, que ya no me querrá mi familia, y que moriré en la calle y no en la cama.
A nivel general, que el egoísmo seguirá su escalada imparable, que dentro de unos años no habrá más lluvia en España ni por lo tanto árboles, que habrá hambrunas generalizadas, que habrá guerras, que mi familia pasará calamidades, que ya sólo seremos felices en la nostalgia y que llegado el momento, un meteorito vendrá y se cargará a la especie más estúpida que jamás haya habido en el planeta tierra, sólo seguida de cerca por los dinosaurios.
Cuánto deseo equivocarme. Qué pocas ganas tengo de tener razón. Malditos los que profetizan el final del la alegría, porque de ellos será el reino de la nada.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Joooooope Jekyll...
Pues...eso...que no se cumplan tus "deseos"...

Yo... no sé si soy pesimista o no... creo que ni lo uno ni lo otro... peeeero... sé que algún día tendré un trabajo que me gratifique en muchos sentidos...que tendré hijos aunque no tenga con quien...que seguiré manteniendo a mis amistades y el amor que me profesan ellas...que mi familia estará siempre ahí... que en breve... tendré tiempo para leer más... para no agobiarme... para descansar... para "perderlo" mirando por la ventana... para ir al cine... para salir de fiesta... para dormir hasta las tantas...para charlar con los amigos... para escribir cosas bonitas... para celebrar los triunfos... para unas cañitas por un profesor...

Para muchas cosas...

Muxuak.
Mss. Hyde.